CAPÍTULO 38

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El inicio del final.


A Astian le rompió el corazón ver junto a Harry a los padres de Cedric, abrazó a la señora y le dijo que su hijo había sido un chico valiente y de gran corazón que jamás olvidaría, al señor Amos le estrecho la mano y también le dió algunos palabras de ánimo, Astian aún quería llorar cada que Harry mencionaba lo que paso, pero sólo cerraba los ojos un segundo y sonreía, en su mente no estaba la imagen de el cuerpo de Cedric sin vida, estaba el sonriéndole mientras bailaban en el baile de Navidad, Cedric le deseaba toda la felicidad del mundo con Draco y él le deseaba lo mismo con Cho, jamás pudo verlo con amor de pareja, pero le tuvo un inmenso cariño como un buen amigo, como una excelente persona, como alguien noble y maravilloso y aún tenía recuerdos de él, le quedaba su pequeño Dragón, el sombrero de Irlanda de los mundiales de Quidditch y el gorro con orejas de gato que le dió en su cumpleaños, tardó semanas en dejar de sentirse culpable por como lo había tratado antes, obligó a su mente a sólo dejarle las cosas buenas que había vivido con él, todas las noches salía y se sentaba debajo del árbol donde había platicado con él sobre los dragones, veía hacia el cielo y le sonreía a las estrellas, levantaba su varita y le dedicaba un «Lumos», para que nunca le faltará luz en el nuevo camino que recorrería.

-Me preguntaba que hacías cada noche.- Astian solo se rió en voz baja al escuchar a Draco detras de él, Black estaba de cuclillas plantando un pequeño girasol cerca del árbol.

-Lo siento... se que él no te caía muy bien.- Astian se puso de pie, aún no miraba a su pareja.

-Tampoco era que lo odiara o que su muerte me haya hecho feliz ¿Sabes? Creo que... tarde en comprender algunas cosas.- Draco puso su mano sobre el hombro de Astian.

-Se que lo querías mucho y que era un buen amigo para ti, le agradezco que te quisiera cuidar... fue lamentable pero ya está en otro lugar, tal vez brillando como una estrella o reencarnó en un labrador.- Astian se rió, siempre le decía a Cedric que tenía la misma personalidad que un perro y Ced siempre le contestaba  que él era un gato negro.

-Si, él nunca morirá mientras lo recordemos y su muerte no será en vano, ni la de él ni la de ninguna persona que calló ante Voldemort, de eso estoy seguro.- Astian habló muy firmemente mientras veía como el viento nocturno movía las hojas de la flor, Draco lo abrazo y le dió un beso en la frente.

Cómo Astian había prometido, intentaba estar más cerca de Harry, la gente siempre intentaba evitarlo y cuchicheaban cuando el pasaba, por suerte Potter también tenía a Hermione y Ron que lo acompañaban la mayor parte del tiempo.

-Intente convencer a Dumbledore de que te fueras directamente conmigo o con los Weasley este verano, pero quiere que vuelvas con los Dursley... al menos al principio.- dijó Astian.

-¿Por qué?- preguntó Harry.

-Bueno... él tendrá sus motivos.- simplificó el pelinegro.

-Puedo preguntar... ¿por qué Dumbledore dice que necesitaré más tu ayuda que nunca?- Astian se rió.

-¿Quieres saber por que casi me ha dicho que haga de perro guardian? Bueno... ese sería más Hocicos.- Harry no se rió, seguía esperando una respuesta.

-Bueno...- Black suspiró. -No es coincidencia que Remus haya sido Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, no escogen a cualquiera que no tenga el mínimo conocimiento sobre eso... a excepción de Lockhart que era un fraude, pero...- parecía que Astian no sabía cómo explicarlo. -tengo mucho conocimiento teórico sobre las artes Oscuras y la defensa que se puede tomar contra ellas, no se si lo sepas pero... la mayoría de mi familia eran o son... mortifagos, la familia Black era de las que seguían a Voldemort, a excepción de Sirius, claro, por eso mi abuela lo odiaba...- el chico soltó una pequeña risa.

El hurón y la Serpiente Où les histoires vivent. Découvrez maintenant