CAPÍTULO 11

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La fiesta de los Mortifagos

Astian había logrado olvidar por un momento lo que había pasado antes y llevaba un conversación muy buena sobre el partido con Cedric.

–Y como lo ha logrado engañar ¡Dos veces se estrelló contra el suelo! –
–Incluso tenía un sonrisa de aturdimiento cuando recogieron la copa. Parece que te apasiona mucho el Quidditch, ¿Eh?– Cedric se veía muy emocionado aún, hablando tan felizmente de cada jugada.
–¡Claro! Es el mejor deporte del mundo.– Astian se rió, Diggory se veía muy tierno, era como un pequeño muy emocionado.
–Te pareces a Harry, estoy seguro que se llevarían muy bien.
–Bueno... Si tú me dejaste demostrar que no soy tan mala persona, tal vez pueda hacer lo mismo con Harry.

–¿Te comportaras igual de raro con él? ¿Lo acompañaras a todos lados y le darás sombreros?– Astian soltó una leve risa.
–No, no, no, a él lo quiero conocer como un amigo, y mis sombreros son solo tuyos.– Astian ahora estaba más confundido, ¿Cómo que a Harry lo quería conocer como un amigo? ¿Qué no a Astian también? Cuando iba a preguntar algo llegó Harry, ya estaban cerca de las tiendas.
–¿Dónde estabas? El señor Weasley ya estaba preocupado por ti, entre tanta multitud es fácil perderse.
–No te preocupes, Potter, yo lo ayude a qué no se perdiera.
–Si, bueno... Más que ayudarme, solo me insististe en acompañarme hasta acá para demostrar tu... Caballerosidad.– Astian se seguía sintiendo raro con Diggory.
–Sera mejor que vayas a descansar Cedric, Amos debe estar buscándote.– el señor Weasley salió de la tienda.
–Si, Buenas noches señor Weasley.– miró a Harry.
–Adios, Potter.– por último se dirigió a Astian.
–Buenas noches, gatito perdedizo.– revolvió su cabello que ya no tenía el sombrero y se fue.

–Te juro que no entiendo a ese chico.– ambos entraron junto a Arthur a la tienda, estaban bebiendo chocolate caliente con leche.
–¡Dios mío! Astian, creímos que ya te habían secuestrado los búlgaros.– George finjió una cara de susto, el mencionado sólo se rió, todos estaban hablando sobre el partido, Ginny estaba acostada sobre las piernas de Astian mientras él le acariciaba el cabello, obviamente no tardó en caer dormida y el señor Weasley mando a todos a dormir, Astian no quiso despertar a Ginny, así que la llevó cargando hasta su tienda, llegó a la suya y al igual que los demás se puso la pijama, ahora pensaba en como dormiría sin Will, estaba en la cama pero sólo daba vueltas pensando, no se podía sacar a Malfoy que parecía igual de bipolar y extraño que siempre, pero también estaba el raro comportamiento de Cedric, y ¿Por qué lo llamaba "gatito"? Él lo veía como un perro y no le decía nada, lo peor es que Harry había escuchado eso, al menos daba gracias que no habían sido los gemelos por qué se la pasarian molestandolo, no podía dormir hasta que se comenzaron a escuchar gritos horrorizados y de un brinco salto de la cama y se puso una sudadera encima, al parecer el señor Weasley también los escúcho, ya que estaba despertando a Harry y Ron, Astian decidió hacer lo mismo con los gemelos, todos salieron de la tienda, había gente corriendo hacia el bosque, al fondo se escuchaban gritos, sonidos como golpes, destellos de varitas, Astian se quedó paralizado al ver un grupo de gente encapuchada con máscaras, algunas tiendas comenzaban a incendiarse, había Muggles flotando como si fueran marionetas y entendió lo que estaban haciendo... Su corazón latía fuertemente y su mente estaba en blanco, era como si el sonido ya no existiera, hasta que regreso en si y Harry lo estaba sacudiendo por los hombros, parecía que le gritaba algo pero no lo escuchaba y de la nada, alguien le subió el volumen al mundo de nuevo.

–¡Tenemos que correr!– Astian parpadeo muchas veces y una alerta se encendió en su cerebro, Fred llevaba a Ginny de la mano y tras ellos iban Ron, Harry, Hermione, George y Astian, podían ver cómo todos los magos del ministerio iban en manada para llegar a lo que Astian reconoció como mortífagos, era una escena horrible, se oía llanto de niños, gritos de horror, personas corriendo y todas las luces que antes iluminaban cada lugar se habían extinguido, de la nada parecía que Astian o había corrido más o se había quedado atrás, parecía que estaba entrando en pánico, su respiración se agitaba, pegó un pequeño grito cuando alguien lo atrajo hacia un árbol.

El hurón y la Serpiente Where stories live. Discover now