CAPÍTULO 19

28 1 1
                                    

Beauxbatons y Durmstrang

Esa noche el gran comedor tenía un exelente aspecto, de los muros colgaban enormes pancartas de seda representando cada casa, había rojos con el león dorado de Gryffindor, azules con un águila de bronce de Ravenclaw, amarillos con un tejón negro de Hufflepuff y los de la casa de Astian: verdes con una serpiente plateada y detrás de la enorme mesa de profesores, el escudo de Hogwarts.

Lia aún parecía algo enojada por la tonta pelea de sus amigos y Draco aún parecía no querer dejar su orgullo de lado, pero esa vez decidió sentarse al lado de Astian.
–Parece que tú amiga está molesta...– después de tanto tiempo Malfoy habló, Astian solo asintió con la cabeza mientras removía la comida en su plato, sentía el estómago revuelto, en ese momento la llegada del correo lo hizo salir de sus pensamientos, vió a Thund acercarse, el enorme búho negro de brillantes ojos amarillos se posó con cuidado al lado del plato, Astian le acarició el pico y le ofreció de su comida.
Thund se veía sumamente cansado, sabía que había tenido que emprender un gran viaje, el chico le quitó la carta de la pata, tenía una gran huella de perro, así que sabía de quién era.

«Ya se que estarás enojado conmigo por regresar y ponerlos en peligro, pero es importante que hable con ustedes, ya estoy en el país y estoy bien escondido, no te preocupes, intenta mandar diferentes búhos y no tan seguido a Will, para no levantar sospechas, cuídate mucho.
Te quiere: papá.»

Astian suspiró y guardó la carta, sabía que ya no podía hacer nada, después hablaría con Harry de esto, aunque estaba seguro de que él también habría recibido noticias de Sirius.

–Gracias, amigo, deberías ir a descansar antes de regresar a casa.– el búho ululó y se subió al hombro de Astian para darle una caricia con su cabeza y luego emprender vuelo a la buhonera.
–Parece que todos los animales te aman.– observó Draco que había visto el comportamiento del búho.
–Si, a excepción de un hurón idiota y orgulloso.– Astian finalmente le había hablado, eso ya era algo, tal vez era la oportunidad de  entablar una conversación pero la campana que indicaba sus últimas clases antes de la llegada de los otros colegios, Astian tomó sus cosas y se fue, les tocaba pociones y Draco pensaba en aprovechar la oportunidad para hablarle, pero el pelinegro estaba en otra mesa con Harry, Hermione y Ron conversando de alguna cosa.

–¿Finalmente vas a tragarte tu orgullo?– le preguntó Lia, casi nunca hablaban o estaban juntos si no era por qué Astian era su medio de unión.
–Podras engañar a As o a ti mismo, pero se que lo extrañas... Lo que le dijiste lo hizo sentirse mal, ¿Tú tampoco te das cuenta? Eres al único idiota que quiere...– Draco miró sorprendído a la pelirroja y luego regresó a ver a Astian platicando con Harry.

–Por si no lo sabías, ellos son como familia, así que no lo mal pienses.– Draco sólo bufó molesto.
–Y Diggory... Bueno, es obvio que él siente algo por Astian pero por lo que me ha contado... Sólo tiene ojos para un hurón molesto.– Draco dejó de batir su caldero y antes de que le preguntara algo más, la chica se fue, pero había ido con Astian, sabía que le había dicho algo de él por qué sus miradas chocaron pero luego el pelinegro negó con la cabeza, unos segundos después llegó y puso su libro a un lado de Malfoy.

–Te faltan los huevos de rana disecados, tiene que ser morada, no verde, huróncito.– Draco no pudo evitar sonreír al ser regañado por no hacer bien su antídoto, pero jamas aceptaría que extrañaba ese apodo.

Cuando sonó la campana tuvieron que correr hacia la fortaleza subterránea de Slytherin a dejar sus mochilas, a pesar de haberle ayudado en la clase, Astian seguía sin mostrar mucho interés en perdonar a Malfoy hasta que esté se disculpará y estaba pensando en que tal vez si debería hacerlo.

El hurón y la Serpiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora