—Sí, acepte, pero, porque creí que cuando eso pasara harías algo —negó—, ahora veo que me equivoque

—Mi madre es capaz de obligar a mi padre que hable con mis abuelos para que no seas aceptada en la universidad, no puedo permitirme eso

—¿Qué interesa?, si no ir a la misma universidad que tu implica seguir juntas, valdrá la pena

—No estás entendiendo nada de esto

—Tú madre va razonar, Christine, a ellos les importamos, pensara que ahora estás confundida pero —me tomo de las manos—, cuando vea que llevamos mucho juntas, te aceptara

—Mis padres no son como los tuyos, Morgan

—Tu padre nos apoya, él podría hablar con tu madre, convencerla —negué

—Él no podrá convencerla, nadie podría

—¿Te vas a rendir así de fácil? —asentí sin mirar— te creí más valiente

—No lo soy ¿de acuerdo?, no soy valiente Morgan, no sé si mi futuro será contigo, no sé si estamos destinadas, no voy a estar en discusión con mi familia solo por un romance adolescente —suspire— prefiero sufrir ahora, que seguir con esto sabiendo que al final, sufriré de igual manera

—¿Entonces es todo? —la mire

No quería hacerlo, no quería aceptarlo, pero no había otra opción, aunque duela esto es lo mejor, porque no quiero que ella salga perjudicada de todo esto.

—Lo siento, en verdad lo siento

—De acuerdo —coloco sus manos en mi mejilla para hacer que la mirara—, ojalá pudiera llevarme esté momento —sonreí—. Tus ojos siempre me gustaron

—Siempre me lo dijiste

—Tal vez... en un futuro nos volvamos a encontrar, más valientes, más maduras, tal vez ambas estemos solteras —reímos por debajo—, tal vez salgamos a tomarnos algo y te diga lo loca que estaba por ti, tal vez se nos de

—Tal vez

—Cuídate mucho Christine

—También tú

—Te amo —sus ojos cafés estaban con una capa de cristal, estaban un poco rojos

—Te amo

Sentí sus labios contra los míos, no la aparte, necesitaba eso, porque no creó que después de esto, vuelva a besar a una mujer.

Estaba terminando de arreglarme, las ojeras que me vi en la mañana aún no se iban, creí que el día de ayer podría descansar en paz ya que no tenía que madrugar para ir a la escuela —grave error pensar aquello—, no pude pegar un ojo en toda la noche. Aquella conversación con mi hermana y Stella, me hizo recordar un par de cosas que creí haber olvidado.

El día de hoy no hice muchas cosas, estaba con poco sueño y sin muchos ánimos de ser productiva, los recuerdos me invadían, eran más fuertes cada vez, luego estaba ella. Emilia había estado platicando conmigo toda la tarde, estuvo entrenando y por lo que me contó, jugo fútbol con su hermano y su padre.

Los recuerdos de aquel beso me invadían, me hacía sonreír pero, luego estaba aquella platica que tuve con mi hermana y Stella, le que pasara ahora, y de nuevo volví a divagar en aquel dilema.

No tenía ganar ni de ir a la cena de mi hermana, pero era un compromiso familiar, sería descortés de mi parte faltar, y aparte mamá no lo permitiría.

Un juego a la vezWhere stories live. Discover now