21. Buscando a Emilia

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—Emilia, dime por favor, que ya estás en el estacionamiento —la voz de Eliza se escuchó alterada del otro lado de la linea

—Diles que me esperen cinco minutos, ya voy

—¡¿Como que te esperemos...?! —escuche un par de ruidos

—Matthews —me tense un poco al escuchar la voz de la entrenadora

—Entrenadora

—Si no llegas en cinco minutos nos vamos sin ti —trague en seco

—Estoy cerca, solo espere cinco minutos

—Ni un minuto más ni un minuto menos Matthews, ¿me escuchaste?

—Sí, entrenadora —di vuelta en la siguiente calle—. Podría pasarme a... —vi que ya había colgado—, maldición

Estaba cerca de la escuela, eso era bueno tomando en cuenta que faltaban cuatro minutos. Entre deprisa al estacionamiento, tomé mi mochila, mi teléfono, subí los vidrios del carro, y le puse el seguro para después salir corriendo hacía donde estaban los autobuses.

A lo lejos vi a las chicas subir al autobús, la entrenadora estaba mirando su reloj, al lado de ella vi a tres posturas conocidas, mirándome.

—Llegué —comenté un poco agitada

—Con un minuto de antelación, debería castigarte más Matthews

—Nunca dude de ti —mi mejor amiga estaba en la puerta del autobús

—Arriba Matthews, tenemos que irnos —asentí

Mire de reojo a la presidenta que le estaba dando unas indicaciones a Stella y el tesorero, me apresure a subir cuando vi a la entrenadora seguirme.

—Emilia, sabía que llegarías

—Hey capi, por poco nos quedábamos sin elemento fuerte

Las chicas me iban hablando mientras seguía a mi mejor amiga hasta nuestro asiento.

—Vez, te dije que Emilia siempre llega —comento Lilith

—Yo también te lo dije mi amor, no debiste apostar tanto —le dijo Janet, a su novia

—Matthews, para la otra atiende el teléfono —negué al ver a Tania, darle un billete a Lilith

—Haré como que no me ofende ver como apuestan con mi presencia —me senté al lado de Eliza— ¿Por qué no entraste tú en la apuesta?

—Estaba con Raúl, supe de la apuesta cuando subí a preguntarle a las chicas si pudieron contactarte, ya que a mí no me atendías el teléfono

La escuchaba, pero no la miraba, mi vista fue hacía la presidenta que se dirigía a la escuela.

—Bien, no quiero que hagan tanto ruido, si van a charlar o jugar, no quiero que sean tan escandalosas ¿de acuerdo?, hay gente que quiere dormir —comento la entrenadora de basquetbol

—Descansen lo mejor que puedan chicas, estos partidos dependen de los acomodos de temporada —comento nuestra entrenadora

Un juego a la vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora