—Tío, te quería mostrar algo que compuse ¿quieres oírlo?—le preguntó Lili con ilusión—.

—Claro que si Lili, ahorita entramos y me lo muestras, adoro tus composiciones—ella sonrió y lo abrazó, él rió—.

—Me imagino que llevar la empresa del abuelo debe ser una responsabilidad gigante—dijo Ana Ju—desde que él se retiró y te puso al frente te ves muy cansado.

—Si ¿no quieres que te prepare el té que hago cuando Oliver se enferma?—le pregunté—.

—Oigan, no me echen tantas porras eh—rió, nosotras igual—si, estoy perdido, a veces no sé ni quién soy.

Los cuatro empezamos a entrar a la casa.

—Algunos dicen que la familia pueden ser la brújula para orientarnos—le dije cómo si fuera una profesional por lo qué rió—.

—El problema es que nuestra familia está descompuesta—reímos—.

—No todos tío, nosotras tres somos del grupo de los cuerdo—dijo Lili divertida—.

—Y de los que te quieren mucho—dije yo—.

—Tío y sobrinas siempre pegados como siameses—apareció mi tía Columba—¿nos quieren matar de ternura?

—Ay Columba, no empieces—se quejó mi tío—no estoy de humor.

—Que novedad—dijo ella sarcástica—mi amor ¿no te aburre tener siempre esa mueca en la cara? Te vas arrugar... más.

—Eh... nosotras mejor nos vamos a desempacar, tíos—habló Ana Ju—.

—Bueno pero apúrense porque su abuelita quiere hablar con todos—nos dijo ella—¿le pueden avisar a Kika?

Las tres asentimos, a lo que pasamos ella nos detuvo.

—A ti Ana Ju te pasaré el nombre de un shampoo porque tienes el cabello muy maltratado—dijo tomando un mechón de su cabello—tú Lili creo que debes cambiar tu estilo de uñas, ese color no te favorece—tomó su mano, suspire sabiendo que seguía yo—y a ti mi linda Angie, deberías utilizar otros lazos para el cabello, te hacen parecer una niña chiquita—quitó mi vincha—te daré otros.

—Ya sabes que a mi no me importan esas cosas—habló Ana Ju—mejor regálame un buen libro.

—Y a mi me vendría bien otra guitarra—sonrió Lili y ambas hermanas se fueron—.

Yo solo mire a mi tía y entre a la casa sin decir nada.

Yo solo mire a mi tía y entre a la casa sin decir nada

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P.O.V. Liliana.
Con mi hermana entramos a la habitación de Kika, pues nos quedaríamos ahí hasta que remodelaran las nuestras.

Cuando entramos, ella no estaba ahí, así que nos pusimos a desempacar en paz.

—La actitud del tío Gael es extraña ¿no crees?—habló mi hermana—.

—Si, no es la primera vez que lo atrapo mirando ese cuadro de esa forma, solo que antes no le había dicho nada—dije guardando mis cosas—.

Love Story || Benjamín GarcíaWhere stories live. Discover now