𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 | 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒. +𝟭𝟴

𝐌𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞, 𝐦𝐢𝐧𝐞 𝐚𝐥𝐥 𝐦𝐢𝐧𝐞.

- 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 -
ᴇʀᴀ ᴛᴀɪsʜᴏ̄.
ʜᴀᴄʜɪ, ᴇsᴘᴏsᴀ ᴅᴇ ᴋɪʙᴜᴛsᴜᴊɪ.

•- Advertencia: Nsfw, ridding, masturbación, escenas sexuales descriptivas pero consensuadas.

•- Plot: Hachiko, una artista, le pide a su esposo que pose para ella en un intento de retratarlo desnudo.

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Una suave brisa entraba por el ventanal de la habitación que daba al jardín trasero; la pálida piel del progenitor se erizó ante el sutil contacto mientras esperaba por la presencia de su cónyuge.
Su mujer solía ser una gran pintora; sí no es que la mejor de Kioto. Se había enamorado de ella en la era Heian, cuando el arte del romanticismo era poco apreciado y aquellos que se dedicaban a tal oficio, solían ser conocidos como "artistas callejeros".

El rostro de la castaña estaba manchado accidentalmente por la pintura de lilas que usó en los ojos retratados de aquél jóven enfermizo que estaba realizando para la familia Kibutsuji, su mirada centrada en trazar cuidadosa la silueta del único hijo de Kenzo Kibutsuji.

- ¿Cuánto tiempo llevas haciéndo esto? -. El azabache cuestionó con curiosidad por notar la facilidad con la que hacía aquello. Hachiko siempre poseyó esa dulce expresión taciturna al tratar de explicarse a sí misma - Desde los diez años, mi señor -. La mirada avellana se situó sobre la de él - No es tan difícil en realidad, solo se requiere paciencia y cuidar los pinceles -. Rió con suavidad provocando que en el rostro del muchacho se formara una frágil sonrisa - ¿Puedo hacerle una pregunta? -. Él asintió. Aquello se salía de la habitual rutina que su vida tomó a los catorce, envuelto en la soledad de una habitación de cuatro paredes - ¿Por qué me solicitaron retratarlo a usted solo? Quiero decir, usualmente es la familia quién también acompaña a los primogénitos para así tener una ilustración en el salón principal de las mansiones -. El muchacho presionó sus manos contra la madera fría del suelo para arrastrarse con cuidado hasta el futón japonés - Creo que es bastante evidente -. Respondió a su pregunta - La muerte me acecha desde niño. Así que creo que desean un recuerdo vívido que no los haga olvidar el rostro de su propio hijo -. Hachiko no entendió en un principio la razón de esa respuesta hasta que estuvo presente en ese pequeño incidente tres días después.

Habían formado un fuerte lazo en tan poco tiempo, mientras ella finalizaba los últimos detalles del lienzo, Muzan solía contarle sobre infinidad de cosas curiosas que había leído en libros que su madre solía traer a casa para él. La risa de ambos alegraban los pasillos de la finca y en muchas ocasiones, Hachiko permitió que el jóven observara de cerca su arte - Es impresionante. Luce muy bonito. . . -. Sus orbes púrpura tenían un destello genuino y de inmediato al darse cuenta, se volteó a mirarla con una expresión de angustia - ¿Lo terminarás hoy? -. La castaña asintió, segura de su conocimiento - Así es, mi señor. Hoy es mi último día aquí -. Las manos masculinas envolvieron las contrarias en un instinto de súplica - No tienes que dejar de venir aquí, incluso puedes fingir que aún no has terminado los últimos detalles. . . mi familia entenderá sí te toma tiempo y. . . -. Hachi tomó el rostro de Kibutsuji con cariño, silenciándolo, su mirada lucía enternecedora al saber del miedo que comenzó a controlarlo por quedarse solo de nuevo - No dejaré de visitarte. Lo prometo -. Mostró una sonrisa como ofrenda - Vendré por las tardes, quiero escuchar más historias que sé que tienes por contarme -.

Hachiko esperó a que el sueño invadiera al menor para poder marcharse y antes de que abandonara la finca, el cuerpo de Kibutsuji comenzó a convulsionar mientras un par de hilos carmesí se deslizaban bajo sus labios. Fué entonces que supo de su padecimiento; y del porque era tan difícil para él, el hecho de encontrarse reposando todo el tiempo.