𝐏𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨𝐮𝐬 & 𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐥𝐨𝐯𝐞.

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- 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 -
ᴇʀᴀ ᴛᴀɪsʜᴏ̄.
ʜᴀᴄʜɪ, ᴇsᴘᴏsᴀ ᴅᴇ ᴋɪʙᴜᴛsᴜᴊɪ.

•- Advertencia: Ninguna. Solo fluff.

•- Plot: La jóven esposa del líder de los demonios es bastante querida por estos. Una tarde de entrenamiento no puede evitar sonrojarse al darse cuenta de lo atractivo que es su marido.

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Hachiko era conocida entre las kazuki como la amada y dulce esposa del "amo Muzan Kibutsuji". Sin desear faltarle al respeto a su superior, algunos de ellos pensaban en lo inverosímil de aquél lazo, inicialmente por lo opuestos que eran.
- Muzan sama. . . Déjeme presenciar el enfrentamiento entre Akaza y Kokushibo san -. La menor sostuvo la mano de su cónyuge entre la suya, observandolo con aquellos iris brillantes que él adoraba - ¡Quizá incluso puedo ayudar en algo cuando la batalla termine! Alguno de los dos saldrá herido y lo que menos deseo es que. . . -. Su oración fué interrumpida - Sabes que sus vidas no son de suma importancia, Hachiko -. La jóven tomó un par de telas de seda que servían para limpiar la sangre y el sudor, se acercó a su amado y situó una de sus pequeñas manos sobre su pecho - Pero la vida de usted si, Muzan sama. Y tengo entendido que también se une a esos enfrentamientos en busca de mejorar y pulir sus habilidades -. Los ojos del hombre se abrieron incrédulos, tratando inútilmente de encontrar una excusa o pequeña mentira para negar aquella acusación pero le fué imposible frente a su alegre e inteligente esposa. Un leve suspiro salió de sus labios y miró a Hachiko con inquietud - Quiero que estés lo más alejada del espacio del enfrentamiento -. Advirtió - Y promete que no vas a querer intervenir en cualquier cosa que pueda pasarme a mi o a los demás inferiores -. Ella asintió de inmediato con entusiasmo y cargó con un par de frascos de leche de amapola antes de salir en dirección al salón de batalla.

Hachiko siempre era cordial y amable con los subordinados de su esposo. Algunos imponían respeto y otros tantos resultaban simpáticos. Quién más se habían acercado a ella con curiosidad era Douma, Gyokko y Daki; y por respeto a Kibutsuji, se mantenían al margen cuando él estaba alrededor. - ¡Buenos días, Hachiko chan! Un gusto verla por estos sitios sin la presencia del amo Muzan -. Rodó la vasija hasta toparse con los pies de la castaña, ella se inclinó con una sonrisa y la acomodó debidamente. Fué ahí cuando Gyokko se mostró ante ella - ¡El gusto es mío, Gyokko san! Ya conoce a Muzan sama. . . Le gusta verse presentable siempre en estas reuniones -. Una risilla se escapó de sus labios y llevó su dedo índice, en una señal de "SHHH". Douma y Akaza fueron los segundos en presentarse y como era habitual, aquellas discusiones no acababan hasta que el hombre proclamado como "Primer rango", aparecía. Cuando todos estuvieron reunidos ahí y Kibutsuji indicándo las órdenes, el enfrentamiento comenzó en cuestión de minutos. Todos y cada uno de los presentes, lucían imponentes y magestuosos, incluyendo a la albina. Sus cuerpos bien trabajados acaparaban la atención de la menor y se preguntó >¿Cómo fué que su esposo la eligió a ella? < siéndo una mujer sensible y frágil ante cualquier circunstancia.

El rostro de la menor se sonrojó inevitablemente cuando el turno de su amado de enfrentarse contra Kokushibo terminó. Llevaba usándo sus característicos pantalones blancos de vestir, sin nada que cubriera la parte superior. Kibutsuji comenzó a caminar en su dirección y ella trató de seguir limpiando las heridas sobre un irritable Akaza a causa de la derrota.
- ¿Te duele?. . . -. Cuestionó con sus manos temblorosas mientras deslizaba un pequeño paño empapado de leche de amapola - No, Hachiko san. Voy a estar bien, se lo agradezco -. Se incorporó del asiento, haciéndo una reverencia en forma de agradecimiento por aquellas atenciones y se reunió con el resto de las lunas que continuaban ejercitándose.
- ¿Resultó ser lo que esperabas? -. La voz masculina le hizo asomar una dulce expresión a su esposo - ¡Muzan sama! -. En esa ocasión ella no le abrazó. Y para Kibutsuji aquello era inusual, frunció su ceño y estoico, observó a la castaña - ¿No nos abrazaremos esta vez? -. Cuestionó entre un ligero tono carismático. Hachi cubrió su rostro de inmediato con ambas manos, sus mejillas ardían y dió un par de pasos hasta él, escondiéndo su cara contra el pecho masculino. Las orbes carmesí se vieron pasmadas, envolvió a la jóven entre sus brazos, no entendiendo lo que estaba pasando - Preciosa, ¿qué sucede? -. Ella tardó en responder, el trapo húmedo cayó al suelo y su corazón estaba desbocado - Todos son muy fuertes. . . -. Se avergonzó en admitir aquello - Es intimidante. . . -. Kibutsuji no pudo evitar reír por lo apenada que estaba su esposa, caminó sin soltarla hasta dónde se encontraba un pequeño sofá alejado de la vista de todos y ahí tomó asiento, acomodándola sobre su regazo - La belleza que posees, también es intimidante, ¿lo sabes? -. Murmuró porque sabía que aquello la haría sonrojar aún más. Su dulce mujer parecía derretirse en sus brazos y ella con voz baja rechistó - ¡Eres un tonto! -. Entre una suave risilla, lo miró finalmente con amor. Sus labios impregnaron pequeños besitos por sobre el rostro del mayor; y a Kibutsuji en cambio, le encantaba el rastro de labial escarlata que aquellos besos le dejaban sobre la piel.

𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 | 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒. +𝟭𝟴Where stories live. Discover now