𝐓𝐡𝐞 𝐰𝐫𝐚𝐭𝐡 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐦𝐧𝐞𝐝.

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- 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 -
ᴇʀᴀ ᴛᴀɪsʜᴏ̄.
ʀᴇɪᴋᴏ ɢᴇɴsᴇɪ, ᴇsᴘᴏsᴏ ᴅᴇ ᴋɪʙᴜᴛsᴜᴊɪ .

•- Advertencia: Abuso sexual, abuso emocional, abuso físico. Contenido bastante descriptivo, mención de orina.

•- Plot: El rey de los demonios y su jóven esposo son sometidos por los subordinados de este después de que uno de los integrantes más fuertes reclama el liderazgo como suyo.

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Los ojos de Reiko estaban empapados en lágrimas, su respiración se encontraba agitada a causa del inmutable obi que ataba su cuerpo de extremo a extremo a penas dejándole respirar.
Sus sollozos iban dirigidos a quién en su momento fué proclamado "Rey de los demonios". Pero ese título valía nada en el momento en que todo subordinado se volvió contra él sin hesitar. No logró dejar de temblar cuando escuchó la aguda y punzante voz femenina entrar a la habitación con un tono lleno de escarnio.
- ¡Que gran honor es tener al pequeño Reiko temblando de miedo! -. Desafiante se inclinó frente al jóven quién yacía abierto de piernas, obligado, expuesto con humillación para cualquiera.

Un par de venas se enmarcaron en el rostro de Kibutsuji y sus ojos se abrieron en furia cuando le fué meramente imposible impedir aquello que íban a hacerle a su esposo en su presencia. Los mismos obis de la femina lo mantenían atado de muñecas y tobillos desde lo alto de la fortaleza.
- ¡ Oe, oe! El amo está enfadado porque tienen a su pequeña avecilla a punto de ser desplumada ha,ha -. El rubio tomó con fuerza la mandíbula del azabache, apretándo sus mejillas divertido - ¡Queremos que mire todo el espectáculo, Muzan sama. Y de paso, que forme parte de el! No envidie al jóven Reiko. . . Incluso usted podrá destrozarlo. . . -. Su ímpetu fué interrumpida por la presencia nerviosa de un ser temeroso - ¡No creo que estemos haciéndo lo correcto! El señor Muzan fué nuestro gran líder, fué quién nos dió otra oportunidad. . . ¡No puedo dejar de pensar en lo que será capaz de hacernos sí se libera! -. Llevó sus manos a su cabeza mientras su cuerpo en un par de segundos comenzó a dividirse. Sekido, Karaku, Urogi y Aizetsu se hicieron presentes, dándole menos importancia a las preocupaciones que su cuerpo principal había sentido - Ignoren a Urami, su cobardía cega nuestro placer! -. Karaku mencionó con una sonrisa, externando su lengua hasta relamer sus labios tan cerca del rostro de Reiko - Algo huele tan bien. . . -. Se puso de rodillas cerca de las piernas pálidas del menor y deslizó su dedo por sobre la suave tela que cubría la integridad masculina - Y viene de aquí -. Kibutsuji al ver esto, forcejeó dejando escapar ahogadas palabras insultantes contra aquellos seres que sin embargo, no fueron escuchadas por la seda que se aferraba a su boca - No debe molestarse, Muzan sama. Karaku sabe lo que hace en estas situaciones -. Entusiasmado Gyokko se asomó fuera de su vasija de porcelana y rodó en ella hasta llegar a los pies de su "rey". Ahí, creció en su forma elegante y encantadora, sus largas uñas rasgaron con fuerza la espalda del azabache, provocando que sus rodillas se doblegaran un momento por el intenso ardor y dolor. - Ser endeble no estaba en su naturaleza, maestro -.
Las lágrimas de Reiko continuaban cayendo, tratando de retraer sus caderas para evitar que siguieran tocándolo, pero Karaku terminó por romper la única tela que mantenía su decencia. Fué en ese momento que el ambiente se volvió pesado, la presencia de aquél hombre quién algún tiempo, fué considerado el rango número uno de las aclamadas "Lunas superiores", estaba presente.

El rostro del rey demonio se volvió impío, debió haber supuesto desde un inicio que su ambición lo llevaría al deseo de arrebatarle el poder a cualquiera, después de todo, lo había hecho con su propia sangre. De inmediato, todos ahí se arrodillaron con respeto; mientras el peli-burdeo apartaba la vestimenta Montsuki con una mirada desafiante hacía el progenitor.
- Tu albedrío te orilló a tu fin, Kibutsuji. Y de paso te llevaste a ese muchacho contigo -. Se posicionó tras de él, sus dedos se enterraron entre las hebras de cabello azabache, tiró con brusquedad, forzando al hombre a observar a su esposo ser ultrajado por quiénes en algún momento, fueron humillados en sus puestos de subordinados - Quiero que observes -. Habló cercano a su oído, su lengua se deslizó por el lóbulo de la oreja del mayor - No apartes tu vista de él, porque sí lo haces. . . Voy a sacarle las entrañas y te las haré tragar -. Tiró una segunda vez de la cabellera ondulada a propósito - Y sí no es suficiente, lo follaré frente a ti mientras agoniza -. Las ropas de Kibutsuji se encontraban empapadas en sudor y sangre a causa de la herida que Gyokko había propiciado sobre su espalda. Gotas escarlata estaban cubriéndo el suelo y Kokushibo soltó un bufido burlesco.

𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 | 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒. +𝟭𝟴Where stories live. Discover now