𝐋𝐨𝐜𝐤 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐨𝐫 𝐛𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞.

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- 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 -
ᴇʀᴀ ᴛᴀɪsʜᴏ̄.
ʜᴀᴄʜɪ, ᴇsᴘᴏsᴀ ᴅᴇ ᴋɪʙᴜᴛsᴜᴊɪ.

•- Advertencia: Escenas sexuales descriptivas, sometimiento, práctica de pegging. (Penetrar a un hombre con un dildo).

•- Plot: Kibutsuji tiene un fuerte lazo con su esposa. Pero ella logra descubrir uno de los deseos más fervientes y ocultos de su líder.

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Desposó a su jóven cónyuge cuando la encontró en el distrito rojo, siéndo apenas una kamuro para los dueños de la casa Satō. Su belleza lo había deslumbrado en el momento en el que pisó esa casa en busca de una Oiran. Antes de marcharse, advirtió a la familia el castigar a cualquier hombre quién no fuera él, sí osaba ponerle un solo dedo encima. Indicó el deber de instruir a la niña con todos los requerimientos necesarios que una Oiran necesitaba hasta cumplir los dieciséis años y entonces, él volvería por ella.

Y cuando las órdenes no fueron cumplidas. . .

- ¡No! ¡No! ¡Apartese! -. Con catorce años de edad, Hachi se había vuelto el fruto prohibido del pueblo. El hombre de negocios "Tsukihiko sama", no se había pronunciado durante meses desde la última vez que visitó a la menor. Hamiko Satō, esposo de la mujer cabecilla del hogar comenzó a ver a la albina de una forma diferente, al igual que el resto de hombres que vagaban por el lugar.
Un domingo por la noche, había finalizado sus deberes. Asentandose en su habitación, deshizo los nudos que ataban el pesado obi en el Tome-sode que Tsukihiko le obsequió en el año nuevo. Y cuando tomó descanso sobre el futón, Hamiko Sató reveló su presencia ante ella; tiró con fuerza de la seda del Yukata que eligió para dormir y antes de que consiguiera pegar un segundo grito de auxilio, cubrió la boca de Hachi con fuerza - Silencio, silencio, pequeña ramera -. Un burlesco regocijo se escapó de entre sus delgados y secos labios; su aliento era desgarrante - Este secretito se debe quedar entre nosotros. ¿Escuchaste? -. Los regordetes dedos jugaron con la tela interior que recubría las zonas erógenas femeninas - Porque sí no lo haces. . . Tsukihiko sama se encargará de asesinarte por traición -. Las lágrimas empapaban el frágil rostro, sin poder evitar el sombrío destino.

Y en un abrir y cerrar de ojos, la suerte de Sató se acabó.

Su cabeza rodó por el sedimento. Hachi se arrastró debajo de las sábanas con un patente pánico reflejado en sus ojos. Esa misma noche, Kibutsuji la llevó consigo. Ella jamás vaciló, nisiquiera cuando él se presentó con su apellido y título real.
Fué paciente. Y esperó a que cumpliera veintiuno para tratarla debidamente. Para ella fué difícil en un principio complacer al hombre, a pesar de las múltiples lecciones que recibió al ser una Kamuro. Sus manos tilitantes apenas se sostenían del firme torso de su esposo. - Lo estás haciéndo bien -. Las orbes escarlata contemplaron el modo en el que Hachi continuó frotando su intimidad contra la erección del mayor. Sus manos se asentaron en las caderas femeninas, guiándola - Así. . . -. Jadeó ante la casi incursión. Las primeras ocasiones aquello era lo que hacían. Y conforme el tiempo pasó, ambos se volvieron el uno para el otro.

Por la mente de Kibutsuji, jamás pasó la idea del matrimonio. Y de haberlo necesitado, habría resultado fatídico como el resto de mujeres con las que estuvo por mera conveniencia. Pero Hachi, desde niña se encontró con un infausto destino que de no ser por él, habría tenido un final desafortunado. La albina se volvió su musa, junto a ella exploró las entrañas de las prácticas del placer y el amor.
En un inicio, la jóven estaba avergonzada de pedirle aquello que quería intentar, Daki había sido la culpable de la curiosidad que despertó en ella.

- Como sea, a los hombres les encanta hacer ese tipo de cosas -. Con capricho y recalcitrante admitió - Es bastante común en el distrito que lleguen preguntando sí alguna mujer está lactando -. Fué la primera vez que escuchó algo al respecto. Y el momento calzaba para ello; había dado a luz a su primer hijo dos meses atrás. Sus pechos se encontraban sensibles a causa de la lactancia.

𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐛𝐮𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢 | 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒. +𝟭𝟴Where stories live. Discover now