° Capítulo 13 °

15 2 3
                                    

Incluso después de dormir, aún me sentía incapaz de lidiar con mi situación amorosa. Tenía la sensación de querer correr hacia Levi para declararme, pero me aterraba el hecho de verme demasiado intenso y sobre todo, ser rechazado. No quería cargar con un corazón roto, la última vez eso terminó muy mal. Prefiero ahorrarme ese sufrimiento, aunque he de admitir que siento la necesidad de decírselo tarde o temprano. No me gustaría quedarme con la duda de lo que podríamos haber sido. No me gustaría ser un cobarde sin dignidad y a pesar de que conozco el riesgo de la caída, estoy seguro de querer dar el paso definitivo para saltar del barranco. 

Cuando me encontré parado frente a mi casa, un escalofrío me sacudió, estar ahí se sintió extraño. Lo mismo ocurrió cuando abrí la puerta de la entrada y de mi habitación. El lugar parecía desconocido y los muros parecían querer decirme que había algo faltante.

Intentaba distraerme haciendo los trabajos que me asignaba mi tutora, puesto que nunca había asistido a una escuela, me educaban desde casa, pero no eran suficientes para mantener mi mente ocupada.

Seguía pensando en el fuerte anhelo de tener a Levi en mi habitación para poder hacer cualquier cosa juntos, incluso la más insignificante. Por otro lado, no me sacaba de la mente entrar a mi lista de contactos, hacer click en su número y mandar ese mensaje.

Tardé dos días en animarme a enviarlo. Cuando lo hice no pude evitar estar pendiente al celular cada segundo, esperaba con ansias que me llegara su notificación. Esperé durante un par de horas hasta recibir una respuesta.

Hola, chico dormilón.

Hola, chico aguafiestas.

No me llames así.

Es solo un apodo y es la verdad.

Claro que no, siempre terminé siguiéndote la corriente.

Eso es porque no puedes negarte a la diversión cuando estoy yo.

En fin, ¿qué tal estás?

Yo estoy radiante, como siempre. ¿Y tú?

Eres mucho más egocéntrico por mensaje. El aburrimiento me está matando.

Forma parte de mis encantos. Busca algo productivo que hacer, por ejemplo, salir a correr.

El atleta eres tú, no yo. ¿Qué haces para perder el tiempo?

No pierdo el tiempo, lo aprovecho. Normalmente estoy entrenando, viendo las estrellas o durmiendo.

Me gusta ver las estrellas, pero con compañía.

Entonces te hace falta tenerme a tu lado.

Puede que sea así.

A mí me hace falta asustarte diciendo que una serpiente del bosque te va a morder si no corres más rápido.

Que grosero eras al jugar con una de mis fobias.

Resultaba divertido ver cómo se te ponían los pelos de punta.

Qué gracioso.

Lo sé, podría ser un comediante.

Claro, para morir de hambre.

Ofender los talentos de otras personas deja en claro que sientes envidia.

Eres demasiado vanidoso.

AmnesiaWhere stories live. Discover now