𝟬𝟭𝟰 | SUICIDE

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SUICIDIO

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Un nuevo día había comenzado, la camioneta se detuvo y de ella bajo Hershel, Glenn y Rick

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Un nuevo día había comenzado, la camioneta se detuvo y de ella bajo Hershel, Glenn y Rick. Maggie corrió hacia su padre, Lori hacia su esposo y Samara hacia su novio. En el maletero tenía a un chico que habían salvado cuando su grupo lo abandonó a su suerte. Hershel se lo llevo para operarlo ya que tiene un músculo partido por la pierna. Sam no paraba de pensar en lo mala idea que era tener a ese chico con ellos, no sabían si su grupo iba a volver a recuperarlo y, por lo que Rick contó, no eran buenas personas. Glenn y su novia daban un paseo por la granja mientras hablaban.

—Eso tiene que doler—comentó el coreano señalando la herida, la cual se hizo en el accidente.

—Un poco—murmuró la joven sin levantar la mirada del suelo.

—¿Te encuentras bien?

—Estoy preocupada, ¿vale? No creo que sea buena idea salvar la vida de ese chico, suena muy mal y lo sé—dijo la rubia mirando su novio—No quiero que su grupo nos encuentre.

—Estamos a salva, no te preocupes.

—Me preocupo y mucho, es parte de mi encanto, ¿recuerdas?—bromeo un poco intentado suavizar el ambiente—No quiero que os pase nada malo a ti ni a Lucy.

—Yo no lo permitiría, Sam. Te lo he dicho muchas veces—dijo antes de rodearla con sus brazos.

—Te quiero…—susurro en voz baja, casi pensó que no lo había escuchado.

—Ire a ayudar a Rick—le dijo a su novia separándose del abrazo.

Samara asintió antes de verlo irse. Ambos tomaron camino diferente, Sam hacia la casa y Glenn hacia el campamento. Al entrar al interior de la casa comenzó a escuchar muchos gritos provenientes de la habitación de Beth, frunció el ceño y camino a la cocina encontrándose con Andrea y Lori. Al parecer Beth había tratado de suicidarse con un cuchillo a la hora del almuerzo, Maggie y ella se estaban gritando mutuamente en la habitación. Samara no podía creer que Beth hubiera pensando hacer algo como aquello.

—Es una niña, Andrea—dijo Sam cuando Andrea comenzó a dar su opinión sobre el suicidio—No sabía lo que estaba haciendo, es ridículo. Deberias dejar de decir idioteces y hacer algo que ayude al grupo como todos.

—¿Estás bromeando, Samara? Hago demasiadas cosas por este grupo, ¿que más quieres que haga? Solo porque no lavo la ropa o hago de comer.

—Las chicas estamos aquí para darle estabilidad al grupo, los hombres para encargarse de lo demás—dijo Lori.

Samara frunció el ceño al escuchar esas palabras salir de la boca de la mujer Grimes. Sam se había criado rodeada de mujeres que no habían necesitado la ayuda de los hombres para seguir adelante, su madre era un ejemplo perfecto. Su madre crió a dos hijas sola sin ayuda mientras trabajaba como doctora. Sam no iba a permitir que Lucy creyera que no podría sobrevivir sin la ayuda de un hombre, aunque la niña ya lo sabía. Su madre había criado a dos chicas fuertes que podrían con cualquier cosa. A veces habían necesitado la ayuda de Glenn para salir de alguna situación de peligro, pero eso no significa que fueran damiselas en apuros.

Sam y Lori discutían con Andrea, las tonterías que soltaba por su boca no parecían ni medio normales. ¿Como estaba apoyando a Beth al suicidio? Finalmente, Samara le pidió a gritos que se fuera de la casa pues estaba cansada de escucharla. Los gritos de las hermanas se escuchaban, incluso con la puerta cerrada. Sam entendía la sensación de no querer seguir viviendo, más de una vez había pensado como Beth en su adolescencia. Cuando tenía unos trece años, se encerró en el baño con un cúter pero antes de hacerse un corte se detuvo al pensarlo bien.

—¿Como esta?—le pregunto a Maggie cuando salió de la habitación de la adolescente.

—Es imposible hacerla entrar en razón—contesto Maggie—No creo que quisiera hacerlo de verdad, no puede ser posible.

Samara abrazo a su amiga tratando de calmarla, Maggie correspondió el abrazo.

—Tal vez pueda hablar con ella.

La castaña asintió. Samara entro a la habitación donde estaba la chica y cerró la puerta. Beth tenía los ojos llorosos y rojos, se veía horrible. La rubia se sentó a los pies de su cama y le acarició la espalda con suavidad antes de hablar.

—No quiero vivir en este mundo…

—A veces yo tampoco—confesó la Swan con una voz calmada y suave.

—Tu me entiendes, ¿verdad? Diles lo que quiero, por favor, Sam.

—Se que sientes que no tienes una razón para seguir en este mundo pero si la tienes—dijo Samara aún con su tono calmado—Tienes una hermana y un padre que te quieren con locura. Piensa en ellos por un momento, ¿vale? Imagina cómo se sentirán si te pierden de esta forma.

Beth se quedó callada escuchando las palabras de la joven adulta.

—Yo tenía trece años cuando pensé en suicidarme. Había perdido a mi padre y yo no quería sentir el dolor se la perdida. Creía que lo mejor sería... Ya sabes—era la primera vez que hablaba sobre su intento de suicidio con alguien, nadie había sabido eso de ella y mucho menos su madre o Lucy.

—¿Por qué no lo hiciste?—pregunto con una voz débil.

—Me pare un segundo a pensar en mi madre y en mi hermana—dijo con simpleza—Imagine lo triste que se podría al perderme a mi también.

Era la primera vez que hablaba de eso con alguien, pero sabía que ella necesitaba escuchar que no era la única que había pensado en eso.

—Duele mucho haber perdido a un ser querido y duele aún más cuando lo has visto morir dos veces. Quieres evitar ese dolor, yo también intenté evitar ese dolor. Créeme se puede seguir adelante, nunca vas a olvidar a la persona que has perdido pero con el tiempo dejará de doler tanto.

Beth parecía pensar sus palabras.

—Tengo miedo de esas cosas—dijo después de unos segundos en silencio.

—Te vamos a proteger y tu aprenderás a defenderte—dijo Samara—Porque eres más fuerte de lo que piensas, créeme.

La Swan dejo un beso en la frente de la rubia antes de levantarse y salir. La Greene mayor esperaba fuera muy preocupada.

—Gracias…—murmuró Maggie al verla salir.

—Solo quieres librarse del dolor, tranquila, aprenderá a vivir con ello.

Samara solo esperaba nunca tener esa charla con su hermana pues significaba que antes tendría que tratar de suicidarse y no creía poder soportarlo. Sabía que el dolor era parte de la vida, pero era muy difícil seguir adelante después de haber perdido a una persona que querías tanto. Sam tardó mucho tiempo en superar la muerte de su padre y a días de hoy todavía le costaba hablar de él por el dolor que le generaba el recuerdo de verlo muerto en el asiento del conductor cuando tuvieron el accidente. Tenía doce años, todo sucedió muy rápido pero nunca podrá olvidar el camión chocando contra su coche.

Desde los doce hasta los catorce estuvo yendo a una psicóloga para ayudarla con el tema de la muerte de su padre, ella no quería ir pero su madre pensó que era lo mejor. A los quince comenzó su época “rebelde” al empezar a causar problemas en torno a la escuela al comportarse como una delincuente, en esa época odiaba a todo el mundo pero sobre todo a su madre. Por suerte, las cosas mejoraron para ella a partir de los diecisiete años incluido su relación con su madre. Sam a veces pensaba que hubiera sucedido si se hubiese suicidado aquella tarde, las cosas hubiesen sido muy diferentes sobre todo para Lucy y para Glenn.
























NOTA DE AUTORA

¿Que tal? ¿Os a gustado?

Un poquito sobre el pasado de Sam.

No se porque pero me encanta traumar a mis protagonistas.

Si tiene alguna teoría no duden en dejarlas en los comentarios.

Besos :3

ANGEL ─────── GLENN RHEEحيث تعيش القصص. اكتشف الآن