─𝑉𝐼𝐼─

1K 85 24
                                    

𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟...

"—Está bien... Sigamos adelante. —Leon asintió, apartándose con suavidad y ayudando a Athina a levantarse. Ambos sabían que debían continuar su misión."

──────

𝑨𝒕𝒉𝒊𝒏𝒂 𝑺𝒕𝒆𝒆𝒍𝒆.

Mierda, parece que nos quitaron todo... —escuché decir entre dientes a Leon.

Miré por mi cuerpo, revisando entre mis bolsillos y arnes, y noté que tenía razón; no tenía nada encima. Eso iba a complicar las cosas si no encontrábamos algo para usar. Miré a mi alrededor y vi el hacha que anteriormente tenía el aldeano.

Nada es poco. —dije, llamando la atención de Leon. Este volteó a verme y notó el hacha entre mis manos.

¿Qué haría sin ti? —preguntó de manera exagerada, sacándome una risa.

Vámonos, señor, yo lo protejo. —comencé a caminar, siendo seguida por el rubio.

Ni siquiera habíamos avanzado dos pasos cuando León decidió hacer una llamada a Hunnigan antes de seguir adelante.

Cóndor uno a Nido, localizamos a Aguichuelo. Parece que la tienen prisionera en una iglesia. —comenzó a informar mi compañero al otro lado del comunicador.

¡Bien! Buenas noticias. —felicito Hunnigan.

Cóndor dos a Nido. Nos lo dijo un hombre hace un rato, dijo llamarse Luis Serra. —esta vez hablé yo.

Me pareció sospechoso. Necesito que lo investigues. —añadió León, mientras yo lo miraba interrogativamente.

Recibido. Cóndor uno. Veré lo que averiguo. —se escuchó la voz de Hunnigan desde el otro lado del comunicador. —Mientras tanto, diríjanse a la iglesia.

Recibido, ya me tocaba confesarme. —bromeó León, mirándome con una sonrisa coqueta, lo que me hizo sonreír también. —Cóndor uno, fuera.

Cóndor dos, fuera. —seguí yo.

Continuamos avanzando, buscando una salida de aquel lugar claustrofóbico. Más adelante, nos topamos con el cadáver de un hombre. León recuperó un cuchillo de cocina del cuerpo, considerándolo como una adición a su arsenal de supervivencia. En contraste, yo no pude evitar hacer un comentario sarcástico mientras comparaba el pequeño cuchillo con el hacha que tenía en mis manos.

𝐀𝐏𝐇𝐑𝐎𝐃𝐈𝐓𝐄──────LEON S. KENNEDYᵕ̈ Where stories live. Discover now