─𝐼𝐼𝐼─

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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟

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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟...

“—No tengo ni idea, pero debemos actuar rápido. Las cosas se están poniendo extrañas. —dijo Athina, levantando la mirada para encontrarse con la mirada decidida de su compañero.— Debemos comenzar a movernos y hacerlo rápido.

La determinación en los ojos de Athina reflejaba su compromiso de enfrentar lo desconocido y descubrir la verdad detrás de los eventos aterradores que estaban ocurriendo en este lugar.”

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Los agentes se pusieron de pie, sin soltar sus armas, y se dirigieron hacia la salida del sótano. Sin embargo, se encontraron con una horrible sorpresa: el hombre que anteriormente estaba muerto en la cocina ahora se acercaba hacia ellos, a pesar de tener el cuello roto.

Oh, me lleva el carajo. —el comentario sarcástico de Athina arrancó una breve risa de Leon, aunque la situación no tardó en volver a la tensión cuando ambos levantaron sus armas y comenzaron a disparar contra el infectado que se acercaba. Con una precisión letal, lograron abatir al infectado en solo tres disparos, dejándolo inerte en el suelo.

Parece una película de terror. —habló el rubio mientras ambos subían rápidamente las escaleras. La adrenalina estaba a flor de piel, y la urgencia de escapar de ese lugar lleno de peligro los impulsaba a moverse con determinación.

Leon se comunicó con Hunnigan mientras Athina escuchaba y participaba en la conversación. Juntos compartieron información sobre su misión y la situación en el pueblo.

Nido, aquí Cóndor uno. —comenzó Leon, tomando fotos que encontraba y ofreciéndoselas a Athina.

Aquí Hunnigan, ¿situación? —respondió la mujer desde el otro lado del comunicador.

La hija del presidente, Aguichuelo, está aquí en el pueblo. —informó Leon.

Tal y como esperaba. Muy bien. —respondió Hunnigan, provocando una risa silenciosa en Athina.

Necesito que busques un lago, puede estar allí. —pidió Leon.

Recibido. Veré qué encuentro. —respondió Hunnigan. —¿Y Cóndor dos?

Aquí Cóndor dos. Date prisa, algo extraño le pasa a los aldeanos de este pueblo. —esta vez habló Athina. —Nuestros escoltas...

Su conversación se vio interrumpida por un ruido fuera de la habitación, lo que alertó a los agentes de inmediato. Los aldeanos intentaban entrar rompiendo la puerta con un hacha.

𝐀𝐏𝐇𝐑𝐎𝐃𝐈𝐓𝐄──────LEON S. KENNEDYᵕ̈ Where stories live. Discover now