Watchme Resurrect Right Before Your Eyes.

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Capítulo 34

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Capítulo 34.

Watchme resurrect right before your eyes.

Por la escalinata principal del hotel bajaba el dueño con su hijo , aquel que lucía tan bello y altivo como siempre, como si no estuviera muerto.

Pero… ¿Cómo fue eso posible?

Mes y medio antes..

Fingir morirse para Sebastián era divertido, sobre todo ahora que Ciel había admitido que no quería volver a estar solo, pues después de darle uno o 2 jalones de cabello se ponía muy cariñoso con el y le daba largas horas de energía en las sábanas.

Claro que jamás se esperó lo que pasaría con su mascota cuando por fin ejecutó a Edward.

Las escasas décimas que tardo en saltar por la ventana y liberar a Ciel le parecieron una eternidad, una tortura que terminó en el momento en el que estuvo en el suelo con Ciel asustado, pero a salvó.

Y por primera vez Sebastián se dejó llevar por un sentimiento más allá de sus celos. Lo abrazó con calidez, sintiéndose afortunado de verlo sano y salvo.

El pequeño igual lo abrazó durante vários minutos, una cosa era jugar a ser un fantasma para asustar a las personas y otra estar a nada de convertirse en uno. Definitivamente la muerte no era algo que quisiera pronto.

-Lo lamento.- sé sincero el demonio.

-Ya no importa.- fue la respuesta del niño. -Solo no vuelvas a hacerlo.-

-Lo prometo.-

-Hazlo en verdad, ni por diversión ni por ningún motivo.-

-...Usted no puede estar aquí señorita Elizabeth…-

 Escucharon como los sirvientes trataban de detener a la rubia.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó el pequeño con miedo. Luego de todo lo que Lizzy inventó su presencia en el hotel no podía ser nada bueno, mucho menos con lo que alguna vez fue su hermano muerto arriba.

-Me desharé de ella y limpiaré tu nombre, solo confía en mí.-

-De acuerdo.-

Ciel empezó a sentirse cansado y sobre los brazos del demonio perdió la consciencia.

Con cuidado Sebastián lo acostó en el pasto y con ayuda de sus poderes escondió la respiración y el pulso del niño para cualquiera. Apareció una sábana de la nada y con él la cubrió, como si en verdad hubiera muerto. Luego solo se fué.

Elizabeth apareció y armó otro alboroto, entonces el demonio la amenazó está vez de muerte, luego simplemente cargo a su hijo "muerto" y se marchó sin más…

Camino durante unos 20 minutos a su velocidad inhumana hasta llegar a los límites de su propiedad donde arrojó la sabana al piso y sobre ella recostó al pequeño, acarició su rostro a lo que esté por fin abrió sus ojos, feliz de que el demonio fue lo primero que vió al despertar.

The Boy at The Window Where stories live. Discover now