A Lady With a Broken Heart.

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Capítulo 31.

A lady with a broken heart.

Asqueada la joven rubia corrió hasta la alcoba de su primo (dónde ella dormía) y se arrojó a la cama a pensar en lo que presenció, sin embargo se levantó de inmediato de pensar en que eso mismo pudo haber sucedido en esa cama y en cada rincón del hotel…

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Sonaría bastante mal de su parte, pero el accidente de su madre lo vió como una bendición, pues al estar cuidando de ella no debía ver las muestras de afecto excesivas entre el dueño del hotel y su querido Ciel.

-¿Que tienes en la cabeza Elizabeth?- preguntaba Frances una vez que se encontraba en su silla luego de que su hija la terminó de peinar. Sí, la marquesa podrá quedarse en la ruina y postrada en esa silla de ruedas, pero jamás dejaría que su belleza terminará arruinada.

-Ya no puedo callarlo más madre.- se arrodilla frente a la mujer reposando su cabeza sobre sus piernas. -Hace unas semanas entré al solárium del hotel a buscar unas flores porque quería darle una sorpresa a Ciel. El entró junto con Michaelis, así que yo me escondí, ellos hablaron, luego se besaron y Luego… ugh… es tan asqueroso, tan pecaminoso que me cuesta decirlo, ellos intimaron como si fueran marido y mujer. Yo me quedé paralizada, por más que me dolía lo que veía y que me producía náuseas, no pude moverme hasta que terminaron luego de mucho. Cuando pude moverme lo primero que hice fue encararlo por lo que le hizo a Ciel, tuvo el descaro de decirme que yo hacía lo mismo cuando lo besaba, le recordé que Ciel a mi me ama y que a los ojos de Dios lo nuestro es posible, le recordé el temor a Dios y él se burló diciendo que jamás ha deseado volver. Y… En sus bailes, en una habitación suceden las peores aberraciones que puedas imaginar. Al último baile que fuimos como familia pude entrar a esa alcoba y no lo recordé hasta hace unos días cuando los atrapé. Madre, en ese lugar mi querido padre se involucró con un hombre.-

-Elizabeth, esos siempre fueron los gustos de tu padre.-

-¿Qué hay de su matrimonio?-

-Una farsa, Alexis necesitaba engendrar a un heredero y yo un estatus acordé a la posición que busco dentro de la nobleza.-

-Pe-pero… Yo creí que ustedes realmente se amaban.-

-El amor romántico es solo ficción Elizabeth, cuando conoces el mundo de verdad te das cuenta que lo único que debes hacer es utilizar a todos a tu favor de ser necesario. Ahora escucha lo que vas a hacer. A Ciel no le harás ningún comentario sobre lo que viste ese día. ¿O le dijiste algo ya?- 

-No madre, no he tenido el valor para mirarlo sin romper a llorar o reclamar algo.-

-Pues entonces vas a volver y actuar como si nada hubiese pasado. Utilizarás tus encantos para hacerlo caer, le vas a demostrar que las mujeres son por mucho mejores que lo que sea que tiene con ese tal Sebastián. Cuando seas lo suficientemente cercana tienes que pasar la noche en su dormitorio con el y vas a entregarte las veces que sea necesario hasta que quedes embarazada. Serás su esposa, le darás un hijo y nuestra familia recuperará su buen nombre.-

-E-eso es pecado madre, no puedo pasar la noche con él sin…

-Piensa en ti, en tu supervivencia.-

-Es qué… Yo lo amo y sé qué él a mí. Puedo lograr ser su esposa sin…

-Tuviste tu oportunidad y nunca lo lograste. Ahora las cosas se harán a mí modo.-

-Entiendo madre…

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Días después Elizabeth se presentó a trabajar. ¿La parte más difícil?

The Boy at The Window Where stories live. Discover now