A Demon Whit Human Emotions?

103 11 2
                                    

Capítulo 26.

A demon with... human emotions?

-¡Basta! - gritó el pequeño cuando fue arrojado bruscamente al piso. 

-¿Ahora eres una vendedora de caricias, no? - habla el molesto demonio. 

-¿De que hablas? - intenta levantarse, sin embargo el demonio con una mano lo mantiene en el piso. -Sebas…. 

-¿De pronto tienes amnesia? - suelta una carcajada. -Pero ciertamente me agrada la idea de que utilices tu cuerpo para pagar por todo. Aunque te tengo una noticia. Dejaras de servir antes de que hayas pagado una mínima parte… 

Sin duda aquella actitud de Sebastián para con su mascota era por demás extraña, pero como todo tiene una explicación, una que podría equipararse a un corazón roto…

… 

Rato antes...

-A-amo, ¿que hace usted aquí? - pregunta sorprendido el recepcionista al ver al azabache en su lugar. -El joven Ciel fue el que se ofreció a cuidar mi puesto mientras era mi hora de comida, lo juro. - 

-Eso ya lo sé. - respondió el demonio para su empleado, uno de los pocos cuyo corazón aun latía. -Solo lo envié por algunas cosas mientras reviso los libros de reservaciones. - 

-Ahora que empieza la temporada social en la ciudad está lleno el hotel.-

-Lo sé, al paso qué vamos habrá que ampliarlo muy pronto. - 

-¿Organizará un baile durante la temporada social? - 

-No sólo uno, sino el mejor. - sonrió el demonio. -Organizaremos el último baile de la temporada, y no quiero pequeñeces como las que hemos tenido antes. Será el más grande que ha habido en la ciudad, mucho más que los de la reina. - 

-Llamaré a los organizadores. - 

-Tu no desatiendas tu lugar, yo me encargaré de todo…

§§§§

Por el jardín Sebastián caminaba en busca de su mascota para contarle sobre sus planes, tener su consejo y porque no, otra noche con el. 

Vaya qué un humano lo traía mal. 

Río ante tal ironías tanto que se ha burlado de su hermano y ahora mismo el dejaba a ese niño lo hiciera a su voluntad y el ni siquiera sabía porque. Solo se repetía qué su situación bajo ninguna circunstancia era parecida a la de su hermano. 

Su idiota hermano… 

Caminó por el jardín hasta el lago pensando en que allí estaba su mascota, no se equivoco, lo encontró allí con cierta peste rubia hablando de un montón de cosas que hicieron hervir su sangre… 

-... Con tu cuerpo tienes a Sebastián vulnerable, si quieres recuperar lo tuyo asegúrate de mover bien las caderas. - 

-Eso es asqueroso…. 

-Quizá. - 

-Además es un demonio sin ese tipo de deseos. - 

-Hasta que le llegue el celo como a los perritos. Allí veras que nada va a detenerlo. Mi sugerencia es que utilices esas cartas a tu favor y poco a poco iras recuperando lo tuyo…

¡Idiota! ¡Era un maldito idiota! ¡Cayó ante un par de bonitas piernas como un inmundo humano! 

El mocoso solo lo buscó igual que su familia. ¡Por conveniencia!

The Boy at The Window Where stories live. Discover now