Captive.

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Capítulo 18.

Captive.

Encerrado, amordazado y atado Ciel permanecía en esa habitación ignorante a cuánto tiempo lleva allí aislado de todo. Solo sabe que transcurre un día cada que Mey-rin aparece con un plato de arroz para alimentarlo.
Nunca en su vida sintió tanta desesperación, incluso rogaba a la nada que ese día apareciera el demonio para matarlo o que le diera a la sirvienta la orden de hacerlo, pero nada. Ni siquiera ella había aparecido ese día. Era como si todos se hubieran olvidado de él. Nuevamente era un fantasma.
Empezaba a creer que las serpientes habían sido una mala idea. Lo mejor era terminar con el problema de raíz. Por ello decidió deshacerse del problema desde el origen.

Arriba en la recepción, el demonio última detalles para la fiesta de resurrección de su hotel en su primer aniversario. Decir que para la ocasión había echado la casa por la ventana era poco, aunque también sería el primer gran evento sin la ayuda del mocoso. Quizá sería tiempo de liberarlo. Después de todoo en 3 meses le ha torturado lo suficiente como para que no haga algo estúpido, ¿no?

Estúpido sería darle independencia nuevamente al mocoso y ese error si qué no lo cometería.

Abandonó su lugar en el mostrador y fue a la cocina donde la sirvienta Mey-rin terminaba de servir el plato qué le llevaría al pequeño Ciel.

-Yo le llevaré eso. Tu ve a su alcoba y prepara la tina. -
-¿Por fin lo va a liberar amo? - pregunta la sirvienta.
-Deja de preguntar lo obvio Mey-rin.- responde cortante el demonio tomando el plato y yendo al cartucho donde tenía encerrado al niño aún atado.
Abrió la puerta y lo primero que vio fue a. Ciel en un rincón abrazando sus rodillas con un rostro mucho peor que cuando lo conoció. El mocoso estaba asustado.

-Levántate. - ordenó a lo que el niño tembloroso obedeció.
-¿Va-vas a matarme? -
-Sería algo muy piadoso de mi parte y como sabes yo soy un demonio y no siento tal cosa. ¿Sabes cuántos meses llevas encerrado aquí? - el menor niega. -3, los mismos que mi hotel sin funcionar gracias a tu broma. -
-L-lo lamento…
-No, no lo haces. - suspira. -Soy consciente del error que cometí contigo Ciel, pero a diferencia de los humanos yo sí aprendo que hice mal. - libera al pequeño de la cadena. -Así que te lo advierto. Un atentado más contra mi establecimiento y lo pagarás. Me iré pero no sin destruir hasta la última piedra de este sitio. Eliminare cada vestigio de que alguna vez existieron los Phantomhive. -
-No haré nada. -
-Eso espero mocoso. - la puerta se abre y varios de los empleados del hotel entran empezando a limpiar el cuartucho. -Asegúrense de que se quite bien ese nauseabundo olor. Mañana a primera hora traen los animales que se servirán en el banquete. -
-¿Qué hay del señorito Ciel? - señala un empleado al niño que de nuevo estaba en el piso.
-¡Te dije que te levantaras mocoso!-levanta al pequeño, sin embargo lo suelta cuando nota que el nauseabundo aroma de la habitación también cubría al niño. -Ustedes se encargan de este sitio y yo del mocoso. - con un pañuelo toma a Ciel por el cuello de su camisa y como animal lo lleva al patio trasero del hotel donde varios de los empleados se alejan al percibir el olor del niño. -Ni sueñes que con esa peste vas a volver a entrar a mi establecimiento. -
Y antes de que Ciel pudiera reaccionar el demonio lo había dejado caer al piso para arrancarle la ropa y quemarla allí mismo, luego varios sirvientes se acercaron con cubetas de agua fría la cual el demonio vierte sobre el niño buscando quitarle esa peste de algún modo…

Rato más tarde Ciel se encuentra descansando dentro de la tina, disfrutando de la esencia de vainilla en el agua y pensó en cuánto había extrañado pequeñas cosas como esa o su suave cama, incluso ver el sol o disfrutar del aire fresco. Pequeñas cosas que das por sentado siempre pero que puedes perder por un momento de estupidez.
Aún quería deshacerse de Sebastián, pero sin comprometer su hogar. Ya pensaría en algo, de momento… Dejaría a ese ente ser…

The Boy at The Window Where stories live. Discover now