Capitulo 33: Bittersweet

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25 de noviembre ~

Emma miró maravillada la nueva polera que su hermana le había dado, brillándole los ojos miel con cariño.

—¡Muchas gracias!—Abrazo la prenda y también a su hermana, quien le correspondió de inmediato.

—Pero no me des las gracias, aún te queda ese—Apunto la otra bolsa en la cama de Emma.

La ojimiel lo tomo con cuidado, formándose una sonrisa instantánea en sus labios al descubrir el contenido, sacando una caja totalmente nueva de cosméticos.

—¡Aww Ángela.... me encanta! —Dejo la caja sobre la cama, abriéndola para ver el contenido, maravillándose aún más por la variedad.

—Me alegra mucho que te guste—Se sentó en la cama, acomodando el chaleco de color burdeo que traía puesto.

—Pero… hay algo más que quiero…—Emma dejo de lado la caja, sentándose al frente de su hermana—Quiero que saques aquella pena que llevas dentro... sé y me doy cuenta de que no lo estás pasando bien.

—No hablemos de mí ahora, estaré bien con el tiempo—La atrajo a sus brazos— Pero muchas gracias por tu preocupación, Emma, eres una de las personas más preciadas para mí—Beso su mejilla, abrazándose cálidamente.

—Entonces... ¿Hoy cocinarás por mí? —Se separó, mostrando una gran sonrisa.

—Por supuesto, tu comida favorita.

*_*_*_*

Diciembre ~

—¡Otra más, cubre tu frente y ataca por el costado! —Wakasa grito con fuerza, guiando a la ojiazul que esquivo con una gran habilidad a aquel que tenía por delante.

Ángela cubrió su frente, recibiendo el golpe directamente en sus antebrazos. El dolor recorrió sus articulaciones a una velocidad impresionante al igual que respondía, tomando al sujeto para aplicar toda su fuerza inversamente y tirarlo al suelo.

Dio un salto hacia atrás, posicionándose nuevamente para continuar.

—Creo que es todo por hoy, tus golpes cada vez son más fuertes y precisos— Respondió el chico, sentándose en el suelo — Es envidiable esa fuerza que tienes con lo pequeña que eres.

—No todo es porte— Bromeo Ángela, dándole la mano para que se pusiera de pie—¿Entrenamos mañana?

—Por supuesto.

Chocaron sus puños, dándose la vuelta para ir hasta donde se encontraba Wakasa, saltando encima de él para abrazarlo.

—¿Y esto? —La sostuvo, dejando que la ojiazul lo abrazara con fuerza.

—Gracias Waka… he mejorado mucho contigo todo este tiempo…

—Si aunque no sé porque me pides que consigas tipos el triple que tú. ¿Planeas matarte frente mis propios ojos y gimnasio?

Ángela se separó, tomando bocanadas de aire.

—No… pero hay algo que debo contarte y necesito que quede entre ambos.

—¿Shin lo sabe? —La expresión aburrida que mantenía Wakasa cambio a una preocupada, viendo a la ojiazul, la cual quitaba las vendas de sus brazos y manos.

—No, Shin no sabe nada, es algo que ha estado sucediendo hace unos meses.

—Bien, te escucharé.

Ángela se sentó en la banca, viendo el morado de sus brazos, sonriendo levemente de todo lo que había progresado en un mes.

Wakasa llego a su lado, sentándose en el suelo frente a ella.

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