Capítulo 13: Eres mía.

36 5 1
                                    

El sabor metálico de la sangre se sintió en su boca, limpiándose con la mano el hilillo de aquel líquido que corrió por sus labios.

Miro hacia el suelo con la mirada perdida, pero atenta al próximo golpe.

—Tú siempre provocando que yo sea así contigo. ¿Por Qué no obedeces? —Su padre le grito, tirándole un objeto que Ángela, por inercia, esquivo.

—Estaba con mi hermano, te avisé-Su rostro permanecía serio y a pesar del dolor, se mantuvo en calma.

—¿Hermano? Tú no tienes hermanos, esa familia no está a tu altura, tú eres más que ellos, deberías cortar esa estúpida relación que tienes con ellos. No sé en qué pensaba cuando tu madre decidió entregarte a esa sucia mujer.

—No hables así de Sakurako— Defendió, mirándolo con enojo— Ellos son mi familia... quien me da asco eres tú... pegándome sin razones… —Hablo, guardando silencio al darse cuenta de lo que había dicho.

—No vuelvas a repetirlo o haré todo lo que este a mi alcance para quebrar hasta lo último de ellos.

—¿Por qué?

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué eres así conmigo? Todo... al principio... estaba bien y luego...

Oleg no dijo nada, acercándose nuevamente a la ojiazul para alzar su mano.

Ángela lo miro de frente y se quedó ahí, esperando recibir un golpe que no llego.

—Necesitas una dosis de realidad. Se dio la vuelta, cerrando la puerta de un portazo.

¿No era suficiente realidad lo que ella vivía? Y ¿Por qué él debía darle esas dosis de realidad? Los padres cuidaban y protegían, no eran tus enemigos, en el mayor de los casos, eran tus mejores aliados.

Aún era temprano, sentándose en la cama para tomar su celular y ver un mensaje.

“¿Vienes hoy?”

Era Ran y recordó que hoy, era su cumpleaños.

"Feliz cumpleaños Ran" Escribió con una leve sonrisa.

Puedo ir por ti a las 8

"No" Se sintió ignorada, haciendo una mueca.

"Iré por ti, quieras o no"

"Ven por mí ahora, saldré por la ventana"

“Estoy allá en 5 minutos”

Una sonrisa se formó en los labios de la ojiazul, a pesar del mal momento que había vivido, la idea de estar con Ran le hacía sentir algo de paz.

"¿Mis dosis de realidad pueden ser al lado de Ran?" Pensó, si vivía violencia, ¿Era bueno para ella vivir en ese mundo? Pero uno siempre es atraído a lo que no debe y a lo que, a lo largo, le hará daño, pero... ¿Qué importaba un poco más de daño?

Se levantó hacia el baño, limpiando su labio y luego salió, tomando una mochila para meter algo de ropa.

Vestía un short de color negro y una polera azul mientras su cabello estaba tomado en una trenza completa que había echo Mei minutos atrás, antes de la visita de su padre.

Tomo el teléfono y lo guardo, cerrando su puerta con llave y abrió la ventana, saliendo por allí.

No era la primera vez que arrancaba y volvía sin que nadie lo notara. Bajo con prisa, siendo sorprendida por unos brazos que la cogieron de la cintura.

—Vaya, eres una pandillera-Dijo Ran cerca de su oído, pegándola a su pecho.

—Ran...

La peliblanca se giró, abrazando al Haitani de improvisto y Ran correspondió, caminando con ella en sus brazos. Sus ojos violeta la observaron, viendo su piel blanca algo roja.

"Lo elegí" Where stories live. Discover now