XII

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Desperté con una enorme resaca, sentía que mi cabeza daba vueltas y vueltas. Abri mis ojos con dificultad y... oh no.

Dónde estaba? Cómo llegué? Qué hice? Cómo? Cuándo? Dónde?

Esas preguntas comenzaron a invadir mi mente de un momento a otro, porque sí, estaba en otro lugar que no es mi cama y ni siquiera sé cómo llegué. No debí tomar ayer por más que quisiera...

Comencé a ver por mis alrededores como podía, aunque mis ojos dolieran trate de activar mis pocas neuronas y pensar en dónde carajos me metí ayer como para llegar hasta aquí.

Ni siquiera pude ver bien hasta que alguien abrió la puerta, definitivamente este es mi fin...

Le resé cien veces a la virgen María, cuarenta a Jesús, mil a Dios, otras quince mil más a lo inexistente, y unos millones a el universo. Solo pido que sea alguien que conozco y que no me haya metido con un completo desconocido.

ーJae, despertaste.

Gracias Dios.

Sunghoon se acercó lentamente hasta dónde yo estaba, no pude evitar sentir un gran alivió cuando lo ví sonreír un poco, mi corazón se aceleró y sonreí inconscientemente, agradezco que haya sido con Sunghoon con quién me encontré ayer.

Se sentó al lado mío y colocó una de sus manos en mi frente - estás algo caliente... te duele la cabeza? - me miró preocupado. Me voy a derretir de la ternura, su carita es tan linda...

Ni siquiera pude formular una pequeña respuesta, yo solo asentí y Sunghoon hizo un puchero.

ーYa vengo, espérame aquí - se levantó y salió del cuarto. No voy a negar que si me sentí un poco triste, es estúpido, pero quería quedarme con él.

Aunque de todos modos volvió al minuto después, no demoró en llegar con una botella de agua y un par de pastillas.

ーTen, tómate esto - me extendió ambas cosas y yo las acepte con una pequeña sonrisa. Sunghoon se sentía de nuevo por un momento en la cama.

Me tomé las pastillas y suspiré, solo esperó a que se acabé este dolor, es realmente insoportable.

ーGracias... - por fin pude decir algo aunque me doliera hasta la última neurona de mi cabeza.

ーTe dejaré dormir - se comenzó a parar para irse - vengo en un rato.

Se fue, simplemente se fue y yo no pude tener la fuerza para detenerlo. Me dolía tanto la cabeza que sentía que en cualquier momento caía rendido.

Busqué mi celular con la mirada y lo ví allí en la mesita de noche. Lo agarré y ví la hora, eran las 4 de la tarde... un poquito tarde.

Tenía demasiadas notificaciones, pero las ignore, no estaba en condiciones para leerlas, la resaca no estaba ayudándome.

Apagué mi celular de nuevo y suspiré con los ojos cerrados, estaba tratando de aguantar el maldito dolor de cabeza. Quién me mando a tomar tanto?

Con la poca fuerza que me quedaba, me levanté de la cama y salí de la habitación para ir hasta el living. Sunghoon estaba en la cocina haciendo quien sabe que, así que fuí hasta allí para saber que cocinaba, olía muy rico.

BlondeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora