Capitulo 4.

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Hacía un par de minutos que el médico me dio el alta. Un señor vestido como los hombres de negro vino a buscarme a la habitación, supuse que era Alfred. Muy amable me indicó donde estaba el auto; una bonita camioneta Chevrolet. Le indiqué el camino a casa. Al llegar me di cuenta que la señora García me esperaba afuera. Bajé con cuidado para saludarla.

-Parece que tienes más de siete vidas niña. – Sonrió y me dio un leve abrazo. – Aunque te vez como muerto en vida.

-Gracias por ayudarme señora García.

-No hay de que niña, es una pena que no se queden más. – Mi cara fue de confusión.

- ¿Cómo sabe?

-La señorita que te llevó a emergencias vino hoy por la mañana. Dijo que conseguiste un trabajo bastante lejos de aquí y que la casa no les sería más necesaria. – La castaña hizo eso? – Pagó la renta de este mes, le dije que no era necesario porque las aprecio mucho, pero insistió y acepté. ¿Es cierto lo del trabajo?

-Lo es, todavía creo que es un sueño. Me pagaran mejor y podré darle un mejor futuro a Jisoo.

-Ay mi niña, siempre esforzándote para dar lo mejor. Sigue así pequeña Lisa, espero que sean muy felices y que nunca se olviden de esta vieja.

-No podría señora García. Prometo que cuando me recupere y me establezca en mi trabajo Jisoo y yo la visitaremos seguido.

-Bien, tendré las galletas de Jisoo.

Le di un abrazo para despedirme y entre a casa para llevarme nuestras pertenencias; ropa, algunas fotografías y otras cosas importantes. Una hora más tarde el hombre de negro conducía hasta la residencia de la familia Kim. Supe que habíamos llegado al ver las iniciales del apellido en un portón elegante. El señor dio un aviso por un radio de comunicación y las puertas del lugar se abrieron. Una hermosa y grande casa se veía al fondo del lugar. ¡Vaya que los jardines son enormes! Podré darme gusto haciendo diseños en los arbustos; que ahora por el comienzo del invierno se encuentran sin hojas. Usualmente el clima es cálido, pero igual al resto del país en invierno la temperatura desciende.

El hombre estacionó el auto frente a la puerta de la casa y me ayudó a llevar las cosas. La casa era espectacular por dentro. Estaba organizada a manera perfecta. Mi instinto en diseño que nada estaba fuera de lugar y eso era satisfactorio.

- ¡Lisa! Es bueno tenerte en casa. – La señora Kim me dio un fuerte abrazo, hizo que mi cuerpo doliera un poco por los golpes, pero no me quejé; su abrazo era cálido.

-Gracias otra vez por esto Señora Kim. – Hice una pequeña reverencia hacia ella.

-Deja las formalidades Lisa, llámame Isabelle. Jennie y las chicas están por llegar. Vamos, te enseñaré tu habitación.

Seguí a la mujer hasta la segunda planta donde había un pasillo amplio con fotos y cuadros de oleos. Había varias puertas; todas de un color nogal oscuro. Se detuvo frente a una y la abrió dejándome pasar primero. Era grande, ¡muy grande! Una gran cama estaba posicionada en el centro del lado izquierdo; al lado izquierdo había un gran balcón. Los colores combinaban con el resto de la casa.

-Bienvenida a tu nuevo hogar Lisa. Por favor, no dudes en hablar conmigo si necesitas algo. Puedes tomar lo que quieras de la cocina. Hay personal de limpieza, así que no te preocupes por eso. También tienes el cuarto de baño tras esa puerta. – Señaló una puerta a unos pasos de la cama. – Después de la cena te indicaré tus deberes; que por el momento no serán de esfuerzo. Mi oficina está en la primera planta, justo al entrar, a la derecha está la puerta. – Salimos otra vez al pasillo. – La habitación de tu izquierda es de Jennie. La del frente es de Jisoo y la que está junto a la de Jisoo es de Rosé. ¿Alguna duda? – Aproveché el momento a solas para hacerle una pregunta que ronda en mi mente desde ayer.

¿Quién salvó a quién? /Jenlisa/Chaesoo. (G!p)Where stories live. Discover now