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Diana:

—La obsidiana ha empezado a formarse. —Menciona mi jefe de guardia. —Es probable que el ex consejero Lucian ya haya enviado a gente del pueblo a recolectarlo.

Y eso me temo.

—Si es que ya no lo ha hecho. —Dice otro de mis guardias. —Si fue capaz de invadir el palacio, no es de sorprender que enviara gente aun cuando el volcán seguía activo.

El jefe de guardia tragar saliva al mirarme.—Y eso aumenta la probabilidad que también haya enviado rebeldes.

—Los rebeldes que eligió son hombres fuertes. —Comenta otro guardia. —Y hemos traído a los minero en su mayoría aquí a Arcaría, si a alguien necesitara, créanlo. —Me mira a mí. —Mi reina, usara a sus rebeldes de recolectores.

Estoy en uno de los salones grandes del palacio de Arcaría, la reina nos lo otorgo para realizar una estrategia antes de tomar una elección concreta y sé que cada minuto cuenta, pero no puedo tomarlo a la ligera.

—Por eso creo que es ahí donde debemos ir a atacar. —Continua el jefe de guardia. —Claro que antes verificar la información.

—Lucian es ambicioso, no desaprovechara la oportunidad de adueñarse de la obsidiana. —Intervengo captando la atención de todos en la sala. —En su mente él ha ganado y enviará a cuanto pueda a recolectar la obsidiana, pero no es tonto y eso no quiere decir que el palacio estará desprotegido, no se confíen...

Suelto un suspiro.

—Sin embargo, si... —Miro a mis guardias. —No descartemos nada aun.

Una parte suya ambicionara más y eso incluye a arriesgarse a tomar el mineral, sabiendo que es probable que use eso a mi favor.

No es tonto, por algo él está haya y yo aquí.

—Si es que no lo ha hecho ya. —Comentan.

—Mi reina. —Se vuelven hacia mí. —Su guardia esta lista para atacar en cuanto usted lo ordene. La mayoría esta ya recuperado y el pueblo desea luchar...

—No mandare a mi pueblo a una guerra sin evaluar el terreno antes. —Menciono yo. —Esto haremos, quiero vigías cerca a los volcanes, en cuanto se compruebe la situación de que Lucian ya ha enviado a mi pueblo y sus rebeldes a recolectar la obsidiana, entonces tomare la decisión de como atacaremos.

¡Entendido, mi reina!

Asiento y mi vuelvo hacia Chuck, quien no se ha despegado de mi lado desde que me recupere.



(***)



—¿Por qué es necesario que siga viéndolo, doctor? —Me vuelvo hacia Emmet, mientras golpea con una piedra dentro de un recipiente.

—Medicamento. —Responde él. —Es la reina y me han puesto a su cuidado como su médico, aun no le he dado de alta..

—Increíble, ya veo porque es tan importante para la reina.

Levanta la mirada al oírme, lo observo tragar antes de continuar, sin embargo, no guarda silencio.

—La reina le dijo sobre mi relación con ella.

—Yo insistí.

—Entiendo. —Contesta. —Y se ve confundida.

—Lo estoy. —Respondo y sus ojos vuelven a observarme. —¿Por qué no está en Arcaría si es su médico?

Tarda en contestar, pero lo hace, el me da la espalda y comienza a preparar lo que volvió casi polvo con agua.

—Ella es la reina y yo un médico, acordamos que no afectara nuestras vidas. —Me dice dándome la espalda. —No es malo como está pensando, vengo cuando ella me necesita y estamos presenten, solo le doy espacio para lo que necesita su atención completamente.

Se vuelve hacia mí con el brebaje preparado en una taza.

—El ser la reina de Arcaría.

Me alcanza la taza.

—Beba. —Me pide y bajo la mirada al liquido desagradable. —No sabe tan mal como parece.

Lo sujeto entre mis manos.

—Va a luchar por recuperar su reino y eso requiere mucha energía.

Lo llevo a mis labios y bebo un poco, en eso tiene razón, el vuelve a darme la espalda esta vez para recoger sus cosas.

—¿De alguna manera dices que funciona? —Pregunto yo. —Tu relación con su majestad.

Se voltea y pone la mirada sobre mí.

Una sonrisa curva sus labios.—A nuestra manera si, funciona, reina Diana.



(***)



—Sus guardias partieron hace unos minutos. —Me hace saber Alexandra, mientras caminamos por el jardín y me aseguro que mi pueblo está a gusto. —Creí que necesitaría saber.

—Esperaba esa información y gracias. Recurrir a esto es lo que me queda ya que con Lucian no se puede hablar y lo cierto es que no me interesa hablar.

Una niña corre frente a nosotras jugando con su hermanita y los padres la llevan de regreso a la carpa, quienes hacen una reverencia al vernos a la reina de Arcaría y a mí.

—Permitame ayudarla. —Las palabras de la reina detienen mis pasos.

Me giro en su dirección.

—Dije que mi guardia estará a su disposición y lo mantengo.

Niego con la cabeza.

—Alexandra, sé que te ayude, pero no es necesario que arriesgues más a tu pueblo. Ya me devolviste el favor, esta lucha es mi..

—Lo sé. —Me interrumpe.

—¿Entonces porque lo haces?

—Creí que eso ya lo suponía, Diana. —Sonríe y vuelve a caminar y sigo sus pasos hasta estar a su lado nuevamente. —Pero un reino que se desequilibra puede ocasionar una catástrofe, creo que está de acuerdo en ello.

Las palabras me dejan sorprendida.

Esta niña....Como ha crecido.

—Althea, Alejandria, Arcaria, Obsidiana, Damaria. —Enumera una a una. —Beltza, Lavinia, Carpathia, Solaria y Eliora, incluso Tierra Quebrada... Todo es una cadena y ha seguido estable todos estos años, si una pierde el rumbo, las consecuencias traerán repercusiones hacia los demás.

Ve su propio beneficio para su reino, es así como piensa una reina.

—Y no me quedare viendo como eso sucede, nuestros reinos y los vecinos han mantenido un solo estilo de gobierno durante años, incluso Damaria, quienes llevan un conflicto hace años han sabido acoplarse a nosotros, pero como usted describe al usurpador de Obsidiana me hace creer que hay motivos por los que preocuparme.

—Entiendo. —Sonrio.

—Y usted es la reina de Obsidiana, Diana y así debe seguir siendo.

—Estoy de acuerdo.

—¿Entonces me dejara participar y no ser una mera espectadora?

Respiro profundo.—¿Estas segura, Alexandra.

—Lo estoy. —Encoge los hombros. 

Y estoy más que de acuerdo con sus siguientes palabras.

—Además dos reinas contra un usurpador es algo que debe estar en los libros de historia ¿No lo cree, Diana? 

En los zapatos de la Reina (#4 Amores en la realeza)Where stories live. Discover now