Babies

26

Me desperté en medio de la noche sobresaltado, T/N no se encontraba a mi lado, cosa que me extrañó muchísimo. Ella jamas se movía de mi abrazo, nisiquiera el día que habíamos peleado en casa de mi madre. Abrí los ojos como pude y escudriñé la oscuridad, encontrando su lado de la cama vacío y la puerta del cuarto abierta.

Con algo de prisa me levanté de la cama y la encontré en la cocina intentando servirse un vaso de agua mientras cargaba en brazos a un Jeongin dormido que se chupaba el dedo.

-¿Ocurrió algo?- Pregunté suave para no despertar a los demás, mientras le servía el agua.

-No, simplemente Jeongin que no podía dormir bien y yo tenía algo de sed.- Me sonrió y comenzó a beber del vaso.

-Podemos dormir los tres juntos, no me molesta.- Le devolví la sonrisa e intenté tomar al pequeñi de sus brazos, pero este solo se revolvió molesto y lloriqueó.- Está bien, no me hagas pucheros a mi. No te apartó de tu madre.

T/N rió suavecito y palmeó la espalda del infante para que siguiera durmiendo.

-Lleva así dos noches, no logro que duerma en su habitación nuevamente.- Suspiró cansada.

A ver, los pongo un poco al tanto, luego de esa pequeña discusión y conversación en casa de mi madre, T/N y yo decidimos cambiar algunas dinámicas familiares, entre ellas la falta de una habitación para Jeongin, por lo tanto convertimos el cuarto de huéspedes en su habitación y T/N se pasó a mi habitación.

También desde ese desafortunado encuentro con Juna y su sobrina, la mayor decidió disculparse con mi familia para no perder el empleo, por lo tanto la mantuve en su puesto con nuevas reglas, al menos por ahora, porque ella tenía razón, es la mejor secretaria.

-Puede dormir con nosotros esta noche, ya luego se pasará sólito.- Volví a insistir.

-Preferiría que no.- Dijo avergonzada y caminando a la habitación del pequeño.

-¿Por qué...?- Pregunté con millones de ideas bonitas y no tan inocentes en la mente.

-Aleja tus pensamientos sucios.- Me reprendió sin mirarme.- Es simplemente porque después no querrá volver a dormir solo.

-Oh vamos, no creo que le afecte.- La abracé por la espalda una vez que se posicionó frente a la cama cuna de Jeongin para dejarlo y poner uno de sus abrigos a su lado para así regresar ella a la cama.

-Claro que le afectará. Luego no querrá volver y crecerá, ya no tendremos espacio en la cama.- Se quejó tomando mis manos y girando su rostro para verme.

-Usted es la que sabe, my lady.- Dejé un pequeño pico sobre sus labios y reí suavecito saliendo con ella aún en la misma posición.- Ahora que me desperté quisiera que me ayudes a dormir.

-Te haré los mimos que quieras.- Suspiró y rió por lo bajo cuando di un pequeño saltito de felicidad.

-¡Eres la mejor!- Exclamé antes de ser callado por ella con un "shhhh", ya que pasamos frente a la puerta de la habitación de Hyunjin y Minho mientras hacía escándalo.

Entre risas nos metimos nuevamente en la cama y me acurruqué en su pecho esperando los mimos que ella me había prometido. Estos no se hicieron esperar y fueron tan pero tan relajantes que no se en qué momento me encontré durmiendo nuevamente.

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Desperté siendo consciente del día que era, sábado, pero hoy debía ir a la empresa por un par de horas para una reunión urgente con los accionistas, ya luego de eso podría volver a casa a disfrutar de estar con mi familia.

Giré a mi lado y T/N no estaba, pero escuchaba las lejanas voces de los niños y de la chica en cuestión. Suponía que estaban haciendo el desayuno, por lo tanto me levanté para bañarme y alistarme. Odiaba las reuniones de este tipo, me resultaban tediosas y muy aburridas, si no fuera porque debíamos rendir cuentas de las acciones frente a ellos ni las pensaría.

Una vez salí de la ducha me vestí en la habitación, ya cambiado me dispuse a terminar de secar mi cabello con la toalla que había puesto sobre la cama.

-Christopher.- T/N estaba de pie junto a mi.

-Hola mi amor.- La saludé con simpatía e inocencia, invitandola a sentarse a mi lado.

-¿Cuantas veces te he dicho que no pongas la toalla mojada sobre la cama?- Se sentó soltando un suspiro cansado y mirando al frente.

-Emmm...- Me apené y para que no me riñera tanto la empujé suavecito hacia atrás con mi hombro, haciendo que los dos quedaremos tumbados en el colchón mirando el techo.- Quizás unas...¿10 veces?- Me encogí de hombros y la observé, hasta molesta era hermosa.

-Entonces...¿Por qué sigues haciéndolo?- Preguntó cruzándose de brazos y mirándome fijamente logrando que mi corazón se sobresaltara, sus hermosas pecas casi invisibles y sus ojos café detrás de sus largas pestañas me hicieron derretir de amor.

-Lo siento, no lo volveré a hacer.- Me sonrojé y me escondí en el hueco que se formaba entre su cuello y su mentón mientras la abrazaba de costado.

-Te perdono solo porque te quiero.- Dijo en un suspiro aceptando mi abrazo, a lo cual yo la moví con felicidad festejando.

-Mamá, Felix me golpeó.- Changbin entró a la habitación casi llorando.- Y Minho está peleando con Hyunjin, se están tirando del cabello y diciéndose cosas muy feas.

Miré a mi hijo mientras me apoyaba en el colchón y me sorprendí al ver que ya no me buscaban para resolver sus problemas, ahora era T/N quien debía ser llamada para calmar las aguas como hacía yo antes. No era la primera vez, hace un par de noches atrás Seungmin peleó con Han por un juguete y en lugar de recurrir a mi fueron directo con ella. No es que me molestase, ya que era muy lindo ver como la trataban como a su madre, pero me dolía no sentirme útil o cercano a mis hijos para que me contasen las cosas o resolviera sus problemas.

T/N se levantó rápidamente, pero fue tan rápido que se mareó y se volvió a sentar, instante que yo aproveché para sentarme y acercarme a ella nuevamente.

-Mami, ¿estás bien?- Rápidamente Changbin se paró frente a ella y la observó con ojos aguados y preocupados.

-¿Qué ocurrió T/N?- Pregunté preocupado.

-Solo me levanté muy rápido, no es nada.- Nos sonrió y respiró profundo antes de salir de la habitación para conversar con los niños que creaban el caos.

-Papá...- Me llamó Changbin una vez la chica salió.

-Descuida Binnie, yo me encargo.- Le dije con una mirada tranquilizadora y revolviendo su cabello. Tanto él como yo estábamos preocupados por ella y su reciente reacción.