Capítulo 36

155 23 19
                                    


M  i  a

Llegué al centro veterinario que me había recomendado Helena, se encontraba en la zona de Liyé. Cosa que me parecía genial ya que quedaba cerca del trabajo de Harry para cualquier urgencia.

No se como los animales sienten donde están, pero en cuanto entramos la clínica Dorito empezó a bufar desde el trasportín con nerviosismo, y eso que creo que es la primera vez que visita una, o al menos eso creía yo por lo pequeño que es.

- ¿Qué pasa pequeñín?- Se acercó un chico a saludar a Dorito con voz dulce- ¿Cómo se llama?- preguntó dirigiéndose hacía a mi con unos ojos negros azabache.

Iba vestido con un pantalón vaquero corto de color verde y unas camiseta blanca algo ancha junto con unas sandalias marrones. Era un poco más alto que Eric, y lo que más llamaba la atención eran unos rizos rubios con aire desenfadado que caían ligeramente sobre su frente.

- Dorito- conteste mientras él tomaba el trasportín de Dorito del suelo sin pedir permiso alguno.

- ¿Qué crees que haces?- ataqué con ira.

Me dedicó una sonrisa de lado y avanzó con Dorito hacía un rincón donde había un mueble con baldas.

- Los gatos es mejor ponerlos en este mueble en altura, por si entra un perro que el pequeño no sienta la amenaza. Es más seguro- explicó con soberbia acariciando el hocico de mi michi.- Y la próxima vez cuando lo traigas es conveniente que lo tapes con una mantita para que venga más relajado.

Le dediqué una mirada de indignación, porque no me gustaba nada el tono que estaba utilizando. A cuento de qué viene este a darme consejos sin que nadie se los pida. Miré a Eric buscando apoyo, pero está junto a una columna distraído con el móvil.

- Ni que fueras el veterinario de la clínica, nadie te ha pedido opinión.

Se alejó de Dorito para situarse frente a mí, me analizo de arriba abajo, como si me estuviera haciendo una radiografía.

- Tienes razón, no has pedido mi opinión- tomó aire inflando el pecho y escrutándome con esos ojos oscuros- con respecto a lo otro si te equivocas.

Mierda, ¿Por qué siempre suelo meter la pata en estas situaciones? Me quedé de piedra, sintiéndome ridícula mientras él se daba la vuelta y se dirigía al interior de la clínica. Pero antes de cerrar la puerta se giró con una sonrisa de oreja a oreja.

- Me cambio y les aviso- giró sobre sus talones y desapareció dejándome sin palabras.

- ¿Te ha mordido la lengua Dorito?- susurro Eric en mi oído haciendo que me sobresaltara.

- ¡Joder Eric!- me queje- No hago más que meter la pata.

- ¿Tu crees? Porque desde mi punto de vista has llamado su atención pequeña diva

Le di un pequeño empujón y lo ignoré centrándome en Dorito que no hacía más que maullar pidiendo atención. Pero sentí como el calor subía hasta mis mejillas. no es que haya sentido atracción, pero sí que había sentido ese coqueteo y como me observaba con deseo.

Deje que entrara Eric en mi lugar con Dorito, porque aún me perduraba la vergüenza por lo ocurrido hace unos minutos. Al cabo de 30 minutos de chequeo intenso, Eric salió con una mueca burlona. Eso no podía significar nada nuevo.

- Venga nos vamos- reclame tirando de él.

- Espera tienes que pagar.

- Paga tu y te hago bizum

La PlaylistWhere stories live. Discover now