Capítulo 28

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Mia

Me desperté antes que Sam, que se removía bajo mis sábanas y me envolvía con sus piernas desnudas. Solo con observarla así en mi cama, me subía el calor hasta mis mejillas. Aún me seguía sorprendiendo las cosas que me generaba. Tenía ganas de acariciar el rastro de lunares que había sobre su muslo. ¿Y qué me detenía? Debería dejarme llevar más por las cosas que me apetecen hacer y no darle tantas vueltas.

Dejé mis inseguridades y la razón a un lado y me dejé llevar por ese lado más salvaje e irracional. Su pierna estaba sobre mi cintura, por lo que tenía fácil acceso. Al principio me centré en sus lunares, luego deslicé despacio mi mano por su pierna erizando su piel hasta llegar a su nalga. Sam se removió y abrió los ojos con una sonrisa pícara.

- Alguien se ha despertado con ganas de jugar- dijo con la voz ronca y no sabía si de deseo o de sueño.

Apreté mi mano sobre su nalga y Sam abrió los ojos sorprendida. Su mirada se tornó oscura y en llamas por ese simple gesto.

- Deberías distraerte antes de estudiar- dije en un tono que ni yo reconocía como mi voz.

- ¿Qué me propones para distraerme?- siseo con la voz cargada de pasión mientras se mordía el labio inferior y subía aún más su pierna sobre mí para darme más acceso a su piel desnuda.

Quería sorprenderla, a pesar de no tener experiencia mi cuerpo sabía lo que quería y sabía que ella me podía guiar. Aparté su pierna y me levanté de la cama haciendo que Sam me mirara con una sonrisa expectante ante mi siguiente movimiento.

Le di la espalda y me quité la camiseta que llevaba a modo de pijama. La solté en el suelo sin mirarla. Caminé hasta el baño y cuando llegué al marco de la puerta, giré para mirarla de arriba a abajo invitándola a seguirme pero permanecía en la cama sin esa sonrisa que tenía hace un momento. Ahora me observaba seria con los ojos abiertos y analizando cada centímetro de mi piel.

- ¿Una ducha?- pregunté y giré sobre mis talones rápidamente para que no viera mis mejillas rojas ante mi descarada propuesta.

Una vez en el baño me quité el tanga y me introduje en el plato de ducha. Abrí el agua y dejé que el calor relajara cada uno de mis músculos. Estaba nerviosa por si Sam no venía, pero justo cuando las dudas empezaron a invadirme sentí como entraba en el plato de ducha. Sonreí victoriosa.

Me di la vuelta para recibirla. Tragué saliva al verla completamente desnuda, tal y como estaba yo, ambas nos observábamos y nos comíamos con la mirada. Era increíblemente sexy, y más con el agua cayendo sobre ella y humedeciendo cada poro de su piel.

Extendió su brazo sobre mí, y cogió el gel del cuerpo que estaba en la estantería de la pared.

- Date la vuelta- ordenó con deseo y obedecí sin rechistar.

Comenzó a pasar el gel lentamente por mi espalda, mis hombros y bajó hasta mi cadera rodeándome con las manos y llevando el gel hasta mi abdomen. Pegó su cuerpo al mío, me estremecí y apoyé mis manos en la pared para sostenerme en pie. Ella se pegó aún más y sentí como salía un pequeño jadeo de mi boca. Sabía que Sam estaba sonriendo tras ese sonido.

Comenzó a besarme el cuello y a subir sus manos hasta el vértice de mis pequeños pechos. Instintivamente eché el cuello hacia atrás para darle espacio y me pegué más a ella. Cogí sus manos y las guié hasta mis pechos. Comenzó a jugar con mis pezones, endureciéndolos y provocándome otro jadeo.

- Me vuelves loca- susurró en mi oído, provocando que me excitara aún más.

No aguantaba más. Necesitaba besarla y tocar su piel igual que lo estaba haciendo conmigo. Me giré y avancé sobre ella haciendo que pegara su espalda a la pared, me observaba con una sonrisa. Atrapé sus labios entre los míos y la besé con pasión pegando todo mi cuerpo al suyo y bajando mis manos desde su cuello hasta su cadera. Sentía como se erizaba su piel con el suave roce de mis manos mientras el agua seguía mojándonos y haciendo el momento más sensual.

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