CAPÍTULO 8

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La noche estaba llegando a su fin cuando Jimin y Jungkook regresaron a su departamento después de una cena llena de risas, confidencias y complicidad. La cercanía emocional que habían construido durante la velada seguía flotando en el aire, creando una atmósfera de tensión y excitación.

Al entrar al apartamento, ambos se quedaron de pie, mirándose intensamente, como si un millón de pensamientos y emociones pasaran entre ellos en silencio. Jimin podía sentir su corazón latiendo rápidamente, mientras que Jungkook tenía un brillo especial en los ojos.

— Gracias por esta noche, Jungkook. Ha sido maravillosa. —dijo Jimin, rompiendo el silencio y sonriendo con sinceridad.

Jungkook asintió, devolviéndole la sonrisa.

— De nada, Jimin. Estoy contento de haber compartido esta cena contigo. Realmente disfruté pasar tiempo juntos fuera del trabajo. —respondió Jungkook, con una nota de suavidad en su voz.

La cercanía entre ellos era palpable, y ninguno de los dos podía evitar sentir la conexión especial que habían desarrollado durante la noche. Jimin miró a Jungkook, su corazón palpitando con una mezcla de nerviosismo y deseo. Se sentía hipnotizado y algo mareado, no muy seguro de si a consecuencia de las copas que bebió de más o por la atrayente mirada de Jeon.

— Jungkook, hay algo que quiero decirte... —comenzó Jimin, con la intención de comentarle lo de la llamada, pero sus palabras se vieron interrumpidas cuando Jungkook se acercó lentamente a él.

El más joven tomó su rostro entre sus manos con una delicadeza que envió un escalofrío por toda su espalda. Sus labios se encontraron en un beso suave y tentativo, como si ambos estuvieran explorando terreno desconocido.

El beso fue fugaz al principio, pero enseguida se intensificó. Las manos de Jimin se aferraron instintivamente a la cintura de Jungkook, atrayéndolo hacia sí. Un fuego interior se encendió, y los dos se dejaron llevar por el impulso del momento.

Las emociones que habían estado guardadas durante tanto tiempo se liberaron en ese beso apasionado. Fue como si hubieran estado esperando ese momento durante mucho tiempo, como si sus corazones estuvieran sincronizados y supieran que este era el camino que debían seguir.

Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento, mirándose con una mezcla de sorpresa y deseo en sus ojos. No hacía falta decir nada, ya que sus acciones habían hablado más fuerte que cualquier palabra.

— Lo siento, no sé qué me pasó. —dijo Jungkook, desviando la mirada con nervviosismo y vergüenza.

Jimin sonrió, acercándose nuevamente a él y colocando suavemente una mano en su mejilla.

— No tienes que disculparte, Jungkook. Ha sido un día lleno de emociones y sorpresas. Creo que ambos necesitábamos liberar un poco de tensión. —dijo, con una sonrisa casi coqueta.

Jungkook asintió, sintiéndose aliviado de que Jimin no lo rechazara.

— Sí, ha sido un día intenso. Y creo que ha sido un buen momento para liberar algo de tensión juntos. —respondió, dejando escapar una risita nerviosa pero pícara.

Ambos se miraron cómplices por un instante antes de que Jungkook volviera a acercarse y le robara otro beso, esta vez más seguro y apasionado. La conexión entre ellos se profundizó en ese momento, y no supieron cómo iban a enfrentar eso, pero no les importó en ese instante. Sólo se dejaron llevar por sus sentimientos a flor de piel, expuestos con la ayuda del alcohol.

El resto de la noche fue una mezcla de risas, conversaciones y nuevos descubrimientos sobre sí mismos. No tardaron en quedarse dormidos en la cama de Jimin. Se quedaron parte de la noche tumbados, hablando y compartiendo anécdotas de su vida hasta que cayeron rendidos.

Sombras De Orion | KOOKMIN - JIKOOKWhere stories live. Discover now