CAPÍTULO 3

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La luz del nuevo día filtraba tímidamente por las cortinas de la oficina, despertando a Jungkook de su sueño reparador en la silla reclinable. Se levantó con cuidado, tratando de no hacer ruido para no perturbar el descanso de Jimin, que aún dormía plácidamente en el sofá.

Después de retorcer sus articulaciones, aún incómodo por la mala postura en la que había dormido, agarró su teléfono y salió al pasillo.

Jimin, por el contrario, se despertó pocos minutos después. Estiró los brazos y bostezó suavemente mientras se levantaba del sofá. Miró hacia la silla donde Jungkook había pasado la noche, pero para su sorpresa, el agente ya no estaba allí.

Se acercó a la puerta de la oficina y la abrió lentamente, encontrándose con Jungkook parado en el pasillo, hablando por teléfono con alguien. Aunque intentó no escuchar, no pudo evitar captar algunas palabras que lo dejaron intrigado.

— No te preocupes, estoy bien. Solo necesitaba asegurarme de que él estuviera a salvo. Gracias por tu apoyo, hyung. Nos vemos más tarde. No olvides llevarte el coche, no queremos más incidentes.

Jungkook colgó el teléfono y volteó hacia Jimin, sorprendido al verlo ahí.

— ¿Ya despierto? Lo siento, no quería despertarte con la llamada. Era uno de mis compañeros de la brigada. Solo les estaba informando de que debían retirar cuanto antes el coche que dejamos aparcado ayer.

— Tranquilo, no me has despertado tú. —sonrió amablemente— Está bien, en cuanto lo tengamos de vuelta avísame, mientras continuaré la investigación con lo que tenemos en la oficina.

Jeon asintió y guardó el dispositivo en el bolsillo de su uniforme, volviendo a entrar en la sala para recoger sus cosas.

— Iré a por algo de desayunar, ¿quieres que te traiga alguna cosa? —se colocó el abrigo y sostuvo el pomo de la puerta, esperando por una respuesta.

— Sí, claro. ¿Podrías traerme un café largo y algo dulce de comer? —contestó, absorto entre los documentos y las fotografías esparcidas por la mesa.

— Sin problema.

Jungkook se fue de la oficina y echó la llave antes de salir. Bajó a la calle y se dirigió a una pequeña cafetería que había a un par de calles más adelante. Era pleno otoño y el sol aún no había salido para esas horas de la mañana, así que la temperatura era más bien fría.

Se abrochó el abrigo y continuó hasta que por fin divisó el cartel del local. No pudo evitar pensar en que su mañana podía calificarse de muchas maneras, pero desde luego no como "Sweet Morning", tal y como estaba escrito en el rótulo.

Como agente especial le era inevitable no fijarse en cada minucioso detalle que lo rodeaba. Siempre estaba atento a cualquier cosa, pendiente de quienes lo rodeaban y lo que hacían. Por eso no pudo apartar su discreta mirada del vehículo que parecía estar siguiéndolo desde hacía ya un buen rato.

No quería emparanoiarse, así que lo dejó estar mientras no supusiera una amenaza y se apuntó el número de matrícula y el modelo del coche en las notas de su teléfono sin bajar la guardia.

No tardó mucho en volver, quizás un cuarto de hora, no mucho más.

— Aquí tienes tu café largo. —dejó el envase de cartón reciclable sobre la mesita, junto a una decorada cajita del mismo estilo— No sé si te gustará, pero te he comprado un rollo de canela.

Jimin, que aún seguía enfocado en su reportaje, tomó el portátil entre sus manos y comenzó a leer el artículo que acababa de encontrar en internet. Sus ojos se abrieron sorprendidos mientras avanzaba en la lectura. Era una descripción detallada de la tecnología que habían intentado robar de Nexus: Orion.

Sombras De Orion | KOOKMIN - JIKOOKWhere stories live. Discover now