22. Elige arma... Vale, esto tiene que ser trampa.

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POV Seth

Riley Biers.

El nombre no debería decirme nada, no se puede esperar que un lobo conozca — y menos que recuerde — el nombre de sus víctimas. Ni siquiera deberían llamarse allí. Eso es lo que me dirían todos mis hermanos, es lo que me diría Leah, que ahora mira a Hailey como si hablase en un idioma desconocido. Por supuesto que ella no sabe de quién habla, para ella solo es un nombre sin una cara a la que asociarlo, pero para mí... Para mí es mucho más.

No solo porque, al contrario que el resto de la manada, no me limito a tolerar a los vampiros, sino que he llegado a considerar a algunos de ellos mis amigos más cercanos. He llegado a comprender que no todos son monstruos. No más que nosotros.

Incluso los que tienen ojos rojos como el rubí, ¿acaso conocemos sus circunstancias? Tal vez se limitan a sobrevivir, puede que no conozcan otra forma de manejarse, o estén siendo manipulados, o lo hacen lo que hacen por amor.

Pero, por lo que el nombre de Riley resuena en mi cabeza una vez la vampira lo pronuncia y un escalofrío recorre mi espalda, no es solamente por eso. Es porque uno no se olvida de la primera persona a la que mata.

Recuerdo que durante la pelea estaba centrado, lo veía todo con una claridad cristalina, sin embargo ahora aparece todo como un torbellino en mi cabeza. Pero el rostro del chico, joven, demasiado, poco mayor que yo ahora mismo, no desaparece. Cada detalle de su expresión antes de que sus ojos rubí perdieran su última chispa sigue ahí. Y aunque nunca antes me he detenido lo suficiente en esas memorias ni estos pensamientos, ahora lo hago, y una culpa desconocida entra en juego pateando mi estómago hacia abajo.

Culpa, porque ese chico tenía gente que le quería, y aunque lo sabía, ser testigo de ello es distinto. Y más culpa porque ese amor que suscitaba ha sido lo que ahora nos ha metido en este lío. En resumen, tal vez yo no tenga la culpa de todo, pero sí soy el responsable de que Karl esté en esa cama de hospital.

— ¿Cómo sabes que fue un lobo? — pregunta mi hermana — Que no fue otro vampiro.

Ella sabe la verdad, sabe que fui yo, e intenta protegerme, como siempre. Pero no voy a dejar que le cargue el muerto — nunca mejor dicho — a los Cullen.

Así que, sin dejar que conteste, intento distraer la atención de la fría — como si eso fuese posible — con mi propia pregunta.

— Si te lo dijéramos, ¿de qué serviría? — cuestiono. Capto la mirada de Leah instándome a callar, pero la ignoro — Eso no te lo devolvería.

Noto como tensa el agarre de su brazo en mi cuello y trago saliva de manera automática.

— Si vuestro amigo hubiese muerto, ¿no buscaríais al culpable? — pregunta suavemente en mi oído. Me gustaría decir que no, pero si las palabras no salen no es por la presión en mi tráquea — No lo niegues; recuerda que he tenido que sacarte de encima de mi hermano.

No podría hacerlo, tiene razón. Y pienso que, de una manera retorcida, tiene sentido. Yo, cegado por la ira, me he lanzado sobre un humano; ella, la villana, está dándonos una oportunidad. Una pelea justa.

— No vamos a entregarte a uno de los nuestros. — dice Leah.

— Fui yo. — afirmo al mismo tiempo.

Siento el tiempo detenerse mientras la figura que me oprime parece volverse más de piedra y mi hermana pierde el color de su rostro hasta que podría casi compararse con el de mi captora, seguro. Puedo ver el miedo en sus ojos, el auténtico terror que solo he visto empañarlos cuando soy yo el que está en peligro.

Y vaya si lo estoy. Soy consciente de que puede que haya firmado mi sentencia, que en menos de un segundo la vampira podría clavarme los colmillos y... Fin. Solo me queda esperar que la tal Hailey sea una tipa de palabra.

Pasan varios segundos en los que solo se oyen los latidos de aquellos que tenemos corazón, unos más frenéticos que otros y yo cuento los míos, ya ves, por si son los últimos y todo eso.

Por fin, me suelta con un gruñido furioso. Vale, más bien me aparta de un empujón que me aleja lo suficiente de ella para que no pueda sucumbir a la tentación de acabar conmigo en este momento. Seguramente lo ha hecho por eso.

— No voy a matarte ahora, lobo. — sisea, y aunque me habla a mí, creo que es a ella misma a la que intenta convencer.

Pese a que parece que la amenaza se ha aplazado, me vuelvo rápidamente para enfrentarla si es necesario, y es entonces cuando recibo el golpe. No el que esperaba, ni de una manera física, aunque se siente como tal.

No es solamente que sea hermosa; estoy tan acostumbrado a la perfecta belleza de estas criaturas que ya no me dice nada, me deja como son ellos: frío. Pero no en este caso, y es por sus ojos. Esos ojos rubí que destilan furia deberían repelerme, y en vez de eso, me encuentro atrapado. No, no atrapado. Me siento anclado, ligado de tal manera a esa chica que sé que no me perderé nunca, que no me caeré, no me hundiré, a menos que ella lo haga.

Identifico lo que acaba de pasar, lo he visto demasiadas veces. Lo reconozco. Es maravilloso... Y una auténtica mierda.

¿De verdad, universo? ¿Qué te he hecho?

Todavía no he respirado ni una sola vez como lobo imprimado cuando Hailey — su nombre suena ahora diferente en mi cabeza — se mueve como una centella y se oye un chasquido seguido de un gruñido de mi hermana. Al mirarla, veo cómo se sostiene el brazo, claramente roto y su cara, hasta hace unos segundos pálida, ahora está roja, supongo que más por ira que por el dolor. Suerte que estamos al lado del hospital, y que Carlisle podrá colocarle el hueso antes de que este cure.

La vampira vuelve a aparecer en mi campo de visión, y ahora sostiene a su hermano, ligeramente a su espalda, protegiéndole todavía de nosotros, pese a que ya no suponemos un riesgo.

— Pero lo haré. — termina su amenaza, y me doy cuenta de que, pese a lo que me ha parecido a mí, apenas ha transcurrido el tiempo entre unas palabras y otras.

No puedo apartar los ojos de ella hasta que ya no está, hasta que la que se supone que es la razón de mi existencia, desaparece con la promesa de acabar con ella.



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⏰ Cập nhật Lần cuối: Sep 17, 2023 ⏰

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Una loba en el armarioNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ