XXV: El verdadero color del mundo

312 3 0
                                    

Con el pasar de los años los días se han vuelto tristes y solitarios, cuando llueve el ambiente está serio, apagado y a pesar de que me encanta la lluvia no puedo evitar admitir que los días de lluvia ya no son divertidos, ahora son reflexivos, ahora esos días los uso como inspiración para escribir.

Puede que esa oscuridad que acompaña a los días de otoño pueda ser notada ahora que he crecido, ahora que el mundo ya no me sonríe, ahora que el mundo me ha mostrado sus verdaderos colores, colores que de pequeña eran neones pero ahora se han vuelto apagados.

Cierro los ojos y la sensación de soledad se instala en mi pecho, una sensación que aparece en tardes cómo esta cuando el cielo está lleno de nubes oscuras y las calles se hacen más pequeñas, cuando las risas de los niños se ven sustituidas por los llantos de adolescentes y padres, cuando sustituyes un Colacao por un café o cuando tus mayores preocupaciones ya no es el que tú falda se haya roto sino el como te queda esa falda.

El mundo es cruel cuando creces, de pequeña siempre deseé tener mi edad actual y ser una adolescente con amigas pero ahora que tengo mi edad estoy tan cansada de la crueldad que he visto al cabo de los años y solo deseo volver a ser pequeña y ver el mundo de nuevo con esos tonos neón.

Es como si mientras vas creciendo tus padres ya no luchan para que el mundo siga brillando con esos colores, como si la lluvia en vez de ser algo infantil haya crecido junto a ti y sea tu confort en esos días de soledad.

La música también ha madurado pues en vez de escuchar nanas o canciones de niños pequeños comienzas a escuchar los sentimientos de otra persona, desamor, deseo, amor, tristeza, soledad, amistad, sentimientos expresados con acordes y letras expresadas a través de metáforas.

Los libros han madurado, ya no leo cuentos de princesas, ahora leo como una persona ha sufrido, leo una historia de amor que nunca me sucederá y escribo mis sufrimientos basados en metáforas, metáforas que solo aquellos con la suficiente edad mental entenderán.

No sabía que cuando crecías el mundo se volvía gris, que las canciones se volvían formas de expresar tus sentimientos y que la temática de tus libros reflejaba tanto dolor, cuando era pequeña pensaba que todo seguiría igual pero ya no soy una niña y ahora sé que solo veía el futuro con los ojos de un niño emocionado por vivir, con los ojos de un niño con esperanzas en la humanidad.

Desearía poder evitar que el tiempo hubiera cambiado mis pensamientos, desearía el seguir pensando que el mundo tiene varios colores, desearía el poder volver a cuando era feliz y la tristeza solo se daba cuando me robaban el juguete pero al parecer el tiempo se me escapa de entre los dedos junto a esa forma tan pura de ver el mundo que una vez tuve.

El diario de una persona rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora