Capítulo XVI: La calma que apaga el fuego

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Siempre he sido una persona que se dejaba influenciar por sus pensamientos, por sus sentimientos y por su intuición, una persona que no se paraba a decirse "puede que esto no sea así" porque a mí las inseguridades siempre me ganan.

Una vez hablé con alguien, alguien que escuchó mi voz, alguien que quería entender mis pensamientos enredados y poco a poco deshacer los nudos, alguien que quería poner un stop al sin fin de "¿Y si fuera más...?" "¿Y si fuera menos...?" "¿Y si fuera como...?"

Ese alguien era la calma que apaga al fuego, la calma que hay en las tardes de introspección en la que solo piensas en tus problemas, la calma de beber café por la mañana, la calma de ver un atardecer rosa, la calma de sentir calor nada más entrar a tu casa en invierno...

Lástima que ese alguien a mis espaldas era lo contrario, era el frío del que "me protegía" era un café sin azúcar, esas tardes en las que tus problemas te comen viva, esa persona a mis espaldas me hacía daño, no me quería como prometía hacer, no me admiraba como decía admirarme.

Al parecer ser buena no es lo mismo que ser suficiente, yo fui buena para esa persona pero nunca fui suficiente, porque cuando eres suficiente nadie te clava un puñal y te raja la espalda hasta que te desangres, cuando eres suficiente la gente te admira y sonríe, la gente te ama, esa persona no me amaba.

O puede que la calma que apaga un fuego simplemente fuera una ilusión, porque de tanto necesitar esa paz la busqué en alguien más en vez de seguir luchando por encontrarla, porque en vez de tener los pensamientos enredados y esperar a que alguien los desenrede por mí tuve que desenredarlos, con ayuda, por mi cuenta.

Apoyarse sobre una ilusión de una pared no es lo mismo que apoyarse sobre la pared, yo intenté mejorar mientras que tú no cambiaste ni lo que te comenté que me molestaba, mientras que tú no cambiaste las actitudes tóxicas que tienes yo cambié hasta mi forma de pensar para agradarte más, yo esperaba que no fueras una ilusión pero acabaste siéndolo.

Estoy condenada a repetir siempre la misma historia, confío en ti, te entrego mi alma y dedicación, algo comienza a fallar y te pierdo. Es siempre así ¿No? Al menos en mi caso sí que lo es. Esperaba que contigo, con ese alguien, fuera diferente, pero diferente no es mejor y tú me demostraste eso.

El diario de una persona rotaWhere stories live. Discover now