Cap. 23

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Miro el techo de la habitación del hotel de paso donde nos hospedamos, escucho el agua correr mientras Derek trata de curarse las heridas. Sale del baño y se sienta junto a mi en la cama. Coloca su mano en mi cabello y la baja hasta mi nuca.

-¿estas bien? - me pregunta
-si, creo que si - comento - no lo sé
-déjame curarte las heridas - comenta
-no, estoy bien - hablo - no pasa nada
-déjame limpiarlas - insiste - por favor

Me volteo hacia él y dejo que con un trozo de algodón y algo de alcohol etílico limpie mis cortadas del rostro, siento el ardor del alcohol en las heridas desinfectando cada parte de la cortada. No emito ningún sonido, ninguna queja, solo lo miro con las heridas cubiertas con cinta adhesiva médica.

-¿no te duele? - me pregunta
-si pero... - suspiro - no es para llorar

Lo veo levantarse y entra al baño a tirar el algodón y a tomar la cinta curativa. Miro mi regazo y el momento de la pelea y la frase del padre de Derek corriendonos de su casa se repite en mi cabeza. Siento cuando mis ojos se humedecen.

-lo siento... - sollozo - lo siento
-¿porque dices eso Stiles? - me pregunta - no deberías sentirlo
-si, si debería - comento - yo hice que tu padre te corriera de casa y ahora... ya no los volverás a ver jamás

Comienzo a llorar y trato de no mirarlo mientras se sienta en la cama, siento cuando coloca su mano en mi rodilla y trata de calmarme.

-fue mi culpa... - sollozo - yo solo sirvo para arruinar vidas
-no es verdad - comenta Derek - has perfeccionado la mía
-claro que no, te han echado de tu casa - comento - y todo porque quería que no te ocultaras más y... lo echo todo a perder
-ven aquí...

Me abraza mientras deja un beso en mi cabello, siento su mano acariciar mi espalda tratando de calmarme.

-¿sabes? - habla - no era el mejor padre, siempre había querido golpearlo

No puedo evitar reírme ante su comentario, con su mano alza mi cabeza y lo miro directo a ese par de ojos verdes con marrón y amarillo encantadores, me besa y se aleja para mirarme.

-bien, déjame vendarte las heridas - habla

Coloca pequeños pedazos de cinta curativa en las cortadas hasta que se levanta para ir a dejar la cinta al baño. Regresa y cuando se sienta en la cama escucho un quejido surgir de sus labios.

-¿estas bien? - le pregunto
-si... - habla mientras toma aire
-no creo que estés bien - hablo - déjame verte
-no, no - insiste - estoy bien

Me mira y nota mi preocupación en mis ojos, se tumba sobre la cama y levantó su playera para ver un par de grandes moretones en su costado izquierdo y otro cerca del pecho en el lado derecho. Noto como le cuesta respirar.

-dios Derek - hablo - tengo que llamar a alguien o... llevarte al hospital o...
-no, estoy bien - habla - solo me duele
-pero puedes tener una hemorragia o... - continuo
-dije que estoy bien - repite
-no, no voy a tolerar verte así - comento - voy a salir a una farmacia y voy a comprar lo necesario para curarte

Me pongo mi chamarra y salgo del hotel subiéndome al auto de Derek, arranco y salgo hacia el pueblo. Paso a un lado de la casa de los padres de Derek y veo la casa completamente oscuras. Llego a la entrada del pueblo y recorro las calles en busca de una farmacia. Después de tanto buscar encuentro una, bajo del auto y entro a la farmacia. Pido dos rollos de vendaje, dos gasas, gel para golpes, pido dos botes de analgésicos. Miro las cajetillas de cigarros y los congeladores con cervezas.

-también deme... - suspiro - una cajetilla de cigarros y dos cervezas
-¿que edad tienes amigo? - me pregunta el sujeto
-eso no le importa - hablo - solo agrégalos a la bolsa
-bien, pero eso te costara cuarenta dólares - comenta
-¿porque? - hablo - las cervezas cuestan cinco dólares, son diez dólares y la cajetilla de cigarros cuesta diez dólares ¿porque cuarenta?
-la cuota de veinte dólares es para saber que "eres mayor de dieciocho años" - comenta
-claro, ya me habían dicho algo así antes - comento

A Forbidden Love®Where stories live. Discover now