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__________ Watson


Camine a trauma uno y ojalá no lo hubiera hecho nunca porque así hubiera visto todo lo que vendría detrás de mí.

Me quedé un momento parada frente a todos los que estaban dentro, veía todo lo que hacían, pero el que siguiera así fue interrumpido por Riggs.

—Watson, te vas a quedar ahí parada o vas a ayudar—me dijo el Doctor Riggs.

—Sí Doctor—conteste.

Rápidamente me puse una bata y unos guantes y me puse del lado del Doctor Riggs.

—Haz presión aquí—dijo.

Había una gran cortada en el cuello del hombre que estaba en la camilla. Hice presión tal cual lo indico Riggs.

Todos los demás que estaban ahí trabajaban demasiado rápido, sabían lo que hacían y eran demasiado buenos en eso. Debo reconocer que el Doctor Riggs es muy bueno en lo que hace.

Mi visión se quitó de ellos. Ya no sentía el pulso del hombre y rápidamente la máquina comenzó a sonar.

—Traigan el carro rojo—grito April que era una de las que estaba ahí—. Hay que iniciar compresiones—dijo.

Un doctor del cuál no conozco su nombre pero sé que es residente comenzó a hacerlas. El carro rojo llegó y prepararon todo.

—Watson, debes actuar rápido. Debes quitarte al momento que yo lo diga y en cuanto yo me separé de él tu regresas a hacer presión, ¿de acuerdo?—dijo Riggs.

—Sí—conteste.

El doctor seguía haciendo las compresiones, esperando a que Riggs dijera que todos nos quitaramos.

—Despejen—dijo Riggs.

Me quite de inmediato y más sangre comenzó a salir de la herida del hombre.

—Otra vez—dijo Riggs.

De manera rápida regrese a hacer presión a la herida y que no se desangrara.

—Carguen a cincuenta—pidio Riggs—. Despejen.

Y me volví a quitar de ahí.

El hombre fue reanimado, pero eso ocasionó que el comenzará a expulsar sangre por la boca.

—Debemos llevarnoslo ahora—dijo April.

Por alguna razón tuve la necesidad de ver hacia el suelo, el cual estaba lleno de sangre. Sabía que debía haber sangre, pero así como había era... preocupante.

—Doctor Riggs—le hable. Había encontrado que toda esa sangre caía de la camilla, pero no caía de alguna parte visible del hombre (quitando claramente la herida de la cual yo hacía presión y toda aquella sangre que él había expulsado)—, él debe tener alguna otra herida. Hay demasiada sangre, mire.

Y me sorprendió que Riggs me hiciera caso ante lo dicho.

—Watson, tú sigue haciendo presión; los demás ayúdenme a ponerlo de costado—ordeno.

Los demás le ayudaron y yo seguí haciendo presión en todo momento.

—Maldición—dijo April.

Claramente yo iba a mirar lo que todos miraban tan anonadados.

—Mierda—se me salió fuerte y claro.

—Watson, cállate—ordeno Riggs.

Ahora todos sabíamos que no había nada que hacer. La espalda del hombre tenía heridas de balas, balas que nunca salieron de su cuerpo y de las cuales nadie se había dado cuenta, ni los paramédicos ni nosotros.

𝐹𝑎𝑙𝑙𝑖𝑛𝑔 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 || Meredith Grey × Reader [ᵍʳᵉʸ'ˢ ᵃⁿᵃᵗᵒᵐʸ]Where stories live. Discover now