Un tango en París (Hyunlix)

capítulo 21

La grabación era un éxito, iba de maravilla, sin embargo, eran más maravillosos los besos que se compartían a media noche en la habitación de hotel, unas veces en la habitación de Félix otras en las de Hyunjin, aún así, bueno era que compartían el tiempo libre entre risas, besos que no pasaban de eso y una que otra película antes de caer dormidos, llevaban una semana durmiendo en la misma cama, a veces, dormían abrazados, otras de esas Hyunjin terminaba en el piso porque Félix dormía malditamente mal y pateaba como un caballo mientras soñaba, a veces Hyunjin bromeaba con él, diciéndole que soñaba con ser parte del elenco del Life action de my Little pony, Félix le daba golpecitos en el brazo y forcejeaba con él, para terminar en besos lindos y completamente melosos.

Ya no sabían cuáles eran los besos favoritos, si esos besos en la noche o los besos que se repartían en algún rincón dentro del set de grabación, donde nadie los viera, esos besos que se daban en los camerinos mientras nadie estaba, esos besos que se daban mientras nadie veía, esos alocados besos que se robaban a la hora de comida o en la sala de baile, si, no sabían que amaban más que eso.

Sin embargo, había un acuerdo impuesto implícitamente entre ambos, un acuerdo que, si bien no salió de los labios de ninguno de ellos dos, existía, un acuerdo de confidencialidad en donde eso quedaba extrictamente en secreto, ¿Por qué? No sé sabía, ni ellos mismos lo sabían, tal vez porque era por profesionalismo, tal vez y sentían miedo ¿de que? Podría ser de muchos factores, pero no había uno bien definido, no había mucho que decir, solo era algo decidido plenamente.

Aquel día, habían terminado completamente cansados de la grabación, estar acercándose al final de la trama era, sin duda, lo más difícil de todo, no solo porque ella trama se volvía más pesada, sino también porque al ser tan buen elenco, tener una convivencia sana entre todos, ya que por fin Hyunjin y Félix habían dejado de comportarse como perros, todos se habían agarrado un cariño muy bonito, se sentían como cuando vas a la escuela y todos los de tu salón te caen bien, por lo tanto graduarte te cuesta un problema, sí, algo similar se sentía estar en ese momento de la vida, así, tan maravilloso, pero a la vez sentimental.

Chan era excelente haciendo su trabajo, tan dedicado, tan capaz, la película quedaba increíble y sería todo un hit, sin duda alguna. Sin embargo, aunque el fanatismo de Félix seguía presente, había pasado a segundo plano, ya no se sentía nervioso o intranquilo con la presencia del director, no sentía nada de eso, porque ahora, había descubierto que Hyunjin provocaba emociones verdaderas en él y que cada beso que se daban era una sensación burbujeante, como un Champagne de la mejor calidad, Chan era guapo pero Hyunjin era mágico y ahora encontraba esa diferencia que todo mundo hacia.

La belleza de Hyunjin era sacada de un cuento de príncipes y princesas, ese encanto mágico donde esperas caballos, destellos y castillos, era mágico, como una hada, un príncipe encantado, sí, ese que sería capaz de enfrentarse a dragones. A Félix le habían dicho desde siempre que debía cuidarse de ellos, que el amor de cuento de hadas no era posible. A lo largo de sus relaciones lo comprobó, habían personas que parecían casi un sueño, pero en el momento en que se rompía la burbuja donde le encerraban, se daba cuenta de que no eran más que simple mortales con promesas que nunca cumplirían. Sin embargo, Hyunjin era como un golpe a la realidad, franco y fantástico, era lo bonito de la magia humana, lo bonito de ser humano, era la belleza de la vida real, sin promesas, sin esperar algo más, era como el tiempo, como las flores, como el arte, Hyunjin era de esa forma magnífico, real, tangible.

— No hagas planes para mañana, Lix — informo Hyunjin mientras salía de bañarse, los mejores planes sucedían en la ducha, sin duda y tenía un plan maravilloso mientras se secaba el pelo, salía con el pijama puesto, Félix ya estaba acostado en la cama, no se había bañado, no tenía ganas de hacerlo, así que solo se cambió y se acostó en la blanda cama, esa noche estaban en su había, aunque bueno, ya llevaban días durmiendo juntos, así que no, no importaba mucho el que pasaran mucho tiempo juntos.