Hermione se rio de los tres en silencio pues Ron y Harry estaban a su lado platicando de manera animada, ellos aún no habían olvidado el incidente con la nueva escoba de Potter, pero a ella no le importaba mucho arreglar las cosas, sabía que lo hizo con una intención buena. Además se la había pasado más tiempo pensado en las interacciones que había tenido con las tres serpientes quienes eran muy diferentes a cómo las planteaba Ron, pues él siempre les decía que los de la casa Slytherin era purista de sangre, arrogantes, maleducados y sobre todo unos idiotas totales quienes solo pensaban en ellos mismo.

Pero la realidad era otra, en su mente recorría la frase de "la casa no hace al mago" pues cada uno podía elegir ser diferente, aunque aveces fuera difícil. Y ella lo había comprobado aquella noche que la pasaron entre risas y trabajo, nunca antes había echo algo como eso, usualmente se concentraba en su tarea, pero por esa vez se permitió dejar aquello aun lado para escuchar las preguntas extrañas que hacía Robyn, o las veces que Orion molestaba a su hermana con cualquier cosa.

Hermione comprobó por sí misma que ellos eran la excepción, Orion no era purista, pues nunca la había llamado por aquel apodo horrible, ni le había hecho alguna burla, fue todo lo contrario, múltiples veces halago su inteligencia, diciendo: "¡Oh, Granger eres brillante!" Cada vez que ella le explicaba algo que él no entendía o no recordaba.

Por otro lado Robyn no era maleducada, aunque hablara muchísimo, Hermione pensó que podría tener energía infinita, pero la niña era sumamente amable, y siempre le preguntaba a ella si algo no le gustaba o si quería tener la palabra. A la castaña casi siempre le decían que se callara, que hablar demasiado era malo, pero a ellos no les importaba escucharla cada vez que explicaba un tema, e incluso se había puesto nerviosa por la atención que estaba recibiendo aun cuando apenas se conocían.

Y por supuesto Hermione no olvidaba Amelie, la niña que siempre estaba en sus pensamientos, creía que ella era realmente bonita, pero una belleza que nunca había visto en ningún lugar, ni si quiera en una obra de arte. Pero ademas de eso, era amable y se preocupaba por Orion y Robyn, no solo pensaba en ella misma, ya que pudo ver claramente como cada vez que alguno le hacía falta algo ella se los daba, ya fuera algo simple como una pluma o pergamino, Amelie no dudaba en dárselos aunque ellos sólo lo quisieran para volarlos en el aire o hacer figuritas extrañas con sus varitas. A Hermione le parecía lindo aquel gesto.

Por lo que sin dudarlo comenzó a gustarle su compañía, así que esa tarde estaría ansiosa por volver a pasarla junto a ellos. (Sobretodo con Amelie).

"...y entonces le pateare el trasero a Potter" finalizó de hablar la pelirroja mientras los tres se dirigían a la biblioteca.

"¿Por qué tienes tantas ganas de patear a Potter?" Le preguntó Amelie con curiosidad pues cada vez que podía decía aquello.

"No se, Draco siempre lo dice" Se encogió de hombros restándole importancia.

"No deberías repetir lo que la rubia teñida dice" Aconsejo Orion y su hermana le dio la razón.

"De acuerdo, ¡entonces le pateare el trasero a los gatitos" Sonrió orgullosa mientras levantaba en alto la saeta de fuego.

"Y tampoco debieras repetir las tonterías que dice mi hermana" Susurro mientras negaban con la cabeza, pero Robyn lo ignoro por completo para chocar los cinco con Amelie quien se sentía orgullosa de su creación.

Ambos niños siguieron caminado hasta llegar a la biblioteca la cual estaba completamente vacía, no había rastro de Hermione por ningún lado, y eso los extraño pues ella siempre era puntual.

Se encogieron de hombros restándole importancia y se acercaron a la mesa que el día anterior habían ocupado.

"¿No es raro que Granger no esté aquí?" Preguntó Orion con curiosidad.

"WONDERWALL; Hermione Granger"Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ