"WONDERWALL; Hermione Granger"

⭑ "¿Cita?"

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(Diciembre 25 de 1993)

Amelie se levantó esa mañana de navidad con una pelirroja brincando en su cama desesperada por que la niña de ojos grises viera el montón de regalos que tenía al final de su cama, para la pelirroja navidad era una de las mejores fechas del año, y le alegraba mucho el saber que no iba pasar navidad sola esta vez, las mayorías de las veces su padre la dejaba en casa pues según él tenía otros asuntos pendientes en el ministerio, pero Robyn sabía que eso no era cierto.

La verdadera razón era que su padre le tenía cierto rencor a ella, pues su madre había muerto por estas fechas dos meses después de tenerla, para su padre había sido la cosa mas dolorosa, pero el no podía comprender que para Robyn también lo era.

"¡Amelie! ¡Levántate ya!" Siguió dando pequeños brincos en la cama de la pelinegra, quien parecía dormir como piedra porque no se despertaba en absoluto. Augusta quien también se encontraba maulló para despertar a su dueña, lamiéndole la cara en el proceso.

Amelie se removió incómoda por la sensación de baba en su cara. "Cinco minutos más" le dijo con la voz ronca por no usarla en mucho rato, y se dio la vuelta jalando las cobijas encima de su cabeza. Pero Robyn se las arrebató en un segundo.

"¡Roby! ¡Solo cinco minutos más!" Gruño mientras abrazaba a su gatita quien maulló desesperada por estar de un minuto a otro atrapada en los brazos de Amelie.

"¡Es navidad!" Le gritó con emoción mientras levantaba unos suéteres a juego que esperaba usar con la niña pelinegra y su hermano. "¡Mira! ¡plumas de azúcar!" Gritó como último recurso para despertar a la niña, el cual funcionó porque Amelie se levantó tan rápido como pudo, cayéndose al piso de cara con Augusta, quien salió corriendo totalmente ofendida por el trato de su dueña.

"¡¿Plumas?! ¡¿Dónde?!" Como pudo se levantó del piso, y caminó buscando entre todos los regalos que tenía al pie de su cama, pero no había nada ahí. "¡Me mentiste, no hay-

Amelie guardó silencio tan pronto la niña pelirroja le puso enfrente de la cara la bolsa completa de las plumas azucaradas, y Robyn no pudo evitar reírse de la manera linda en que le brillaban los ojos a la pelinegra, quien intentó tomar la bolsa que le ofrecía pero su visón se tornó negra cuando la niña más joven le arrojó en la cara un suéter.

"¿Qué es esto? Preguntó Amelie con curiosidad mientras se lo quitaba para inspeccionar la prenda, la cual para sus ojos estaba horrible, era colorido y tenía un unicornio de estampado sonriendo abiertamente.

"¡Un suéter por supuesto!" Exclamó mientras mostraba el otro que tenía en su mano, pues Robyn ya tenía puesto el suyo, el cual era del mismo color pero con una lechuza.

"Oh, ¿quieres que use esto?" Preguntó un tanto insegura, no iba a decirle en voz alta que era horrible, y definitivamente no quería usarlo.

"¡Si!, tengo uno para Orion también, ¿no es genial?" Le mostró el último suéter el cual era muy diferente al de ellas dos, pues este era de color azul cielo y tenía un sol en medio.