⭑ "Smithereens"

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❪Tú sabes, que siempre he sido tranquilo, calmado y frío

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Tú sabes, que siempre he sido tranquilo, calmado y frío.
Y tú sabes, que nunca busco conflictos solo por la emoción. Pero, si siento, que alguien se acerca a ti, no puedo describir justo lo que siento.
Por ti, yo iría a enfrentarme con un tipo mucho más grande que yo.
Por ti, lo sé, me metería en líos con mi peso de 153 libras.
Por ti, me golpearían hasta hacerme añicos.

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Amelie recargó su mejilla en su mano, mientras miraba fijamente a la profesora McGonagall hablar. No había estado prestando atención desde que entró en la clase, aunque se supone que debería estar haciéndolo; Transformaciones no es su mejor materia.

De todas formas, ahora mismo, preferiría estar en el gran comedor disfrutando de unas galletas con mermelada, que escuchar a su profesora divagar. Hermione estaba detrás de ella, en una mesa con Harry y Ron, así que Amelie, tampoco podía perder su tiempo mirándola fijamente, mientras soñaba despierta con una gran casa, dos gatos y un dragón.

Que mala suerte.

Habían pasado dos semanas desde la primera prueba del torneo, y todo Hogwarts aún parecía animado de hablar sobre eso. Además, del hecho de que se acercaban las fechas navideñas y a todos les emocionaba aquellas épocas del año.

Amelie, por otro lado, estuvo más ocupada tratando de no volverse loca con la presencia de Céline cerca de Hermione.

Ella no podía evitar querer arrojarle un ladrillo en la cabeza, para después ponerla dentro de una bolsa; llevarla hasta el lago negro y dársela de comer al calamar gigante.

Era una lástima que el calamar no comiera porquerías, porque si no, definitivamente lo habría hecho.

—¡Potter!, ¡Weasley!, ¿quieren prestar atención?

La irritada voz de la profesora McGonagall estalló como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Harry como Ron se sobresaltaron.

Amelie se puso recta en su lugar y abrió los ojos tanto como pudo, aparentando que no estaba a punto de quedarse dormida. Theo, a su lado, le dio palmadas suaves en la espalda.

La clase estaba casi acabando.

Y ellos habían terminado el trabajo que McGonagall ordenó que realizaran: transformaron unas gallinas de Guinea en conejillos de Indias, mismas que ahora estaban guardadas en una jaula grande colocada sobre la mesa de la profesora (el conejillo de Neville; Theo y el de ella, todavía tenía plumas esparcidas por su cuerpo).

"WONDERWALL; Hermione Granger"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora