Capítulo 16

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A pesar de que a veces había poca gente en la frutería Higashikata, Yasuho decidió ayudarles sin fines lucrativos. Antes de Navidad, Hirose había ido unos días a visitar a su padre y lo hizo antes de Navidad debido a que la familia política de su pareja habían decidido invitarla a la cena navideña, cena en la que la chica quería ayudar ya fuese en la cena o comprando lo necesario para ella.

Era la noche del 24 de diciembre y Yasuho por fin se reencontró con la familia Hihashikata al completo. No dejó a nadie de lado, saludó a todos incluso a Joshu quien a pesar de que no le agradaba la idea de que Yasuho y Josuke fueran pareja, no dudó en saludar de manera alegre a la de cabello rosado. Después de todo, él se alegraba mucho de verla.

A diferencia de occidente, en Japón la Navidad no se celebraba con una gran cena típica navideña, todos los nipones que celebraban ese día, pedían pollo frito para cenar, ya sea en pareja, en familia o en solitario. Y aunque la Navidad en cualquier parte de Japón era una celebración más propia de parejas, Josuke y Yasuho decidieron que pasarían la festividad en casa de los Higashikata. El postre de la cena consistía en un pastel relleno de crema batida y adornado de fresas y algún que otro adorno navideño como Santa Claus y un pino.

Al terminar la cena, Joshu; Daiya y Josuke se encargaron de recoger la mesa, mientras que Mitsuba; Norisuke y Yasuho estaban a cargo de limpiar los utensilios utilizados y Tsurugi con la ayuda de Hato se encargaron de limpiar restos de comida tanto en el suelo como en la mesa.

-Daiya y Josuke me contaron sobre la rehabilitación de tu madre, ¿en serio está dejando el alcohol?- Comenta Mitsuba con total normalidad.

-Eso parece.- Responde Yasuho poco convencida, terminando de lavar el plato que tenía en la mano. -La verdad es que no supe de ello hasta que regresé a Morioh y precisamente me enteré por la señora Honda en vez de por mi propia madre.- Añade haciendo una mueca de desaprobación.

-¿Y no crees que es una oportunidad ideal para intentar mejorar la relación con ella?-

Aquella pregunta por parte de la madre de Tsurigi hizo que Yasuho se quedase en silencio por un tiempo largo, incluso Norisuke había entrado en la cocina y sintió que algo sucedía.

-¿Está todo bien entre ustedes dos? Están muy calladas.-

-No se preocupe Norisuke, está todo bien, solo que le dije a Yasuho que era buena idea que intente reconciliarse con su madre ahora que Suzuyo está rehabilitándose de su alcoholismo.- Repite Mitsuba con la esperanza de que la chica de cabello rosado no se haya molestado.

-Así que era eso, pensé que estaban enfadadas.- Habla el hombre entre risas.

-No estamos enfadadas, solo me quedé en silencio porque todavía no sé qué hacer. No sé si es buena idea ir a ver a mi madre, eso es todo.- Reconoce finalmente Yasuho.

El semblante alegre de Norisuke desapareció dando paso a uno más serio al escuchar las palabras de la pelirosa incluso se acercó a ambas mujeres.

-Deberías al menos hablar con ella.- Habla Norisuke en tono serio, pero tranquilo, quitándole el plato que Yasuho estaba terminando de limpiar y colocarlo sobre la pila de platos recién limpios.

A Yasuho le sorprendió este acto por parte de Norisuke por eso le miró sorprendida.

-Tu madre es más joven que yo, pero ya es mayor y un día ya no la tendrás, sabes a lo que me refiero, ¿verdad Yasuho?- La mencionada, sin apartar la vista del mayor, asintió firmemente con la cabeza. -Entonces Yasuho... - Norisuke hizo una pequeña pausa colocando su zurda sobre el hombro femenino. -deberías ir a verla, no te obligo a que os reconcilies ni nada parecido, ya que eso dependerá de ambas, lo único que te pido es que no te arrepientas en un futuro de no hablar con ella.-

Dichas palabras hicieron que Yasuho entendiese todo y sobre todo que tuviese por fin una respuesta a lo que iba a hacer. -Tiene razón Norisuke, iré a hablar con mi madre, después de todo, no tengo nada que perder.- Dijo la chica con una sonrisa en su rostro.

-Así se habla Yasuho y ahora, déjanos el resto a Mitsuba y a mí tú ve a descansar.-

-¿Seguro? Puedo quedarme a ayudarles sin problema.-

-No te preocupes por nosotros, haz caso a Norisuke y ve a descansar.- Comenta esta vez Mitsuba la cual convenció a Yasuho de marcharse a descansar.

Nada más salir de la cocina, Yasuho fue en busca de Josuke y es que la pareja había acordado con anterioridad que se buscarían cuando terminasen sus tareas para ir a dormir juntos.

Como era de esperar, Yasuho dormiría en la misma cama que Josuke y en cuanto llegaron a la habitación, Josuke se dirigió al armario, mientras que Yasuho se quedó sentada en la cama.

-No sé si alguna de mi ropa te quedará bien, si quieres puedo pedirle algún pijama a Hato o Daiya.- Propone el chico mirando a su novia mientras sujetaba la puerta del armario ya abierta.

Yasuho sacude su cabeza dos veces. -No te preocupes por eso Josuke, me conformo con una camisa tuya, aunque me quede enorme.-Soltó una risa divertida, una risa que se le contagió a Josuke.

A pesar de ser pareja y compartir habitación, ambos se dieron la vuelta para que a la hora de cambiarse de ropa no se vieran desnudos. Aunque Josuke no le molestaba la idea de ver a Yasuho en ropa interior o desnuda después de todo, él lo estaba el día en que la conoció, pero lo hizo por Yasuho quien le daba algo de vergüenza.

-¿Ya terminaste? - Pregunta en tono bajo Josuke quien ya se había puesto su pijama.

-Sí, puedes girarte ya.- Asegura la chica.

Los dos se giraron al mismo tiempo, las mejillas de Josuke se tiñeron de rojo y es que Yasuho se veía realmente hermosa a ojos de Josuke y es que la camisa blanca que había prestado a su novia le quedaba grande, como un vestido, pero aun así se veía muy sexy para él.

Yasuho también se sonrojó al ver como Josuke estaba embobado viendo su figura. -Gracias por haberme prestado la camisa.- Comenta la chica intentando romper el silencio de alguna manera.

-No es nada, no me molesta, prestarte mi ropa. Además, te queda muy bien.-

Otro silencio se hizo presente en cuanto Josuke terminó de hablar, los dos se estaban mirando mutuamente esperando a que uno de ambos diese el paso nuevamente de romper el silencio, pero no, ninguno lo doy, lo dieron, ambos tanto Josuke como Yasuho comenzaron a caminar lentamente y una vez que estuvieron cerca, se abalanzaron para fundirse en un beso y un abrazo.

Bien era cierto que fuera en la calle la temperatura era muy baja, por lo que era normal el frío que hacía, pero en la habitación de Josuke la temperatura era contraria, los besos y las caricias en el cuerpo que se intercambiaban el uno al otro hizo que la temperatura subiese de manera muy veloz.

Aprovechando que habían separado sus labios para recuperar algo de aire, Josuke decidió romper el silencio por un motivo y es que quería estar seguro de saber si Yasuho estaba dispuesta a seguir o quería que se detuviera.

-Yasuho ¿estás ahora preparada para seguir o quieres que me detenga?- Pregunta el chico agitado.

Yasuho asiente con una sonrisa. -Creo que no he estado tan preparada en la vida como lo estoy ahora.- Afirma la chica, quien una vez que recuperó el aliento volvió a besar a su novio.

Cuando se dieron cuenta, ambos estaban sobre la cama, Josuke encima de Yasuho, con su ropa tirada por el suelo de la habitación y con sus cuerpos unidos en uno solo. Eran conscientes de que estaban en un lugar donde había gente y podían ser escuchados, es por ese motivo en el que estaban siendo sumamente cuidadosos a la hora de hacer algún ruido como un gemido.


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