Capítulo 2

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En cuanto las zapatillas de Yasuho tocaron la acera, la chica inclinó levemente su torso hacia delante mientras apoyaba sus manos sobre sus rodillas.

-Por poco no llego.- Susurra intentando recuperar su aliento y finalmente volver a ponerse erguida y continuar su camino a casa.

-Espero que Josuke no se moleste conmigo por no haberle avisado que me iba.- Continuaba Yasuho hablando en tono bajo y para sí misma. No va a negar que está un poco preocupada pero tampoco quería molestar a aquella reunión familiar.

Hirose había llegado hasta la puerta de su hogar una vez allí, llevó su diestra hacia el bolsillo de su falda para sacar las llaves e introducirlas en la ranura girar y abrir la puerta de su hogar y poder pasar.

La casa estaba algo silenciosa a pesar de la hora que era, Yasuho no le dio importancia ya que pensaba que su madre, muy probablemente, estaba ebria y durmiendo en el sofá o en el suelo en su defecto.

No fue hasta que se escuchó el sonido de la puerta al cerrarse cuando Suzuyo, la madre de Yasuho, salió de la habitación para saludar a su hija.

-Por fin regresaste, espero que todo esté bien ya que tardaste en volver a casa.- Decía la mayor en aparente estado de embriaguez mientras daba pasos y hacía movimientos torpes.

-Hola.- Responde Yasuho de manera fría y cortante. El ambiente entre ellas solía ser tenso y el motivo siempre era el mismo, el estilo de vida de su progenitora.

-Aún así me alegro mucho de vert...- La mayor no logró terminar su frase y es que se había caído por las escaleras debido a que las estaba bajando como si nada. Olvidando por completo que había tomado alcohol.

La de cabello rosado no evitó sobresaltarse y es que tanto la caída como el golpe habían sonado demasiado fuerte.

-¿Mamá?, ¿estás bien? - Pregunta Yasuho mostrando cierta preocupación, bien era cierto que la relación entre madre e hija no era buena pero en el fondo Yasuho no quería que su madre se muriese. Es por eso que se acercó a su progenitora con la intención de despertarla.

El golpe fue fuerte hasta el punto de que Suzuyo se había golpeado la cabeza en el trayecto y a pesar de que era poca la sangre que salía y nada grave, Yasuho se alarmó hasta el punto de acabar llamando a una ambulancia.

Los Higashikata habían llegado al hospital donde Daiya se había encargado de llevar la caja de pastel de fresas y cerezas, la opción elegida por Josuke. Por un lado todos seguían tristes por lo ocurrido pero por otro estaban felices, felices de vivir, de que Norisuke lograse sobrevivir e incluso estaban felices por haber conseguido elegir un sabor al pastel que iban a llevar.

-¿Creen que al abuelo le gustará el regalo? - Cuestiona Tsurugi dubitativo y es que el más joven no estaba del todo convencido.

-¡Seguro que se alegrará! No te preocupes por eso. - Responde Hato en tono jovial intentando convencer al menor el cual optó por asentir levemente con la cabeza.

-¡Yasuho!- Exclamó Joshu corriendo por los pasillos del hospital hasta llegar a estar en frente de la mencionada. Aquel grito del chico, alarmó a todos y para evitar una reprimenda por parte de los trabajadores, el resto de la familia siguió a Joshu con la intención de alcanzarlo y ser ellos mismos los que regañasen al adolescente.

-Qué feliz estoy de verte, seguro que me extrañabas tanto que decidiste venir al hospital primero y darme una sorpresa, ¿verdad que sí?- Añade Joshu sin dejar de intentar enamorar a la de cabello rosa.

Yasuho por su parte dio un suspiro pesado. -No, vine porque mi madre está ingresada. -Responde de manera cortante para sonreír después de ver a Josuke.

-¡Oh! Yasuho pensé que te marchaste porque estabas molesta con algo.- Habla Daiya esta vez con más calma.

-En absoluto.-Asegura Yasuho. -Era una reunión familiar y quería dejaros en intimidad y no quería molestar, ya saben.-Añade riendo nerviosa por unos segundos.

-No molestas Yasuho.- Habla Josuke de manera sincera haciendo que Yasuho se sonrojase un poco.

La chica iba a responder pero al escuchar su nombre se había desconcentrado un poco. La persona que gritaba el nombre de Yasuho era un hombre que se acercaba a paso rápido.

A pesar de que era un desconocido para los Higashikata, no lo era para la nombrada ya que ese hombre era su padre.

-Yasuho, hija ¿estás bien?- Pregunta el señor Hirose muy preocupado por su única hija la cuál le había llamado informándole de todo. Incluso había agarrado, con suavidad, los brazos de la joven.

-Sí papá, estoy bien.- Decía Yasuho con una sonrisa tranquilizadora.

-B... Bueno, nosotros iremos a ver a Norisuke, me alegro de haberte visto Yasuho. - Dijo Hato haciendo un ademán a los demás para guiarles hacia la habitación.

-Claro, saludar a Norisuke de mi parte.- Comenta Yasuho para finalmente mirar a Josuke.

-Nos vemos, Yasuho.- Se despide Josuke con una sonrisa antes de girar su cuerpo y caminar hacia la habitación de Norisuke.

DestinoWhere stories live. Discover now