Capítulo 7

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30 años, era la edad que, aproximadamente, tenía Josuke actualmente. Él decidió seguir ayudando en la frutería de su familia a pesar de que ya no era el adolescente que quería ganar dinero para pagar sus estudios.

-Jooosuuukeeee.- Llamó en tono melódico Daiya quien solía ayudarles en sus vacaciones y la cual portaba cajas vacías de fruta.

-¿Qué ocurre Daiya? - Pregunta el chico acercándose a la nombrada.

-¿Puedes llevar estas cajas detrás por mí? Estoy ocupada atendiendo clientes.- Pide la chica con un leve puchero.

Josuke suspiró pesado recibiendo las cajas. -Está bien, pero la próxima vez las sacas tú ¿de acuerdo? -

-¡Claro Josuke yo me encargo la próxima vez!- Afirma feliz. -Por cierto muchas gracias, eres el mejor hermano- Añade regresando a su puesto de trabajo.

La fricción entre la acera y los zapatos de tacón hacían que estos sonasen como era de esperar. Este sonido cesó en cuanto la dueña de dichos zapatos detuvo sus pasos. Estaba detrás de Josuke el cual le daba la espalda debido a que estaba colocando las cajas vacías que portaba antes y eran para tirar.

-Disculpa.- Habló la mujer. -¿Eres Josuke? - Añade ella haciendo que Josuke, quien estaba en cuclillas, se levantase y girase su torso y ver a la persona que le llamaba.

-Sí, soy yo. - Responde él, si era sincero y aunque no lo dijese, esa mujer tenía una cara que le resultaba muy familiar. Pero mejor dejará que ella misma se presente y no quiere quedar mal en poder haberla confundido. -¿Necesita algo?-

Por otro lado, la mujer sonrió de manera muy pequeña, era casi invisible su sonrisa. -Verás Josuke, no sé si me conoces o al menos me recuerdas.-Comenzó la más mayor a hablar. -Soy Suzuyo, la madre de Yasuho.-

Ante tal información Josuke elevó sus cejas por sorpresa y es que ahora supo el porqué le resultaba familiar, esas facciones, eran si no parecidas, eran iguales a la de Yasuho. -Un placer verla Suzuyo, pero dime ¿en qué le puedo ayudar?- Insistió el joven, pues, todavía, su pregunta no había sido respondida.

-Tal vez te parezca extraño, pero...-Hace una breve pausa sacando su teléfono móvil del bolsillo. -Hace tiempo que no sé nada de mi hija. Reconozco que nunca tuvimos la mejor relación del mundo, pero me gustaría que si hablas con ella le digas que me llame, aunque solo me insulte, quiero saber que está bien.- Añade Suzuyo con una sonrisa amarga, estaba bastante desesperada.

Josuke agachó unos segundos la cabeza antes de suspirar triste y mirar nuevamente a la madre de Yasuho. -Ella tampoco me habla.- La sonrisa de Suzuyo se borró de manera automática. Acaba de perder todas las esperanzas en hablar con su hija ahora mismo.

-P... pero ustedes siempre se llevaron bien, incluso pensé que eran pareja. ¿Discutieron y por eso no te habla? - Josuke negó con la cabeza.

-No es eso, el problema es que parece ser que cambió su número telefónico y desde que se graduó hasta ahora perdí el contacto con ella. Lo siento.-

-No te preocupes, esas cosas suelen pasar. De todas formas te lo agradezco. -

-Bueno, si no desea nada más... debo de ir a trabajar. - Josuke comentó con calma, incluso señaló con su pulgar al interior de la puerta.

-Cierto, cierto, ya me marcho de verdad muchas gracias y disculpa las molestias. Ten un buen día Josuke.- Habla finalmente Suzuyo a modo de despedida.

-Ten un buen día tú también.-

Tras aquel pequeño reencuentro, Josuke había pasado toda la tarde pensando nuevamente en Yasuho. Quería volver a verla, pero absolutamente nadie tenía manera alguna de contactar con la de pelo rosa o al menos no de los que él conocía.

Cuando llegó la hora del cierre del local y tras llegar a casa, Josuke aprovechó para darse una ducha rápida mientras la cena terminaba de hacerse.

-¿Qué tal les fue hoy en la frutería?- Pregunta un ya mayor Norisuke.

-Fue genial, hubo bastante trabajo, ¿verdad Josuke?- El mencionado asintió mientras comía. -Pero ahora que lo pienso... ¿dónde estuviste cuando fuiste a tirar las cajas de cartón? Tardaste demasiado.- Tras aquella pregunta, el resto de la familia, Daiya incluida, miraron a Josuke detenidamente. Esperando una respuesta por parte del chico.

Josuke coloca el cubierto sobre su plato para después soltar aire y dar la tan ansiada respuesta. -Suzuyo, la mamá de Yasuho vino a verme, quería saber si tenía contacto con ella, ya que ella no lo tiene.-

Un silencio corto se hizo presente una vez que Josuke se calló. Dicho silencio lo había cortado Hato.

-Ahora que lo pienso...-Hizo una breve pausa recordando el tiempo pasado.-¿Se acuerdan cuando hace poco fui a Tokyo para una sesión fotográfica?-

-Sí, ¿y qué viene eso ahora? - Comenta Daiya, aquel tema sacado por su hermana le pareció fuera de lugar y muy random.

-Pasé de largo por una cafetería que vende cupcakes y demás dulces y había una chica de cabello corto y rosado que era parecida a Yasuho.- Añade la rubia restándole importancia al asunto.

-¿Qué tan parecida era? - Pregunta Josuke mostrando muchísimo interés en lo que dijo su hermana mayor.

Hato se encogió de hombros antes de responder. -La verdad no lo sé, ya dije que pasé de largo y no la vi bien. Fue un vistazo rápido.-

-¿Cuándo vuelves a Tokyo?- Habla Tsurigi de nuevo. -Lo pregunto porque si regresas de nuevo puedes ir y comprobar si se trata o no de Yasuho.-

Hato se llevó su diestra al mentón, el cual acarició con sus dedos a modo de intentar recordar. -Si mal no recuerdo tendré que ir dentro de tres semanas. Puedo pasarme por la cafetería.- Aquello último lo mencionó mirando a Josuke, él era el que tenía la última palabra.

-Me parece bien.-Contesta Josuke en tono bajo.

-¡Genial! Entonces iré a ver a esa chica.-

-¿Puedo ir yo?- Pide Tsurigi, al chico le hacía ilusión ir a Tokyo. -Bueno, si no le molesta a Josuke que yo vaya... -

-A mí me parece bien siempre y cuando me lo informen.- Se sincera el de ojos bicolor.

-Estupendo, entonces compraré dos billetes de avión.-

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