Mientras tanto, en Morioh, Josuke estaba terminando de cambiarse cuando recibió un mensaje de Hato. Tras terminar de abrocharse la camisa del pijama, se sentó en su cama y encendió finalmente su teléfono móvil con la intención de ver el mensaje de Hato, el cual decía lo siguiente: «Hoy Tsurugi y yo fuimos a la cafetería de la que os hablé la otra vez. Nos hicimos una foto con alguien muy especial y quiero que la veas. Cuando regresemos a Morioh os contaremos todo. Buenas noches. ♡»
Una vez que Josuke terminó de leer el mensaje, miró la foto que su hermana había mandado. Una sonrisa amplia se hizo presente en el rostro del chico.
-Está hermosa.- Susurra para sí mismo, ver a Yasuho hizo que se quedase embobado, realmente seguía enamorado de ella como la primera vez si no era más la intensidad.
Agosto había llegado y tal y como habían acordado, Hato con la compañía ahora de Josuke regresaron a Tokyo.
-De acuerdo, aquí tienes la dirección donde trabaja Yasuho. Ya sabes, no vuelvas hasta que recojas el pedido y hayas hablado con Yasuho, ¿de acuerdo?- Habla Hato haciéndole entrega a Josuke de un pequeño papel donde estaba escrita la dirección de la cafetería.
-No te preocupes, haré todo lo que me pides. Confía en mí.- Responde Josuke con tranquilidad y mostrando confianza.
Josuke fue pronto, ya que Hato le había aconsejado ir antes debido a que no había tantos clientes. Josuke no era el único que estaba nervioso, también lo estaba Hikaru y es que quería que todo saliese a la perfección.
Una sonrisa se hizo presente en la castaña, vio a Josuke entrar por la puerta y acercarse hasta el mostrador. -Buenos días, vienes a por el pedido de Hato, ¿verdad? -
-Exacto vengo a recoger el pedido de mi hermana.-
-Bien, espere aquí un momento, ahora te lo traigo.- Hikaru guiñó uno de sus ojos a modo de complicidad, era una manera de decir "ahora traigo a Yasuho". Josuke solo sonrió, sabía que iba a ver a Yasuho y eso le alegraba a la vez que le ponía nervioso.
Hikaru entró a la cocina y en cuanto vio a la peli rosa se acercó a esta fingiendo agitación. -Ay Yasuho hazme un favor. Acaban de venir a recoger el pedido de Hato y yo tengo una emergencia en mis necesidades. ¿Puedes llevarlo tú? -
Yasuho suspira antes de hablar. -De acuerdo, ¿está pagado ya el pedido? -
-Sí, ella lo pagó en cuanto hizo el pedido.-
-Perfecto entonces.- Dijo Hirose para acto seguido tomar las cajas del pedido de Hato y sacarlas con la intención de entregarlas.
-Disculpa, mi compañera tuvo una pequeña urgencia, así que le haré yo la entrega del... - Yasuho no terminó sus palabras. Se había quedado en shock en cuanto vio a Josuke.
-J... Josuke ¿eres realmente tú? - Pregunta anonadada.
Josuke sonríe asintiendo con la cabeza. Aquel gesto fue suficiente para que Yasuho saliese detrás del mostrador, una vez que dejó las cajas encima, y corriese a abrazar a Josuke con fuerza escondiendo su rostro en el pecho masculino.
-Te extrañé mucho, gracias por venir y lo siento por no haberte hablado en todo este tiempo.-Comenta Yasuho arrepentida y dejando salir sus lágrimas de alegría.
-Yasuho, Hato me informó de todo, no estoy enfadado contigo. Estoy feliz de poder volver a verte.-Responde el chico levantando el rostro femenino y limpiar las lágrimas de la chica usando sus pulgares.
-Dime Josuke, ¿cuánto tiempo te vas a quedar por aquí?-
-Hato se va el domingo, pero yo me quedaré más tiempo, solo alargaré mi estancia en el hotel en el que me alojo ahora.-Aquello último lo dijo entre una pequeña risa nerviosa.
-¡Quédate conmigo!- Exclama de manera directa Yasuho quien se sonrojó acto seguido al darse cuenta de que sus palabras pudieron ser malinterpretadas. -Q... quiero decir que mi casa tiene una habitación de invitados y así no te gastas dinero... bueno si tú quieres, claro.-
Josuke también se sonrojó un poco, pero aun así no dudó en responder. -Me encantaría, además, seguro que en tu casa se está más cómodo que en el hotel.-
-Perfecto, entonces trae tus maletas cuando salga de trabajar y te enseño mi casa.-Explica Yasuho.
Tras llegar el fin del trabajo de Yasuho, tanto Josuke como ella se dirigieron a la casa de la chica tal y como habían acordado. No estaba lejos su hogar, por lo que no tardaron mucho en llegar.
El barrio en el que vivía Yasuho era muy tranquilo y agradable, ella vivía en unos apartamentos baratos, la casa era pequeña pero ideal para una pareja. La cocina estaba justo a la izquierda de la entrada, el living estaba conectado a la cocina y entrada, situado justo enfrente de la entrada. Detrás del sofá se encontraba una mesa grande rodeada de sillas, la cual era utilizada para comer. Entre medias de la cocina y la mesa había tres puertas; la de en medio era el cuarto de baño, la puerta de la derecha era la habitación de invitados donde se iba a alojar Josuke y la de la izquierda era la habitación de Yasuho y para terminar, al lado del sofá había una puerta corrediza de cristal la cual dirigía al balcón.
-Tienes una casa muy bonita.-
-Muchas gracias, aunque comparada con la tuya es bastante pequeña.- Aunque dichas palabras sonaran a broma, la de ojos esmeralda estaba hablando completamente en serio.
-Es cierto, pero esta me gusta más, es acogedora.- Admite Josuke como si nada a lo que las mejillas de Yasuho se tiñeron levemente de rojo.
-Es probable.- Responde ella en tono bajo.-Ven, sígueme, te enseñaré tu habitación.- Añade la chica haciendo un ademán con la mano y caminar hacia la nueva, y temporal, habitación del chico de ojos bicolor.
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Destino
RomanceFresa, cerezas, chocolate, vainilla y así un sin fin de sabores de pasteles que había en la mesa de la frutería Higashikata. Yasuho ya se había ido del local, dejando a Josuke acompañando a su nueva familia. -Venga Josuke, no seas tímido. Elige un...