capítulo 14 - el cementerio

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Marcus paseaba con Scarlet por las tiendas en las calles hasta que, de pronto, se detuvo. En unos de los puestos se hallaban pendientes de diversos colores y tamaños, eso le atrajo la atención ya que su nueva amiga parecía no tenerlos. En el mundo mago, tener pendientes eran un símbolo de poder y energía, además hacían de buen regalo. Analizó los pendientes mientras Scarlet se distraía con el ambiente, y tras bus-car bien, decidió comprar unos pendientes azules que pensó que le quedarían bien. La vendedora lo envolvió en una bolsita azul oscuro de algodón.

Cuando se dio la vuelta en busca de su amiga, notó en la pared de una de los edificios un papel blanco y grande pegado a él. Le llamó la atención porque no solían pegar carteles por allí, a no ser que fuese algo muy importante. Se acercó a él y leyó atentamente el contenido.

DÍA XI AL CREPÚSCULO

PRESENTACIÓN DE LA ESTUDIANTE SCARLET

SE RUEGA LA PRESENCIA DE TODOS LOS CIUDADANOS Y ALUMNOS DE LA ESCUELA.

¿Scarlet? ¿Scarlet iba a tener su propia presentación? El chico ru-bio giró la cabeza para buscar a Scarlet, que estaba comprando a unos metros un colgante con forma de estrella y luna menguante. A lo mejor se referían a otra Scarlet, igual en La Escuela habría alguna estudiante oculta. Aún así, siempre supo que Scarlet era distinta a los demás alumnos, todo el mundo podía notarlo. No se le veía mucho por La Es-cuela, no tenía una clase en especial. Sin embargo, ella solía decir que era una estudiante como los demás. Las presentaciones eran para per-sonas muy importantes, como nuevos profesores y tutores de La Es-cuela, o políticos del mundo mago.

Tenía tantas preguntas que no iba a poder preguntar. Su nueva amiga era demasiado reservada, metida siempre en sus pensamientos. Jamás le contaría la razón, jamás le contaría nada a Marcus sobre su pasado misterioso. Él tampoco iba a obligarla a contar algo tan perso-nal, a lo mejor había sufrido mucho para llegar a donde estaba. No iba a mentir, él pensaba que Scarlet era una chica atractiva, a pesar de que no fuese tan abierta como él. Había algo en ella que le atraía, quería que se sintiese lo suficientemente cómoda con él para contarle todo so-bre su pasado, por qué estaba en La Escuela y por qué ella era tan im-portante que sentían la necesidad de convocar una presentación.

—¿Scarlet?—

Tras pagar por el colgante, Scarlet se dio la vuelta, sonriéndole a su nuevo amigo.

—Dime...—

Marcus quería preguntarle a Scarlet sobre lo que trataba la pre-sentación, pero sabía que la joven no iba a responder como siempre. Por eso, decidió preguntarle otra cosa aparte.

—¿Te gustaría ir conmigo a un sitio especial?—


...


—¿Sabes que no solo existen cuatro escuelas?—

Scarlet seguía a Marcus cuesta arriba por el prado, resoplando, utilizando toda las fuerzas que tenía en las piernas para subir. Ella se había acostumbrado a que los profesores la teletransportase a los lugares para estudiar, pero su nuevo amigo no tenía ese poder, por lo cual requería su fuerza física. Ella no era muy activa físicamente, y recorrer largos tramos le dejaban sin aire.

—Madre mía, Marcus, aprende a teletransportar.— suplicó.

Marcus soltó una carcajada.

—¿Crees que no lo he intentado aún?— bromeó Marcus. —Es difícil, tienes que estar muy concentrado en el punto y no soy capaz de concentrarme como hacen los demás.—

Scarlet finalmente llegó a la cima, irguiéndose y resoplando. Su pecho se hundía, un dolor le recorría por aquella zona cuando intentaba respirar hondo. La joven nunca se molestó en llegar a la cima, se quedaba a mitad de la colina y estudiaba mirando hacia la ciudad. Le resultaba más relajante. 

Las Crónicas Nefalem: Malicia (LIBRO #1)Where stories live. Discover now