10 | Un regalo de navidad muy especial

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Rachel

Veinticinco de diciembre, navidad, amo esta fecha. Todos los años espero este festividad ansiosa como si fuera una niña. Y más ahora que ya estamos en una casa y no en un edificio.

Intente pasarle mi emoción por la navidad a mis hijos, pero lo logré solo con uno, con Owen. Siempre me ayuda y esta conmigo acomodando y decorando la casa. El árbol es su parte favorita y se asegura que quede perfecto.

Milenka por otro lado... le gusta la navidad, si, pero le gusta más la parte de recibir los mil regalos que Alex, Sara y mis padres les dan. Mientras tanto se la pasa siguiendo a su padre por toda la casa. Christopher a veces se queja y le dice que lo deje solo al menos cinco minutos, pero más de una vez lo he visto frenar de seco solo para que Mile choque contra su pierna y se caiga de culo.

—¡Deja de hacer eso! —le grita mientras intenta levantarse y alcanzar a su padre que había empezado a caminar otra vez.

—Lo hago para que me dejes de seguir, por lo menos mira al frente, que yo no miro hacia atrás.

Así estuvieron un rato, hasta que ella recordó que tiene un hermano y fue a molestarlo. Eso me hizo acordar que yo tengo un marido y también fui a molestarlo.

Subí al despacho y lo encontré sentado en su escritorio, este cuarto es más grande del que el que tenia Christopher en el pent-house, así qué hay espacio para su escritorio y el mío. Aun que también hay habitaciones suficientes para que ambos tengamos nuestros propios despachos, pero normalmente usamos el compartido.

—¿Cómo vas? —le pregunto.

—Mejor ahora que se fue.

—Te gusta que te siga, no mientas —me apoyo contra su escritorio al lado de él—, ¿ya los tienes?

—Si —me atrae a él sentándome en sus piernas.

—¿Donde están? Los quiero ver.

—No.

—Si —empiezo a buscar por todos lados.

—Basta, que me desordenas todo.

—¡Quiero ver! Muéstramelos —rueda los ojos suspirando.

—Ya veo porque Milenka es como es.

Lo ignoro satisfecha y abre uno de sus cajones sacando dos cajitas de terciopelo azules, ambas con los nombres de nuestros hijos en cada una.

Abro la que tiene el nombre de Milenka y el diamante azul en forma de corazón reluce al instante, colgado de una cadenita de oro blanco, igual que el mío pero más pequeño, pero el de ellos tiene un MJ grabado atrás.

El de Owen es también un diamante azul, pero en forma cuadrada y con los bordes en platino.

—Quedaron preciosos —digo ilusionada.

Asiente tocando el dije de Owen. Ya llevan dos años en la academia y van mejor de lo que ambos esperábamos. Cada que Chris o yo pasamos por sus entrenamientos para verlos solo rato, sus superiores e instructores nos recalcan lo bien que se desempeñan, lo avanzados que están y de como seguramente serán unos soldados dignos de nuestros apellidos.

Aun que sus temperamentos si dan un poco de que hablar. Milenka pierde rápido la paciencia en los combates cuerpo a cuerpo y se altera con nada, y Owen a veces no controla su fuerza. Todas cosas que ya he notado en los entrenamientos personales que les damos nosotros aquí en casa.

Gauna, Alex y mi padre a veces intentan meterse y ayudar, pero Christopher los echa a gritos alegando que él no necesita ayuda con sus propios hijos.

Pero estoy segura que ambos llegarán a ser cadetes mucho antes de lo que Christopher y yo lo fuimos.

Sin cuervos | Fanfic PPNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ