Capítulo 8: El cumpleaños.

30 5 7
                                    

"El hombre es el único animal que causa dolor a otros sin más objeto que querer hacerlo". 

- Arthur Schopenhauer.

He tenido días especiales y puedo decir que muchos de ellos eran con mis amigos. Aunque a veces me molestan, siempre los considero mis amigos y me gusta estar con ellos.

Nos juntamos en el parque, y como siempre, comenzaron a gastarme bromas. Me decían cosas como "¡Evan, tienes miedo de los animatrónicos!" o "¡Cuidado, los animatrónicos te van a atrapar!". Pero yo no les hacía caso, porque sabía que solo estaban jugando. A mí me encantan los animatrónicos, ¡son como mis muñecos favoritos! De todos modos, a pesar de los buenos amigos que somos, no parecen querer ir a mi fiesta de cumpleaños, pero sé que irán de todas formas, ¡de seguro nos divertiremos mucho!

Cinco días antes de la fiesta.

Miré a mis amigos con una gran sonrisa y luego los señalé uno por uno.

—Oigan, chicos, ¿saben qué? Tú eres Freddy, ¡el líder del grupo! —dije, señalando a Jeremy—, ¡y tú, Andrew, eres Bonnie!

—Lo sabemos, bobo, tenemos las máscaras en la mano. Y dime, ¿quién soy yo? —preguntó Scott.

—¡Oh, oh! ¡Tú eres Chica! —me emocioné.

—Cielos... tu hermano sí que es un retrasado —le dijo Scott a mi hermano Michael— ¿y quién es él?

—¡Hermano, eres Foxy, el pirata aventurero! ¡Y yo soy Fredbear, el más fuerte de todos! —dije emocionado.

Mis amigos se rieron.

—¿Por qué mierda te gustan tanto los animatrónicos? Quiero decir, son geniales y todo, pero eres algo enfermizo, chico —opinó Andrew.

—¡Siempre me han encantado! ¡Son muy bonitos! No sé ustedes, pero a mí me encanta mirar "Fredbear y sus amigos", ¡siempre lo veo cuando lo pasan por la tarde! Tengo muñecos de todos los animatrónicos de sus máscaras, ¡incluso tengo uno que habla!

Los chicos se miraron por unos segundos y luego rompieron a carcajadas otra vez, como si hubiesen oído el chiste más gracioso del mundo.

—Escucha, niño. Estás loco de remate —afirmó Andrew, arrodillándose frente a mí.

Papá nos vino a recoger a Michael y a mí en ese instante. Aunque a veces me molestan, sé que mis amigos me quieren de verdad. Nos divertimos mucho juntos, corriendo, riendo y disfrutando del sol, pese a que me dejen de lado de vez en cuando...

Después de divertirnos en el parque, mi hermano Michael y yo regresamos a casa. Yo estaba emocionado por jugar con mis muñecos en mi cuarto, pero algo no salió como esperaba. Cuando entré a mi cuarto, Michael también entró y comenzó a molestar.

—¡Hey, Evan, déjame ver ese peluche tuyo de Foxy! —exclamó Michael, tratando de agarrarlo.

—¡No, para, Michael! Ese es mi peluche, me lo regaló papá —dije tratando de protegerlo.

Comenzamos a discutir mientras forcejeábamos por el peluche. Yo no quería que lo rompiera, era uno de mis muñecos favoritos y me hacía sentir feliz. Pero Michael no parecía entenderlo.

—Déjalo ya, Evan. Es solo un peluche tonto. ¿Por qué te importa tanto? —dijo Michael con tono burlón.

—¡Porque es mío y me gusta! No tienes derecho de quitármelo —respondí, sintiendo que mis ojos se llenaban de lágrimas.

La discusión se intensificó, nuestras voces subieron de tono y las palabras hirientes comenzaron a salir de nuestras bocas. No podía entender por qué Michael estaba siendo tan malo conmigo.

Five Nights At Freddy's: La Historia Completa.Where stories live. Discover now