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Marcos no esperaba que Agustin tomara una decisión tan rápido, normalmente es del tipo de persona que reflexiona mucho sobre ambos bandos de una idea, considerando los pros y los contras, y analizándolos críticamente.

Ese proceso normalmente lleva un par de días, es por eso que cuando Marcos recibió un texto justo después de su entrenamiento de rugby con tres simples palabras, tiene que quedarse mirándolo por unos momentos para recordar de qué está hablando Agustín.

Lo voy a hacer.

Le toma unos segundos procesarlo, parpadeando a la pantalla incrédulamente. Las palabras se nublan mientras las lee una y otra vez, sacudiendo su cabeza sin poder creerlo. Lo va a hacer. Agustín lo hará.

Respondiéndole con dedos torpes, le envía a Agustín una fila de emojis de confeti y después de considerarlo rápidamente, un emoji de berenjena y uno de un durazno, seguidos por un emoji de guiño.

Nunca ha dicho que es alguien maduro.

Cuando Agustin regresa de su turno en la biblioteca, cansado y con sueño hasta que Marcos lo lleva al ñ sillón y pone One Tree Hill, lo menciona solo para confirmar.

—Así que, ese texto que me enviaste hace unas horas, — empieza, con voz baja. Arquea una ceja, ignorando la mirada desinteresada de Agustín. —¿Estás diciendo que sí?

Agustín pone los ojos en blanco, deslizándose y poniendo su cabeza en el regazo de Este inmediatamente enreda una mano en su suave cabello, rascando ligeramente su cráneo de la manera que sabe que le gusta a Agustín. — Sí, Marcos, grabaré porno contigo para ganar dinero, — dice sin rodeos, —¿o necesitas que agarre una cámara ahora mismo para que me creas?

Marcos sonríe. —Deberíamos hacer un ensayo pronto para establecer los aspectos técnicos y empezar a sentirnos cómodos entre nosotros.

— Esto es realmente raro, — suelta Agustin, pero asiente de todos modos. —¿Sábado? — sugiere.

—Es una cita, — responde Marcos, complacido. Tira un mechón de pelo de Agustín y se da cuenta de como Agustín se queda quieto de repente. Ha notado muchas cosas sobre su mejor amigo durante este par de años, pero particularmente sobre lo que disfruta, así que el interés por la posibilidad de poner a prueba sus intuiciones y confirmar lo que piensa está creciendo rápidamente dentro de él.

Después de todo, conoce a Agustín de pies a cabeza  conoce su voz, sus ojos, su risa, su sonrisa, sus días malos y sus días buenos, sabe desde su color favorito hasta su ajuste favorito en el ventilador de techo, sabe cuando cuidar de él y cuando darle su espacio, lo conoce mejor que nadie más, probablemente mejor que la madre de Agustin a este punto.

Sin embargo, aunque Marcos conozca a Agustín mejor de lo que se conoce a sí mismo, ahora tendrá la oportunidad de conocer su cuerpo. De repente se siente mucho más intimidante de lo que esperaba.

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—Así que, ¿Cómo lo haremos? — dispara Agustin.

Están comiendo pizza de una pizzería que está en su calle. Los bordes están muy secos y el queso sabe a plástico, pero está barata así que ordenan de ahí seguido.

Parpadea, masticando otro pedazo de pizza, tratando de ignorar la textura mientras traga. —¿Te refieres a cómo cogeremos mañana?

Agustin se sonroja y es honestamente fascinante la manera en que un rosado suave se extiende por sus mejillas rápidamente. –Sí, – murmura, rascando su brazo. —Pero también, como, la parte del porno casero.

Marcos se encoge de hombros. — Bueno, creo que podemos planear una escena. Podemos simplemente hacerlo, supongo, pero a veces es bueno tener un concepto pensado. No tiene que ser super desarrollado ni nada, solo algo caliente para llamar la atención de las personas, como 'Capitán del equipo de rugby se folla a un twink nerd en la ducha,' o algo así. — Se pierde la manera en que Agustín se pone aún más rojo, mientras le da otro mordisco a su pedazo de pizza. — Pondremos la cámara en mi trípode o en un estante o algo y luego tenemos sexo. Uno de nosotros puede editarlo y luego lo subimos y esperamos por lo mejor.

—Okay, — dice Agustin levemente. —Y mañana vamos a...

— Hacer un ensayo, –completa Marcos. —Tal vez grabemos un vídeo pequeño solo para checar como se ve y en qué necesitaremos enfocarnos. Solo, uhm, para acostumbrarnos a hacerlo.

Primero no recibe una respuesta, Agustin tiene la cabeza baja y la mirada enfocada en la mesa al frente de él. Entonces, — Marcos...crees que esto afectará...— se detiene, frunciendo los labios.

Pero no es tan difícil entender a qué se refiere y Marcos quiere calmarlo. — No cambiará nada, — dice firmemente. Se acerca y agarra la mano de Agustin, apretándola con delicadeza. — Sos mi mejor amigo, — dice suavemente.

— Y vos sos mi mejor amigo, — Agustín susurra de regreso, dándole una pequeña sonrisa.

—Eso nunca cambiará, — jura Marcos. Agranda los ojos con duda y aclara su garganta. —No tenemos que hacerlo si no quieres, Agu. Lo último que quiero es obligarte...

—No, — interrumpe, negando con la cabeza. — No, quiero, quiero intentarlo.

— Okay, — suspira Marcos.

—Okay,— repite Agustin, se quedan mirándose a los ojos por un momento mientras sonríen.

Más tarde, después de que Agustín de algún modo haya logrado convencer a Marcos de ver el primer episodio de Avatar: la leyenda de Aang y se hayan acomodado en el sofá para verlo, Marcos se encuentra pensando en la conversación que tuvieron.  Hablaba en serio cuando dijo que nada podía cambiar o romper su amistad, Agustin realmente es su otra mitad en todos los sentidos que son importantes. Como Marquitos dice bromeando, son almas gemelas. Almas gemelas platónicas.

Pero, no es estúpido. Sabe que hacer cosas como esta – cruzar la línea entre ellos, en su amistad, de una manera tan dramática y deliberada como lo es empezar a tener sexo – es arriesgado. Pero...si funciona, no tendrán que preocuparse por turnos extras o incrementos de renta.

Y si ese será el caso, entonces Marcos podrá lidiar con lo demás. Se asegurará que esto no los distancie y que su amistad quede intacta. No está muy preocupado, de todos modos. Agustín...bueno, es Agustin. Es amable, hermoso, inteligente y divertido, el mejor amigo que cualquier chico pudiera pedir. Pero eso es todo.

Solo son amigos y Marcos está agradecido de saber que así será siempre.

—Pon atención, — murmura Agustin, justo a tiempo, mirándolo con exasperación.

—Eso hago, —insiste Marcos, aunque en realidad no lo estaba haciendo. —Katara está peleando con Aang.

Agustín le da un manotazo en el brazo, luciendo ofendido. —Ese es Sokka, idiota. Aang ni si quiera ha aparecido. Si no estás poniendo atención, reiniciaremos el episodio una y otra vez hasta que lo hagas. Tienes que ver este programa, esa es la regla.

Marcos resopla. —¿La regla para qué?

—Para vivir aquí, —dice Agustin, estrechando sus ojos.

—Mi nombre está en el contrato a lado del tuyo,— contradice Marcos. Pero se voltea para mirar la pantalla de nuevo, resignándose prestar más atención esta vez. Agustín es muy exigente, pero siempre termina haciendo lo que él quiere.

—Te haré un test de diez preguntas después de esto,— lo amenaza Agustin unos minutos después, con los ojos pegados a la pantalla mientras el hielo se empieza a romper y Katara y Sokka se asustan.

—No esperaría nada menos, —murmura de regreso Marcos, pero sonríe.

Sí, él y Agustín son los mejores amigos. Nunca nada cambiará eso.

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MIEL ; MARGUS Where stories live. Discover now