EPÍLOGO

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NARRADOR 

4 AÑOS DESPUÉS 

El aeropuerto de Italia estaba a reventar, mediados de Julio en pleno verano y todos querían volver a casa o salir a conocer nuevos lugares. A esta pequeña familia le tomó casi tres semanas decidirse sobre cuál sería su nuevo destino, al final fueron días perdidos porque siempre volvían al mismo lugar.

Para su buena suerte el vuelo no se retrasó y llegaron a tiempo solo que les tomó tres horas cruzar aduana, horas que fueron de puro sufrimiento para la pequeña que cayó dormida en los brazos de su padre.

Con tres años la pequeña ya era muy inteligente, veía el mundo con fascinación, cada día era una nueva aventura y sus padres se encargaban de criarla para vivir para sí misma y nunca para satisfacer a los demás.

Estas vacaciones eran especiales, no solo porque el tío Freddy se casaba si no porque habían organizado una fiesta sorpresa para el cumpleaños número cuatro de la pequeña.

Denne Fiore Van der Wal.

Nació el 25 de Julio.

Era una copia del padre, color de pelo, ojos y las mismas facciones duras y rígidas solo la nariz y la bella sonrisa eran herencia materna.

El embarazo de la neurocirujana no fue una sorpresa para nadie solo que la pareja se tomó el tiempo de planearlo y pensar con calma en ello, ya antes habían vivido momentos muy duros con el tema, la propia Sara se había pasado mucho tiempo sufriendo por ello que cuando supo de su embarazo quiso estar más tranquila y vivir la etapa al máximo, por los nueve meses que se convirtieron en casi un año compraron una preciosa casa en la Toscana muy cerca del resto de los Fiore, fue ahí donde la pequeña nació y estuvieron viviendo en ese lugar hasta que ella cumplió su primer año.

Tomaron la decisión de retomar su voluntariado pero ahora con su hija al lado.

En los últimos dos años ya habían recorrido once países distintos como voluntarios, vivir esta experiencia los tres juntos no tenía precio, la niña crecía al lado de la naturaleza, con el amor de sus padres y muchas más personas que quedaban encantadas de conocerla.

Claro se daban el tiempo de volver a su hogar ya sea con la familia Fiore de Italia, el abuelo Maurice que ahora estaba jubilado pero vivía en Washington o los tíos Patrick, Francis y Emma que se mudaron a Canadá pero los visitaban en Navidad.

Eran una enorme familia, muchos miembros se habían unido recientemente como los esposos de sus tías Hanna, Loraine, Paola y Salome, su tío Tyler o el tío Bryan eran los guardaespaldas personales de la niña.

Muchos pensarían que a la neurocirujana le causaba dolor que su propia madre aún no conocía a la pequeña, lamentable así es la vida, el resto de los Van der Wal ni siquiera con el paso de los años habían cambiado y tal vez así era mejor, su hija no tenía la necesidad de estar cerca de gente tóxica ni ella tampoco rogaría por cariño o aprobación.

Este matrimonio de neurocirujanos no podían pedirle más a la vida, vivían una vida feliz, única y especial, tenían una relación donde cada día era más especial que el anterior, su felicidad se coronó con la llegada de su pequeña hija, nada les hacía falta pues se tenían el uno al otro y eso bastaba.

Todo inició por un viaje a Sudáfrica. 

DE VIAJE A SUDÁFRICA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora