CAPÍTULO DIECISIETE

4.6K 452 35
                                    

¿Cómo sabes que has hecho algo correcto aun sabiendo que no era el momento apropiado para hacerlo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Cómo sabes que has hecho algo correcto aun sabiendo que no era el momento apropiado para hacerlo?

Por dios Sahara solo a ti te pasan esta clase de cosas y solo tu comentes estas clase de locuras.

Hay que aclarar que no sé en qué segundo tomé la decisión de seguirle el beso a Maximiliano y en qué momento eso fue una buena idea. Definitivamente aquí en Sudáfrica he venido a tomar puras intrépidas e insólitas decisiones.

El plan jamás fue venir y encontrar aquí a alguien y menos con toda la mierda que tengo detrás de mí, el plan no era venir y abrir así de la nada mi corazón con extraños ni que me resultara tan sencillo sanar y olvidar no solo viejos amores si no viejas heridas también, nada de todo lo que me ha pasado estaba en el plan, muchísimo menos entraba Maximiliano en el plan que yo traía de cambiar mi vida.

Bueno tal parece que todos mis planes se han ido por el caño y desde hace meses se esfumaron para nunca volver.

¿Que alguien me explique como deje que esto pasara?

Nos separamos con la respiración agitada, ni él ni yo nos animamos a decir una palabra y yo fui la primera en dar media vuelta y correr a encerrarme en la habitación, al menos debajo de las sabanas podría pensar en porque ese beso fue tan satisfactorio y fascinante.

Los acontecimientos de las últimas horas no me dejaron pegar ojo en la noche y las razones son más que obvias, ¿cómo se duerme después de tremendo subidón candente?, no hay forma coherente de recobrar el juicio y saber qué hacer. ¿Que acabas de hacerme Maximiliano?

Con los primeros rayos de sol saliendo tomé una larga ducha fría, me vestí y recogí todo el desorden de mi habitación, ni modos es hora de enfrentar la realidad y dar la cara porque hay muchas cosas que resolver. Y la primera es salir de este lugar.

Al bajar al obvie el roba sueños ya estaba esperándome, su postura rígida y frívola volvía a la luz, ni rastro había del jovencito risueño que me acompañó en el tren contándome anécdotas de su vida y que me obligó a bailar, al acercarme no me dirigió ni una sola palabra solo una pequeña mirada seria y sin emociones, bueno si quiere espacio y hacer como si nada pasó, pues eso tendrá.

Desde el hotel hasta la estación de trenes viajamos en completo silencio y tan alejados en los asientos del taxi como fuera posible. Subimos a nuestro respectivo vagón y nos acomodamos en sillones diferentes, saque el collarín y mis audífonos, al menos dormida no tendría porqué aguantar su molestia o confusión por lo ocurrido. Lo admito yo tampoco estoy muy segura sobre que hacer o qué decir pero nunca en mi vida he sentido arrepentimiento por algo y no pienso empezar ahora.

Lo que paso ya paso y no podremos cambiarlo evadiéndolo o ignorándonos.

Durante las primeras tres horas disfrute del paisaje y dormite por algún rato, una de las camareras ofreció merienda que no dude en agarrarla y comerla, constaba de un sándwich y un jugo. Cinco horas después la tarde ya nos iba cubriendo con un precioso amanecer, detalle de reojo cuando un señor ya mayor se levantó del asiento al lado de Max y salió rumbo al comedor, un sitio a su lado ya estaba disponible y si él no ponía de su parte, pues yo tomaría la iniciativa.

DE VIAJE A SUDÁFRICA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora