CAPÍTULO VEINTINUEVE

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NARRADOR 

1 AÑO DESPUÉS

(Italia) 

—¡Sahara Van der Wal¡ futura señora Fiore, por segunda vez te lo repito...¡NO TE MUEVAS!

Se sabe que el día mas importante para una mujer es el día de su boda, el problema radica que justo el día de hoy, el joven diseñador Francis mejor amigo de la novia no lograba acomodar el vestido por que la neurocirujana bajó cinco kilos de peso en la última semana debido a los nervios.

Todos los preparativos del evento se hicieron de improviso, como buscar el vestido, las invitaciones y el banquete porque la joven pareja estaba muy centrada en su voluntariado.

Desde el juicio en contra del ex marido y la resolución final del juez para darle a John Harsem cuarenta y cinco años de cárcel las cosas se relajaron bastante. El y Roberto Hessen pasaran bastantes años tras las rejas.

Tan pronto organizaron todo, se despidieron de sus familias, amigos y se embarcaron en una nueva ruta, ahora hacia Marrakech, Zambia, la República del Congo y terminaron en Namibia. Su relación creció, volviéndose más sólida, confiando más el uno en el otro pero a la vez colmando su paciencia por lo orgullosos y enérgicos que son, en el fondo eso los hace ser el gran equipo de neurocirujanos exitosos.

Su reconocimiento ha llegado a muchos lugares, numerosos hospitales quieren trabajar con ellos pero toda oferta la han rechazado puesto que su verdadera pasión está en ayudar a los demás, para ellos su labor en el voluntariado completa su felicidad.

No quisieron armar tanto enredo a lo hora de la boda, eligieron un día cualquiera y ganó el 8 de Julio, curiosamente el mismo día que ella tomo la decisión de viajar como voluntaria, el lugar seria en el enorme jardín de la casa en la Toscana, toda la familia del novio estaba más que encantada, de ahí invitaron a sus amigos del voluntariado, Hanna y las chicas, Merry, Mason y otros más, de familia sólo Patrick y Emma del lado de la novia y le pidió a Maurice ser quien la entregaría en el altar. 

Con el resto de la familia Van der Wal, la comunicación es la mínima necesaria y así esta mejor pues los lazos tóxicos siguen muy afianzados y tal vez nunca cambiarán, eso ya no afecta en lo más mínimo a la neurocirujana porque ha encontrado un hogar, gente que la apoya incondicionalmente y con quien ella realmente se siente completa y feliz.

—¡Al fin terminamos! —Francis tomó el velo y lo acomodó sobre la cabeza de su amiga—Eres todo una reina...

Aunque la neurocirujana no lo admitiría estaba muy nerviosa incluso más que cuando Max hincó la rodilla en un safari de Kenia, la costumbre de vivir momentos únicos en algún safari seguirán perdurando.

Unos toques en la puerta interrumpieron la burbuja, el diseñador se acercó para abrir la puerta, al segundo una voz cantarina entró silbando.

—Freddy...—con dificultad por su enorme vestido la novia pudo voltear y observar a su cuñado quien tenía una sonrisa completa reluciendo en su cara

—Traigo conmigo un encargo de máxima importancia...

Le entregó a la novia una caja de terciopelo azul, ella no entendía de qué se trataba ese regalo.

—Es un regalo de matrimonio... Una vieja tradición familiar...

Abrió el seguro de la caja, el logo de Bvlgari grabado en letras doradas relucía, la sorpresa pintó en cada centímetro de su cara con la enorme joya, un collar de esmeraldas épicas mezclado con cristal azul para recrear los zafiros, debía tener un valor millonario por el tamaño de cada piedra.

Tenía una nota pequeña "Hoy, mañana y por la eternidad".

Cosas que sólo Maximiliano Fiore puede hacer.

Obviamente el collar no se quedaría guardado en esa caja para posteridad por lo que fue el complemento perfecto para el atuendo de la novia.

Se dio una última mirada en el espejo verificando cada parte, no solo se veía hermosa, se sentía libre, completa y sobre todo más feliz de lo que nunca había estado en su vida.

En la habitación conjunta el neurocirujano estaba igual de ansioso que su pareja, nunca en su vida ni siquiera cuando se enfrentó a las cirugías más imposibles se había sentido así de nervioso.

Su amigo Tyler le ayudaba a ponerse el moño del smoking mientras se burlaba de su estado, nadie de todos los hombres que estaban a su alrededor como primos, tíos o incluso su propio hermano lo habían dejado tranquilo, les resultaba muy cómico verlo de esa forma.

A pesar de los nervios rebosaba de felicidad, había encontrado a esa persona que le animaba la vida, que con ella a su lado todo cobra color y sentido, se sentía orgulloso de haberla encontrado y de no cerrarse a darse una oportunidad de volver a creer, agradecía al universo por darle la oportunidad de conocer no solo a su mejor amiga si no al amor de su vida.

—Ya es hora hijo...—su padre se acercó y palmeo sus mejillas a la par que le daba un abrazo

Bajando por las escalinatas todo el recibidor y tras la enorme carpa lucía lleno de personas, todos reían, conversaban y se divertían. Saludo a algunos y los invitados se fueron acomodando en sus lugares, el avanzo hasta adelante en compañía de sus padres pero quedó al lado del ministro.

El momento había llegado, la novia se tomo todo la calma del mundo que pudo conseguir para vivir cada segundo, las piernas le temblaban y sentía el latido errático de su corazón, sus pasos fueron más lentos al llegar a jardín, una preciosa carpa transparente lo cubría todo, el hombre de su vida esperaba junto al arco de flores y a su lado estaba el ministro listo para iniciar la ceremonia. Dio una mirada rápida a los invitados, todos personas que realmente los apreciaban, que ellos querían y que donde la raza, posición social o cualquier otra distinción no importaba.

Al instante lo supo, era aquí donde ella se sentía segura y feliz.

Hace casi dos años un viaje a Sudáfrica le había cambiado la vida para siempre y no puede sentirse más orgullosa de esa decisión que cuando llegó delante de su prometido, entrelazaron sus manos y sintió la descarga eléctrica por todo su cuerpo.

Un viaje a Sudáfrica que le cambió todo. 

DE VIAJE A SUDÁFRICA (COMPLETA)Where stories live. Discover now