Capítulo 1: La familia Afton.

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"Toda bendición ignorada se transforma en maldición".
- Paulo Coelho.

Mi nombre es William Afton. Me presento como un hombre de mente aguda y perspicaz. He recorrido el camino del conocimiento, graduándome de prestigiosas escuelas de mecánica y robótica. Conquisté el mundo de la mecatrónica y la creación de robots a través de mi empresa, Afton Robotics. Convencí a inversores de aportar su dinero en mi visión, y rápidamente mi compañía se convirtió en líder del mercado.

Los años transcurrieron y mi vida dio un giro cuando conocí a Clara, mi futura esposa, en una convención de robótica. Luego de una extensa y extravagante charla sobre nuestros intereses, me pidió salir, cosa que encontré interesante para salir de la rutina y experimentar algo nuevo. Pasó un año exactamente desde que nos conocimos y vi una oportunidad en ella para formar una familia, así que tomé la radical decisión de casarme con ella en la iglesia local en Utah. Al momento de unir mi vida a la de Clara, no pude evitar notar ciertas cualidades en ella que despertaban en mí un sentimiento ambivalente. Su sensibilidad y excesivo cariño me resultaban desconcertantes, como si fueran las notas discordantes en una sinfonía perfectamente ejecutada, además de ser precipitada e infantil a veces. Sin embargo, no podía negar su competencia en el trabajo y su atractivo físico, que me cautivaron de una manera inesperada.

Aunque nuestras emociones se entrelazaban en algo complejo, encontré en Clara una compañera que compartía mis ambiciones intelectuales. Era ella quien anhelaba engendrar un hijo con mi propia inteligencia, y en esa meta compartida vislumbré una posibilidad de trascendencia. Tal vez, en la unión de nuestras mentes privilegiadas, podríamos moldear una nueva generación capaz de superar los límites del conocimiento humano.

Aunque a veces su ternura me desafiaba, reconocía en ella una fortaleza que complementaba mi propia determinación. Clara era la representación física de un mundo en el que yo no encajaba, pero su presencia provocaba un fuego en mí, alimentando una pasión que me empujaba a seguir adelante.

Así, entre desafíos y atracciones contrapuestas, decidí casarme con ella, esperando que nuestra unión trascendiera los límites de la mera convención social. Ambos buscábamos un legado que sobrepasara las expectativas mundanas y se elevara hacia lo desconocido, desafiando los límites impuestos por la mediocridad.

Un año después de casados, en 1967, mi esposa, Clara, dio a luz a nuestro primer hijo, Michael. Todavía recuerdo los comentarios de nuestros conocidos y familiares. Él cargaba con el peso de las expectativas de ser el heredero de mi inteligencia y éxito, cosa que era esperada de todos nuestros seres queridos. Si bien poseía una mente brillante, siempre buscaba mi aprobación.

Michael era alguien soberbio, orgulloso de ser su misma escencia y alardeando sobre sus conocimientos a temprana edad; era alguien fastidioso, incluso para mí. Clara lo amaba, pero yo, aunque lo intentara, no lograba sentir el mismo cariño por él, no lograba entender la causa, pero era así, y mis sentimientos me impedían cambiar.

A mi parecer, Michael era un pésimo hijo, siempre interfiriendo en mi trabajo con el único propósito de arruinarme el día. No creo en la supuesta influencia del destino sobre nuestras vidas, pues considero que somos los únicos artífices de nuestro propio destino. Sin embargo, en esta ocasión, debo admitir que el rumbo de mi existencia fue moldeado de alguna forma ajena a mí, beneficiosamente hablando. Cinco años después, nació su hermano Evan. Evan era completamente diferente a su hermano mayor, él era especial, era alguien para volver a empezar, desde mi punto de vista. Evan era sensible, llorón y pasivo, por lo que se ganó un gran espacio en mi corazón por proporcionarme la paz que necesitaba después de soportar tanto por Michael.

Con el tiempo, mi falta de querer en Michael y preferencia hacia Evan
empezó a ser notada por mi esposa y mis dos hijos. Esto generó un resentimiento en mi hijo mayor, una sensación de soledad y abandono; ¿el resultado? Michael comenzó a jugarle bromas a Evan, principalmente, recuerdo las veces que utilizaba una máscara aterradora para asustarlo, y más de una vez lo he oído contándole historias de terror. Tomé las medidas que creí oportunas, pero nada de eso detuvo a Michael.

Five Nights At Freddy's: La Historia Completa.Where stories live. Discover now