Emily ha estado toda su vida deseando tener una floristería gracias al amor y magia que emprende de su madre por las personas y su padre por cualquier cosa que brote de la tierra.
Sin embargo, la vida no es capaz de sonreír todo el tiempo.
Su vida c...
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Emily regresó a Boston junto a Eliot con el corazón roto y la seguridad que podría volver a su país sin que nadie le hiciera daño. No porque la policía le diera un comunicado, regreso en paz porque las amenazas habían frenado, hacía ella y su familia. Podía regresar y revivir cada momento junto a su madre, aunque estaría un poco más sola.
Pero esa paz no duró mucho, en cuanto aterrizó el avión y el amigo de Eliot le ofreció cargar sus maletas, sintió las primeras contracciones seguidas de su fuente rompiéndose en pleno aeropuerto. Espero que Eliot pusiera un grito en el cielo, pero fue al contrario. Zinov fue quien dejó caer todo y la cargo hasta el auto, tuvo que subir y bajar cuatro veces por la ansiedad de quedarse en el aeropuerto esperando las maletas o llevarlos al hospital. Al final fue un pasajero más llamando a todos como si estuviera loco. Gema a duras penas tuvo oportunidad de subirse al auto, abandonando su equipaje.
—¡TIENES QUE CALMARTE! —grito su hermana, soltando un chillido al ver que Eliot casi pasa un semáforo en rojo, estaba sosteniendo.
—¡LE VOY A QUITAR LOS HUEVOS A ELIOT! —Emily estiro su cuello, sintiendo el sudor frío cubrir todo su cuerpo y cuando otra contracción mucho más fuerte que la anterior trato de recordar los últimos cinco meses de clases, pero el dolor no la dejaba pensar— ¿Por qué me haces esto?
—¡Yo no hice nada! —grito nervioso.
—¡Sí, lo hiciste!
Eliot parecía tener mucho tiempo libre y ahora con Emily eso pareció incrementar para muchos de sus inversores, pero específicamente no ese día las reuniones y tratos que aplazó por estar con Emily lo estaban asfixiando. Cada uno de esos días donde salieron a pasear, en los talleres y comprando lo necesario para bebe, lucia como si tuviera todo bajo control hasta que los inversionistas lo presionaban con qué o hacían la reunión o se retiraban del proyecto, una nueva central de la aerolínea en Londres, donde no había podido llegar en años. No podía perder esa oportunidad y menos cuando una actriz famosa y un corredor estaban en busca de viajar cómodamente, insistiendo en tener todo listo antes de enero, Nicolás, el inversionista estaba dispuesto a dar lo suficiente para que su esposa y sus hijos puedan viajar sin necesidad de papeles, ya que no era totalmente aceptada en todas las aerolíneas.
Recordó lanzar su teléfono a un cubo de basura en lugar de apagarlo cuando llegaron al hospital.
Eliot sintió su corazón, querer salir de su pecho en cuanto las enfermeras la colocaron en una silla de ruedas.
Ingresaron a las dos y cuarenta, eso le dio un pequeñísimo espacio en su cabeza para pensar. Perfectamente, podría trabajar en su proyecto con Nicholas, después de todo era el mayor inversor y quién mayormente usaría el lugar. El problema eran los temas legales, los papeles, el terreno y todo lo demás para enero.
—Te salvó de esta, pero juro que me la debes —Zinov le lanzo su teléfono y le dio la espalda.
En cuanto vio la enorme cantidad de llamadas perdidas, su corazón dejo de bombear un largo tiempo, se quedó helado teniendo pequeños recuerdos de lo que paso con su sobrina como pasaba últimamente, hasta que decidió revisar los mensajes de Alice preguntando si Emily entro en parto. Su hermana podía tardarse, ya que la dilatación tardaría otras cuatro o seis horas en completarse, también se detuvo a escuchar audios de Alice riéndose del dolor que pasaría Emily. Casi las imagino peleando y eso lo tranquilizo lo suficiente para poder caminar hasta la habitación donde estaba Emily.
